Tu amor solo me basta

El poema que sigue está inspirado en la célebre oración de san Ignacio de Loyola "Tomad, Señor y recibid…". No fue precisamente un grandísimo escritor; pero sus textos, tan profundos conceptual y vitalmente, nos han llevado a meditar y a rezar a muchos.

TOMA, SEÑOR


Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad…
San Ignacio de Loyola


De pronto he comprendido
que puedo ser un don,
¿pues no me has levantado como un templo
rico de dones tuyos?
Aliento en tu perfume como incienso,
bebo en tu luz, respiro por tu música,
me siento firme, alzado,
pleno de tu presencia.

¡Cuánta memoria de felices días!
¡Qué súbitos reflejos de tu gloria
deslumbraron mi pobre inteligencia!
¡Cuánto sabor a ti, qué voluntad firmísima
desde mi oscura sombra protegida!

Hoy todo te lo doy. Mi templo es tuyo.
Tuyo es cuanto cobija y cuanto cubre
mi bóveda de ser.
Tuyo soy yo, mi amor, mis días.
Tuya mi voluntad, mi entendimiento,
tuya la pesadumbre de mis sombras.

Me bastas tú.
Tu amor solo me basta.


(De Obra Poética, p. 396).
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