Otro artículo de Oriolt en Germinans de necesaria lectura para comprender la situación de la archidiócesis barcelonesa. El tan pregonado obispo auxiliar, Don Sebastián Taltavull, parece que cuenta poquísimo en los planes del cardenal Martínez. Y me permito licencias de lenguaje. Porque lo de poquísimo es una evidente exageración al alza. Más bien nada. Y los planes de Martínez no existen. Salvo que se llame plan al pretender salvar la cara en cada momento y como se pueda.

Seguramente el cardenal le está haciendo un favor a su auxiliar. Aunque sin pretenderlo. Cuanto menos se le note, cuanto más alejado parezca de quien va a pasar a la historia de la diócesis como el liquidador de la misma, mejor situado estará para optar a una diócesis propia cuando desaparezca el hoy arzobispo de Barcelona. Que ya sólo quedan dos años y siete meses para que presente la renuncia. Veremos si queda algo del catolicismo barcelonés transcurrido ese plazo.

Me dicen que Taltavull ya no es el sacerdote progresista de su juventud. No sé si por conversión, discretita, eso sí, o por cálculo interesado al saber que eso ya no se cotiza. Reminiscencias le quedan. Por ejemplo sus bromas despectivas a los jóvenes sacerdotes que llevan clergyman. Que todo se sabe, señor obispo.