"Artistas" y elecciones

Leí recientemente en un periódico que los artistas de la "ceja”, o algunos de ellos, abandonan a Zapatero y a Rubalcaba en las próximas elecciones y se acercan a Izquierda Unida. Y cuando me dispongo a editar el presente post salta la noticia de la nueva plataforma de apoyo a Rubalcaba. Ya no es la "ceja", sino "ojalá". Y en "ojalá" entran personas de un perfil mucho más académico.Tampoco falta algún representante de los gremios del mundo de la "cultura", más cercanos a lo que la "ceja" fue. Nunca he entrado directamente en la política de partidos. Tampoco lo voy a hecer ahora. En todo caso, como el mundo no se termina con Rubalcaba ni sospechamos que se vaya a acabar para siempre la tentación de apoyar las campañas en celebridades más o menos solidas del famoseo, me permito transcribir aquí una página que publiqué no hace mucho en mi libro “Elogio de la ingenuidad”.

"ARTISTAS"



De vez en cuando, casi siempre, se echa mano para las campañas electorales de determinados elementos del mundo del espectáculo. Son ciudadanos que aseguran de viva voz y hasta en documentos oficiales ser “artistas”. (¿Habrá algún poeta, algún escultor, algún arquitecto que se atreva a autodenominarse así con semejante oficialidad y aplomo?). Gentes del espectáculo o también famosos del deporte o de cualquier otra actividad que lleva consigo pasarse media vida en el escaparate al que se asoma la masa. ¿Pero qué saben los “artistas” de política, de derecho, de organización de la sociedad, de filosofía del poder o de los poderes, de lo que más conviene al pueblo, que no sepan los ciudadanos medios del país, que no sepan mucho mejor los millones de ciudadanos más dotados y preparados? ¿No conocemos algunos casos eximios de “artistas”, con éxito de tablas o de cámaras, o ejemplares famosos del tinglado de la farsa que en su vida personal o familiar son modelos acabados del humano caos? Y si éste no es precisamente el sector de ciudadanos más ordenado, más reflexivo, más tentado por el estudio, con más seria y profunda preparación intelectual y académica, ¿qué pueden enseñar que el resto de ciudadanos no sepa? A no ser que se eche mano de ellos para convencer a determinados grupos de población no muy provistos de ideas, o infantilizados, los mismos, por ejemplo, que se tragan las ollas podridas del falso glamour y la telebasura. ¿Campaña electoral con “artistas” y famosos? No, gracias. Ni a favor de un partido ni del contrario. De una idea o de la contraria. ¿Los artistas, los famosos, ayudando a decidir al ciudadano el futuro de su patria? Muchas gracias. Que empleen ese tiempo precioso en estudiar. Y, de paso, si les hace falta y quieren –son muy libres-, que lo empleen en hacer frente a las limitaciones –en algunos casos, tan visibles- con las que la naturaleza los trajo al mundo. Entre ellas, la propensión a la autocomplacencia y al error de pensar que quien vive en el escaparate es más listo y más importante que quien lo contempla divertido desde fuera.


(“Elogio de la ingenuidad”, Madrid, Nueva Utopía, 2007, p. 46-47).
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