NIÑOS, MIEDOS Y NEGOCIOS “SANTOS”.
Precisamente ahora que los números cantan y predican todo lo contrario, a la Iglesia le sobran niños… Cualquier otra religión es más fecunda y generadora de niños que la cristiana, que es la que impera, define y califica a la que se dice vivir en el llamado “mundo occidental” o civilizado, con todos sus dogmas y con hipotético comportamientos ético morales exigidos por los mandamientos de la Ley de Dios y de los suyos propios, Cartas Pastorales, Encíclicas y homilías..
Faltan niños, por lo que eso de que “el Reino de Dios es su destino” y lo de “haceros como niños”, hasta precisa de nuevas lecturas a la luz de los santos evangelios…Sin ellos –los niños- las consecuencias son extremadamente indescriptibles. No pocos signos litúrgicos apenas si nos sirven, ni las imágenes que se nos han ofrecido y ofrecen del infierno y del cielo, ni el concepto del pecado –“mundo, demonio y “carne”-, ni el de la felicidad, ni los de la jerarquía, ni el de los santos y santas y ni siquiera la idea del Dios justiciero, que nos han pretendido inocular con los catecismos…
A la pedagogía catequística le sobran episodios, “dogmas” y palabras con la impronta –marca y huella- de la puericia, con notoria falta de adultez y convencimientos dirigidos también a los “niños a perpetuidad” que religiosamente fueron, y siguen siendo, tratados y “educados” también las personas mayores, con bendiciones jerárquicas, “Nihil Obstat” y donación de indulgencias…
Pero curiosamente hay zonas, ámbitos, sectores y episodios en los que la relación niños e Iglesia alcanza valores “religiosos” excepcionalmente relevantes. Pienso aquí y ahora, en las “revelaciones sagradas” de las que con asiduidad y piedad se dice, adoctrina y predica, que se vale la santísima Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, para comunicar los “secretos divinos”, al resto de la Iglesia y del mundo, con mención y reiterado asentimiento de los mismos obispos y del papa.
Niños y niñas, pobres de pan y de cultura, suplantan a los apóstoles, sacerdotes y ministros oficiales de la difusión de los evangelios, con aplicación además particular y concreta a determinadas circunstancias y hechos…Lo de doctorados –“doctores tiene la Iglesia”- en Ciencias Sagradas, licenciados y “master” universitarios, carece de valores ministeriales, a no ser que después sea preciso recurrir a su acervo científico para desvelar, o interpretar, con ortodoxia, algún que otro misterio…
Hablando a lo claro, con sensatez, evangelio y eclesiología es imprescindible reflexionar acerca de la ortodoxia real de no pocos niños y niñas que se precian y manifiestan ser portadoras de “mensajes de religión y de vida”, de los que los hizo, y los hace, ser portadores “infalibles” la Corte Celestial, especialmente la Santísima Virgen María. En ocasiones, milagros y “milagrerías” cortejan y avalan tales aseveraciones, con imposibilidad de su análisis y discusión por parte del pueblo fiel y de sus mismos pastores…
Aunque suene a heterodoxia y huela y sepa a herejía y a infierno, es santo y sano y santos referir que son ya muchos los santuarios de Lourdes, Fátimas y demás especializados en estos menesteres proclamados reverencialmente “religiosos”. En los mismos, además de proclamas procedentes de la catequesis a favor de que “todos debemos ser buenos, del dolor que a Dios y a la Virgen les ocasionan nuestros pecados y la falta de rezos, sobre todo del rosario”, prevalece la insistencia en el “santo temor de Dios” y en la seguridad de la condenación eterna de los incrédulos o de los que dudan de la veracidad de las revelaciones susodichas.
El hecho de suplantar –sí, suplantar-, y además en el nombre de Dios o de la Virgen, en el ministerio de la evangelización a sacerdotes, obispos, al “Romano Pontífice” y a los demás miembros del pueblo de Dios, al igual que la torrentera de miedos y de penitencias que fomentan las referidas “revelaciones”, tendrán que hacer dudar a las personas conscientes, poco o nada letradas y ajenas de cualquier atisbo de la verdadera religiosidad cristiana…
Acrecentará aún más tales dudas, conocer y tomar conciencia de la rentabilidad de las “indulgencias” de los negocios-negocios montados alrededor de las “apariciones”, con IVA o sin IVA. Recientemente el papa Francisco alertó a los responsables de Lourdes con el nombramiento de un superintendente, versado en estas “interioridades” y nada menos que a cargo de 300 empleados...
Miedos y negocios, por muchas y ostentosas “conversiones” y “milagros” que certifiquen los “expertos”, tendrán que hacer dudar a muchos adultos en relación con las “revelaciones” infantiles, y más después de saber algo más acerca del “Tercer Secreto de Fátima” depositado por la “vidente” Sor Lucía en los arcones del Santo Oficio, en sobre lacrado…
No creer, como mayoritariamente se cree, en Lourdes, Fátima, y en otros lugares “sagrados”, sería menos pecado que el de saber, consentir, fomentar y participar de alguna manera en sus respectivos negocios, y no solo en los materiales.