Un sueño en el desierto
Con puntualidad, diríase que carismática, José Luís Martín se nos hace presente año a año, es decir, libro a libro, con alguno de sus títulos nuevos hasta haber enriquecido su colección bibliográfica de modo ciertamente singular. Sus ideas, vivencias, recuerdos o imaginaciones, que son muchas, las viste y reviste el prolífico autor, de párrafos, páginas y libros, bellamente confeccionados además por la editorial “Liber Factory”, que los echa a andar por esos mundos de Dios -librerías e internet-, proporcionándoles a los posibles lectores situaciones y tiempos inteligentemente felices.
El título de la presente reseña bibliográfica es el de “Un sueño en el desierto” y sobrepasa las 300 páginas y sus temas son nuevamente los cuentos. Cada uno de ello resulta ser respuesta cabal y proporcionada a unas historias que fueron datadas, y a otras que ni jamás lo fueron ni lo serán, por el hecho de que la imaginación de José Luís no tiene historias ni ocupan lugar, por mucho y relevantes que sean o pudieran haber sido.
El los tiempos que vivimos en la actualidad, con sus correspondientes capítulos, resultan tan legibles, fiables o más, los cuentos que narra José Luís, que las historias que así intitulen los llamados y tenidos oficialmente como historiadores. El autor es cuentista –“narrador de cuentos”, a la vez que poeta, por lo que su producción literaria, en líneas generales, está siendo, y será, recordada, por muchos. Poetas y narradores de cuentos son y serán líderes en la exposición y desarrollo del pensamiento, artículo de primera necesidad para la humanidad.
Es deliciosa tarea y vocación la de José Luís, quien en la página 125 de su texto, en apartado “Donde empezó la noche”, se identifica con uno de los múltiples personajes de su propia invención, de nombre Estanislao Meco, de quien antológicamente refiere que:” cuando las piernas no le dieron de sí, negándosele la posibilidad de continuar con aquellas caminatas, cambió de vida para dedicarse, con igual ahínco, que todo en él era constancia y dedicación, a ir de una ciudad a otra, narrando en largas conferencias sus experiencias riquísimas”.
Este es el oficio, la historia, el cuento, la poesía y la vida de los escritores, y concretamente de José Luis, abulense de “pro” y “por la gracia de Dios”. El reinvento de nombres, sobrenombres y apellidos y circunstancias de sus personajes es digno de elogio. Estimula y convence. Algunos, lo dicen todo o casi todo, ya desde su pronunciación primera.
Y, por fin, todos a leer el libro “Un sueño en el desierto”. El sueño –los sueños- son nuestro principal patrimonio. De todos. Aún de quienes precisan tomar pastillas o jarabes para reconciliarse consigo mismo, con los demás y con el sueño. Sin sueños y ensoñaciones no se puede vivir. Nos gastamos.. No se funciona. Se vive de peor talante, y tal circunstancia influye negativamente en la convivencia familiar, social, cívica, política y, por supuesto, y sobre todo, religiosa.
“Sueños” y “en el desierto”. Es decir, en la soledad. Y si esta es, o puede ser, compartida, mejor que mejor. Alejado de todo o de casi todo. Con nosotros mimos al hombro, y “en“ y “por” nosotros, con el resto de la humanidad.
Pensamientos humanos y cristianos, cuya reactivación justificará sobradamente la lectura desadormecedora y consciente, del nuevo libro del amigo José Luís Martín.