Muerte y resurrección de Jesucristo, 2025
En nuestra sociedad la Semana Santa sigue siendo una referencia con distintas interpretaciones. Para muchos son unos días de vacación y de turismo totalmente al margen de las celebraciones religiosas. Para otros son evocación de lo religioso centrado en imágenes, procesiones, coloridos, músicas y silencios que de algún modo evocan algo sagrado e indefinible. Pero queda pendiente un interrogante: ¿ qué significa la celebración de la Semana Santa cono expresión de la fe o experiencia cristiana?
Quizás estos breves comentario nos ayuden a meditar
Jueves Santo: Propuesta del Evangelio
Jesús de Nazaret, a quien lo cristianos confesamos Palabra e Hijo de Dios, fue un judío que vivió en intimidad singular con Dios a quien experimentó como Presencia de amor siempre inabarcable. Por eso fue el hombre que respiró sentimientos de amor sin discriminaciones; pasó haciendo el bien, curando heridas y combatiendo las fuerzas diabólicas que anidan en el corazón humano y en instituciones incluidas las religiosas.
Esas fuerzas diabólicas no soportaron el evangelio de la fraternidad sin discriminaciones y decidieron eliminar al Profeta. Ya en vísperas de su muerte, Jesús se reunión con sus inmediatos seguidores para celebrar la pascua o paso de Dios liberador que celebraban los judíos. En ese contexto hizo dos gestos proféticos, que son como expresión sacramental de su Evangelio; compartir el pan y el vino – la comida- incluso con el que le traicionará; y lavando los pies a sus discípulos que social y religiosamente no tienen ningún derecho,
Viernes Santo: El Crucificado, Evangelio viviente
No soy quien para juzgar a otras personas que organizan y participan en manifestaciones religiosas deslumbrantes suscitando devoción en muchos. Todos habitamos en esa presencia de amor que es el misterio de Dios y nuestra libre permeabilidad a esa Presencia reviste mil formas ¿Quién puede juzgar los sentimientos del costalero agachado debajo de la carroza o tirando de las andas del pesado paso? Pero es la oportunidad para confesar la fe o experiencia cristiana
Según el esquema religioso común, casi espontáneamente nos imaginamos una divinidad en las alturas que, ofendida por nuestros pecados, exige reparación. Jesucristo con su muerte cruenta sería como la víctima que por nosotros satisface a esa divinidad ofendida.
Pero la fe cristiana en la encarnación –Presencia de Dios amor en nuestra misma condición humana- trae una novedad impensable y gratificante: la muerte de Jesús, dolorosa, libre y por amor, no es obra de justicia conmutativa para pagar a una divinidad ofendida. Es la encarnación de esa Presencia de amor que llamamos Dios en el corazón humano de Jesús que fue capaz de morir sufriendo, con amor y confiando. Aquella muerte sufrida con dolor pero libremente aceptada por amor , rubricó el gesto sacramental de la última cena proclamando que el amor sin discriminaciones es más fuerte que la muerte
Vigilia Pascual: la resurrección
La vida después de la muerte ya fue barruntada en religiones iraníes antes de que se escribiera la Biblia; de alguna forma lo requería el deseo de pervivencia que todos llevamos dentro. Impulsado por ese mismo deseo el filósofo Platón inventó la inmortalidad del alma. Pero en la revelación bíblica la esperanza de la resurrección o victoria sobre la muerte no entra hasta el siglo II antes de Cristo. Todavía en tiempo de Jesús había un grupo de llamados saduceos que no creían en la resurrección de los muertos.
Lo singular de la revelación bíblica es que fundamenta la resurrección no en el deseo de pervivencia, sino en Dios, Presencia de amor, amigo de los seres humanos y dueño de la vida. Si es protector de Abrahán, Jacob, Susana, Rebeca…y fuente de vida, es imposible que los abandone en la oscuridad de la muerte.
La resurrección de Jesús es primicia de una gran cosecha en toda la humanidad a lo largo de la historia. Se está haciendo realidad en cada mortal cuando por amor y con libertad sale de su tierra para echar una mano al otro. Cuando comparte con el pobre. Cuando alterado por el sufrimiento de las personas, se hace su prójimo y presta su ayuda. Cuando haciendo todo lo que puede para salir de su egocentrismo y ser para los demás, experimenta el desánimo. Pero no se cansa de esperar echando de nuevo las redes y navegando hacia la otra orilla.