La Ascensión: "Pueblos todos, batid palmas"

Desde el inmenso respeto a los salmos bíblicos, me atreví a hacer unas glosas libres de aquéllos que más me llegaban al alma y que me parecían más vivos y cercanos a la sensibilidad de nuestro tiempo. Entre ellos, éste que la liturgia de la Ascensión elige como Salmo Responsorial.



PUEBLOS TODOS, BATID PALMAS

(Salmo 46)


Pueblos todos, batid palmas,
clamad a Dios con gritos de júbilo.


Hombres mujeres, todos,
ciudadanos del mundo, ¿para cuándo
guardáis vuestro clamor de masas exultantes?
No permitáis que vuestro aplauso muera
ni se apague el fervor de vuestras manos.


Rompa sonora la ovación cerrada.
Entone ya sus salmos de alegría
toda la tierra en pie, poderosa y unánime.


Alcen todos los seres su gran coro,
en el amor y el entusiasmo unidos.
Estalle y llene el cielo con sus sones
la universal orquesta de los hombres hermanos.


Dios asciende entre aclamaciones:
el Señor, al son de trompetas:
tocad para Dios, tocad,
tocad para nuestro Rey, tocad.
Porque Dios es el Rey del mundo:
tocad con maestría.


Porque Él es Padre todopoderoso
de este pueblo de reyes desvalido y alzado.
Dios vive, crea, ama, dona,
se desvive en el hombre.


Dios es Rey y es amor. Pone un trono sagrado
dentro del corazón de cada ser humano.


Pueblos todos, batid palmas,
aclamad a Dios con gritos de júbilo
.
Pues grande es el Señor. Poderoso y excelso
es su amor, poderoso su brazo.
Él es excelso.


(De Salmos de ayer y hoy, Estella, EVD, 1997, 2008).
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