«Hacia el Sínodo 2024» ¿En qué momento estamos?

In English below

     Estamos en un período eclesial verdaderamente peculiar, sin antecedentes. Veamos.

     Seguimos en medio (en el curso de) un «Sínodo de Obispos» (la institución creada tras el Vaticano II), que por voluntad del Papa actual no acabó, como todos, con su primera y única sesión o asamblea, sino que fue prolongado a una segunda asamblea (la del mes de octubre pasado, 2023), siendo modificado en su propia naturaleza: dejó de ser sólo de obispos, como reza su nombre, y se le aumentó el número de participantes, hasta un total final de un aproximado 25% de nuevos miembros que son laicos (no obispos), y en una buena parte, mujeres. Y todos votando en igualdad total. Por ese y otros cambios, se le llamó «Sínodo sobre la Sinodalidad», obviamente extraordinario, por varios conceptos. 

231027 Sínodo IHU
231027 Sínodo IHU

     Su segunda Asamblea, en octubre pasado, ha sido también muy peculiar, todo por voluntad de Francisco, el único que en la Iglesia puede hacer esto, por su simple y sola voluntad. Ha sido peculiar (única más bien en la historia) esa Segunda Asamblea, por varias cosas. Por esa ya dicha participación de laicos y laicas añadidos a los obispos en igualdad total de participación. Y por la ausencia de una temática teológica propia, como en casi todos los sínodos, y por una nueva metodología, especialísima, la de la «conversación en el Espíritu», cargada de «silencios cualificados de escucha» para oír el mensaje del Espíritu. No faltó la elaboración de un documento, pero fue también muy peculiar, porque estuvo marcada esa elaboración, desde el principio, por la voluntad de no resolver (decidir) ninguno de los principales temas candentes del momento, teniendo siempre como recurso a su disposición el remitir el tema a la próxima Asamblea Sinodal, la tercera (y última, en principio), la que se celebrará en octubre de 2014, es decir, a fecha de hoy, ya, dentro de 9 meses y medio.  

     El documento producido, bastante diferente a los habituales, efectivamente, reenvía las posibles decisiones al Sínodo de octubre de 2024, que más específicamente será la Tercera (y última) Asamblea de este Sínodo de la Sinodalidad, que entonces concluirá. El documento es público, está listo para descarga, y es de fácil lectura. Bien, ¿Y qué se hace ahora con él, respecto a la Conclusión del sínodo en el próximo octubre?

     Sobrevuela en los medios eclesiales interesados por el proceso sinodal un cierto desconcierto, en cuanto que siguen sin recibirse «instrucciones» sobre qué hacer con ese documento, de cara a preparar la parte principal de este Sínodo tan extraordinario, su etapa final decisoria y conclusiva. Los mismos «padres y madres sinodales» confiesan no haber recibido instrucciones, y confirman que todos entienden que en la Asamblea del 24 participarán las mismas personas que han participado en la del 23. Se rumorea que se espera alguna «guía metodológica», algún cuadernillo de tratamiento pedagógico -nada doctrinal nuevo-, para saber qué se quiere que se haga en las bases para llenar este tiempo de espera. 

     Ha pasado ya un mes y medio, y es mucho tiempo de espera, en proporción para los sólo nueve meses que quedan para tomar unas decisiones (cuando menos) polémicas, si es que no son superficiales, o inadecuadas, o simplemente paliativas. (Eso es otro tema, para otro momento). 

     Mala situación, si a las vísperas de la Navidad, y para tan poco tiempo como decimos que queda, no hay directrices claras... Pero también es verdad que se trataba de un «proceso sin-odal», de caminar juntos, con participación en igualdad, sin ser llevados o conducidos. Tal vez, este inexplicado silencio de parte de «los de arriba», es una ocasión magnífica ('Kairós' se llama en una visión de fe) para dar lugar a las iniciativas de abajo, para todos/as los que tienen iniciativa y algo que decir serio y tal vez urgente en este «proceso». Mejor no esperar más. Mejor ponerse en marcha.

     Hoy mismo (231214), la Red Catholic Church Reform International [clique en su idioma antes de leer] además de invitar a todas las «bases» a ponerse en marcha, a reiniciar grupos sinodales, o a montar otros nuevos, y convoca especialmente a quienes se han quedado insatisfechos con el camino recorrido hasta ahora, o quienes se sienten (tal vez dolidos) fuera de la Iglesia pero quisieran decir su palabra de descargo y/o poner sus condiciones... Y ofrece sus propias Guidelines for local communities to prepare for the 2024 Synod [clique en su idioma]. Encomiable iniciativa. 

     Sí, es la hora. Quien pueda y quiera, es mejor que dé un paso adelante y siga ya caminando. Nosotros vamos. Como decía Neil De Grasse en la serie 'Cosmos': «Vengan, acompáñenme»... 

In English:

     We are in a truly peculiar ecclesial period, without precedents. Let us see.
     We are still in the midst of (in the course of) a "Synod of Bishops" (the institution created after Vatican II), which by the will of the current Pope did not end, like all of them, with its first and only session or assembly, but was extended to a second assembly (that of last October, 2023), being modified in its very nature: it ceased to be only of bishops, as its name says, and the number of participants was increased, up to a final total of approximately 25% of new members who are lay people (not bishops), and in a good part, women. And all voting in total equality. Because of this and other changes, it was called "Synod on Synodality", obviously extraordinary, for several reasons.

     Its second Assembly, last October, was also very peculiar, all by the will of Francis, the only one in the Church who can do this, by his simple and sole will. This Second Assembly has been peculiar (rather unique in history) for several reasons. For that already mentioned participation of laymen and laywomen added to the bishops in total equality of participation. And for the absence of a theological theme, as in almost all synods, and for a new and very special methodology, that of "conversation in the Spirit", full of "qualified silences of listening" to hear the message of the Spirit. The elaboration of a document was not lacking, but it was also very peculiar, because this elaboration was marked, from the beginning, by the will of not resolving (deciding) any of the main burning issues of the moment, always having as a resource at its disposal to refer the topic to the next Synodal Assembly, the third (and last, in principle), the one to be held in October 2014, that is, as of today, already, in 9 months and a half from now.
     The document produced, quite different from the usual ones, effectively forwards the possible decisions to the Synod of October 2024, which more specifically will be the Third (and last) Assembly of this Synod of Synodality, which will then conclude. The document is public, ready for download, and easy to read. Well, what is to be done with it now, with regard to the Conclusion of the Synod next October?
     In the ecclesial media interested in the synodal process, there is a certain bewilderment, inasmuch as no "instructions" have been received as to what to do with this document, with a view to preparing the main part of this extraordinary Synod, its final decisive and conclusive stage. The same "synodal fathers and mothers" confess that they have not received any instructions, and confirm that they all understand that the Assembly of the 24th will be attended by the same people who participated in the Assembly of the 23rd. It is rumored that some "methodological guide" is expected, some booklet of pedagogical treatment -nothing new doctrinal-, to know what is to be done in the bases to fill this time of waiting.
     A month and a half has already passed, and it is a long time to wait, in proportion to the only nine months that remain to make some (at least) controversial decisions, if they are not superficial, or inadequate, or simply palliative (that is another topic, for another time).
     Bad situation, if on the eve of Christmas, and for such a short time as we say there is, there are no clear guidelines? But it is also true that it was a "syn-odal process", of walking together, with equal participation, without being led or driven. Perhaps, this unexplained silence on the part of "those from above", is a magnificent occasion ('Kairos' is called in a vision of faith) to make room for initiatives from below, for all those who have initiative and something to say seriously and perhaps urgently in this "process". Better not to wait any longer. Better to get going.
     Just today (231214), the Catholic Church Reform International Network [click on your language before reading] invites all the "grassroots" to get going, to restart synodal groups, or to set up new ones, and especially summons those who have been dissatisfied with the path followed so far, or those who feel (perhaps hurt) outside the Church but would like to say their word of disclaimer and/or set their conditions... And he offers his own Guidelines for local communities to prepare for the 2024 Synod [click on your language]. Commendable initiative.
     Yes, it is time. Whoever can and wants to, better step forward and keep on walking. We are going. As Neil De Grasse said in the series 'Cosmos': "Come, join me"...
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