La pelota está ahora en el tejado del arzobispo de Santiago.
Ya se ha comprobado que ruegos encarecidos no sirven para nada. Y algunos pensarán que los obispos tampoco. Veremos lo que ocurre. Y lo contaremos.
Vieiros, nada sospechoso de hostilidad a las Romaxes, acaba de darnos una relación de romeiros distinguidos. No están todos los que son pero ciertamente son todos los que están.
"Pepe Chao, Espiña, Dourado, Tori (supongo que es Victorino Pérez Prieto), Miguélez, López Muñoz, García Cendán, Carballo, Mini e Mero, Xabi Blanco, Pilar Wirt, Sarai, Tareixa Ledo, Engracia Vidal, Celia Castro, Paz Quiñones". Totum revolutum de curas en activo, curas casados, monjas y exmonjas, dinosaurios no pocos, que representan a una Iglesia mucho más vinculada al Bloque que a los obispos de Galicia.
Puedo entender que haya un sector eclesial nacionalista aunque esa ideología haya tenido unos resultados tan pésimos para la religión donde ha imperado, reconozco su derecho a reunirse y hasta que en esa reunión celebren una misa. Pero si la celebran debe ser una misa católica y no un simulacro o una profanación. Eso es lo que en mi opinión no deberían permitir los obispos gallegos. Ni en esta ocasión Don Julián Barrio.
Si obtuviera garantías de que todo se va a celebrar dentro de un relativo orden yo no tendría nada que decir respecto a esa misa. Pero hay muchísimas apariencias de que se profana el Cuerpo y la Sangre de Cristo. El encarecido ruego del obispo de Mondoñedo-Ferrol el pasado año de que no se celebrara la eucaristía parece confirmar lo que decimos. Pero no se atendió a lo que encarecía. ¿Y qué? Que sepamos se tragó el ruego con cachelos. O sin ellos.
Pues este año le toca a usted, Don Julián.