"Los abusos son un crimen execrable", dice el obispo de Astorga Jesús Fernández: "Este templo sois vosotros"
Recientemente se celebró la Jornada Universal de la Infancia.En ella, recordamos con dolor y empatía a los niños, niñas y personas vulnerables que han sufrido un abuso físico y moral, cuyas secuelas perduran en el tiempo
La Palabra de Dios nos ha desvelado que todo ser humano merece el respeto que Dios mismo le da al convertirlo en templo suyo
Por lo tanto, el abuso cometido contra menores y personas vulnerables reviste la máxima gravedad. Todas las Iglesias que peregrinan en España, también la nuestra, están comprometidas en este terreno y quieren acoger, acompañar y hacer justicia a las víctimas de estos abusos que, además de constituir un pecado grave, son un crimen execrable
Jesús reacciona contra el uso indebido del Templo por parte de los mercaderes, pero también por parte de los sacerdotes.
Por lo tanto, el abuso cometido contra menores y personas vulnerables reviste la máxima gravedad. Todas las Iglesias que peregrinan en España, también la nuestra, están comprometidas en este terreno y quieren acoger, acompañar y hacer justicia a las víctimas de estos abusos que, además de constituir un pecado grave, son un crimen execrable
Jesús reacciona contra el uso indebido del Templo por parte de los mercaderes, pero también por parte de los sacerdotes.
Alfonso del Río, corresponsal en Astorga
El Obispo de Astorga, D. Jesús Fernández, ha publicado una interesante carta pastoral que dirige a todos los diócesanos y que reproducimos aquí, algunos párrafos, para todos los lectores de RELIGION DIGITAL.
Recientemente, se celebró la Jornada Universal de la Infancia. En ella, recordamos con dolor y empatía a los niños, niñas y personas vulnerables que han sufrido un abuso físico y moral cuyas secuelas perduran en el tiempo. Nunca nos cansaremos de pedir perdón, de ofrecer penitencia, de orar, de prevenir y de hacer justicia a las víctimas.
Los cuatro evangelistas narran un episodio de la vida de Jesús que debió revestir gran trascendencia para la comunidad cristiana primitiva. Jesús ha llegado a la ciudad santa de Jerusalén y, mirando desde el otro lado del torrente Cedrón, invadido por la tristeza, llora por la ruima que se avecina sobre la ciudad. A continuación se dirige al Templo, donde realiza un gesto profético: la expulsión de los mercaderes. Y lo hace al tiempo que recuerda unas palabras del profeta Isaías que había afirmado que el templo tenía que ser "casa de oración para todos los pueblos" y otras del profeta Jeremías quien recalcaba que algunos la han convertido en "cueva de bandidos".
Jesús reacciona contra el uso indebido del Templo por parte de los mercaderes, pero también por parte de los sacerdotes. Unos y otros lo usan, no como un espacio preferente para el encuentro con Dios y la conversión personal, sino como un lugar para hacer negocio.
Si necesitamos purificar nuestra alma, hagamos como Jesús, acudamos a la Palabra de Dios que pondrá en evidencia nuestro pecado, nos moverá a la conversión y nos acompañará hasta el sacramento de la reconciliación.
La palabra de Dios nos ha desvelado que todo ser humano merece el respeto que Dios mismo le da al convertirlo en templo suyo. Por lo tanto el abuso cometido contra menores y personas vulnerables reviste la máxima gravedad.
Todas las Iglesias que peregrinan en España, también la nuestra, están comprometidas en este terreno y quieren acoger, acompañar y hacer justicia a las víctimas de estos abusos que, además de constituir un pecado grave, son un crimen execrable. Por eso, han establecido ámbitos de acogida, de ayuda y de presentación de denuncias de todas las diocesis. Por eso, están realizando su trabajo de forma personalizada; de hecho, no se ha presentado ninguna denuncia formal por negar esta atención. Tampoco se ha dado ningún caso en que se haya incumplido la correspondiente sentencia. A este empeño se añade el compromiso con la prevención, sobre todo a través de la acción educativa.
Desde el dolor y el arrepentimiento, pedimos perdón al Señor por aquellos abusos cometidos por los pastores y fieles estrechamente relacionados con la Iglesia católica -según estadísticas fiables, un 0,8% del total en España- y elevamos nuestras súplicas por los menores y personas vulnerables, pidiéndole que todos ellos gocen de las condiciones necesarias para crecer y desarrollarse adecuadamente. Junto a la oración, ofrezcámosle también nuestro compromiso de devolver la dignidad a los abusados y de prevenir estas situaciones a través del empeño educativo en todos los ámbitos: familia, escuela, parroquia, mundo de la cultura...Encomendemos esta intención al Señor.
Primero, Religión Digital