FILOSOFÍA GRIEGA Y CRISTIANISMO / 5b

Convendría aclarar, para evitar un anacronismo, que en el mundo griego, no existe aún una separación entre filosofía y ciencia como en la actualidad.

Ambas formas de saber permanecerán unidas hasta el s. XVII, después de la revolución científica del Renacimiento, protagonizada por Copérnico, Kepler y Galileo en el campo de la astronomía y de la física.

Incluso Newton usará la nomenclatura latina “philosophía naturalis” para denominar la física. Tales, Pitágoras, Demócrito o Aristóteles son filósofos y científicos simultáneamente.

Por tanto, el nacimiento de la filosofía griega equivale al origen de la ciencia occidental. Los historiadores afirman que la filosofía nace en las colonias jónicas de Asia Menor, cuando se da el paso del mito al lógos, un paso lento y progresivo que sustituye el pensamiento mítico por el pensamiento racional.

El concepto polisémico de lógos, en cuanto explicación racional del cósmos en oposición a la explicación mítica y religiosa , engloba de forma simultánea filosofía y ciencia.

En el sentido hegeliano de Geist (= Espíritu, como el conjunto de la creaciones culturales humanas), el espíritu filosófico de los griegos se identifica, pues, con su espíritu científico.

La filosofía vendría a ser el espíritu apolíneo de la cultura griega. El término griego lógos se traduce por palabra (verbum en latín) y por razón (ratio en latín), pero se trata de una razón especulativa, que a partir de la revolución científica del Renacimiento se convertirá en “razón experimental”, con la creación de un nuevo método científico.

La filosofía es, pues, un genial y original invento griego, como lo fueron la épica, la lírica, el teatro, la tragedia, la democracia o los juegos olímpicos. El helenista Werner Jaeger (véase Paideia. Los ideales de la cultura griega) señala la originalidad de las creaciones culturales helénicas en el arte, la poesía, la matemática o la política, formas ideales convertidas luego en clásicas.

Pero entre esas geniales producciones destaca la filosofía, “la creación más maravillosa del espíritu griego” y afirma: “el pueblo griego es el pueblo filosófico por excelencia. La ‘teoría’ de la filosofía griega se halla profundamente conectada con su arte y su poesía”.

El término “teología” (compuesto de theós y lógos) es también creación griega. Pero hay que aclarar que es un concepto polisémico, no asimilable a la futura concepción monoteísta, que se impondrá en occidente varios siglos más tarde.

Cuando W. Jaeger utiliza el término “teología” aplicado al pensamiento de los pensadores presocráticos (véase su obra Teología de los primeros filósofos griegos), parte de la identificación en ellos, desde los milesios, de la naturaleza (phýsis) con lo divino (tò theîon).

No se trata, pues, de ningún “dios” personal. Por ejemplo, el ápeiron de Anaximandro, principio originario (arché) e indeterminado que todo lo gobierna (pánta kybernân) y de donde surgen cíclicamente infinitos mundos (eterno retorno), es calificado por Aristóteles (Física, III) como “lo divino” (tò theîon).
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