Desconocer las Escrituras es desconocer a Cristo

Hoy 30 de septiembre celebramos la fiesta de san Jerónimo (Estridón c. 340 - 30 de septiembre de 420), patrón de todos los estudiosos y amantes de la Biblia.

Dedicó gran parte de su vida a la traducción al latín de los textos hebreos, arameos y griegos de la Biblia. Su gran obra, por la que más será conocido es precisamente su labor traductora: a él debemos la Vulgata, que se convirtió en el texto oficial de la Iglesia católica. Aunque utilizó, sobre todo para el Nuevo Testamento, las antiguas versiones latinas, conocidas como Vetus latina, su obra es incalculable, especialmente para el Antiguo Testamento, haciendo uso de antiguas versiones en las lenguas originales bíblicas, de las que algunas no han llegado a nosotros.

También se han conservado diversos comentarios a varios libros bíblicos, entre los que destaca su voluminoso comentario al profeta Isaías, donde afirma: «Desconocer la Escritura es desconocer a Cristo» (Commentarii in Isaiam, Prólogo: CCL 73, 1 [PL 24, 17]). No es posible, siguiendo su afirmación, llamarse cristiano y desconocer (no leer, no meditar, no saborear, no compartir, no amar) los textos bíblicos, a través de los cuales Dios nos habla.

Su celebración cierra, en muchísimos lugares, el mes de la Biblia, que se ha conmemorado durante todo septiembre.

Javier Velasco-Arias
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