Si eres una persona sensible
Si eres una persona sensible y no aciertas a hacerte el duro, si a veces te domina la compasión y te anuda la garganta el sufrimiento ajeno, si no sabes dominar un dolor para pasar sin transición al siguiente punto de tu agenda, si a veces te traiciona la ternura ante la debilidad o la belleza y tienes que parpadear para espantar las lágrimas, si piensas repetidamente las palabras que has de decir en la visita a una persona relativamente importante, si te llena de alegría el saludo de un niño desconocido, si te espanta que alguien de bien pueda temblar en tu presencia, si preferirías que te rompieran los dientes antes de traicionar a un amigo, si no eres capaz de callar cuando la sinrazón o el desbarajuste piden la voz y el grito, si no puedes decir sí cuando el sentimiento y la razón piden el no, si no has aprendido a halagar, a mentir, a callar, a esperar la ocasión, si eres tan torpe que te atas como con cien maromas a la palabra dada, si tiemblas ante la sola idea de ser cruel con un indefenso, si nada te daría tanta vergüenza como que te pillaran en manifiesta ingratitud, si prefieres la paz contigo mismo a la mayor fortuna, si no te encandila el brillo del dinero ni remueve tu libido el cuerpo del poder..., tú nunca serás importante.
Si no sabes ser frío, si no aciertas a ahogar tus emociones antes de que aparezcan, si no has aprendido a no mover un músculo ante el suceso atroz o repugnante, si eres incapaz de aplazar tus reacciones hasta el momento oportuno, si no eres paciente ante lo que no admite espera, si a tus años no has aprendido a ser calculador y a ponderar las ventajas de anularte a ti mismo, si supera tus fuerzas violentar tu conciencia para subir dos peldaños en la escalera establecida, si la arbitrariedad te subleva, si no te da todo igual cuando proviene del jefe ni encuentras todo bien cuando lo hace quien manda, si te aferras a tu idea del bien y del mal, de lo bello y lo honesto, si te metes hasta el cuello en las causas perdidas, si casi cada día te ves nadar contra corriente..., con toda probabilidad, para muchos, nunca serás alguien importante. Nunca. Pero serás tú. Tú mismo. Y eso te sentará pero que muy bien… Y te sabrá a gloria.
Si no sabes ser frío, si no aciertas a ahogar tus emociones antes de que aparezcan, si no has aprendido a no mover un músculo ante el suceso atroz o repugnante, si eres incapaz de aplazar tus reacciones hasta el momento oportuno, si no eres paciente ante lo que no admite espera, si a tus años no has aprendido a ser calculador y a ponderar las ventajas de anularte a ti mismo, si supera tus fuerzas violentar tu conciencia para subir dos peldaños en la escalera establecida, si la arbitrariedad te subleva, si no te da todo igual cuando proviene del jefe ni encuentras todo bien cuando lo hace quien manda, si te aferras a tu idea del bien y del mal, de lo bello y lo honesto, si te metes hasta el cuello en las causas perdidas, si casi cada día te ves nadar contra corriente..., con toda probabilidad, para muchos, nunca serás alguien importante. Nunca. Pero serás tú. Tú mismo. Y eso te sentará pero que muy bien… Y te sabrá a gloria.