Dos referencias en la vida de la Iglesia (29.6.14)
Pedro confiesa : “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.» Jesús le respondió: "tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”. Pablo tiene conciencia de ser elegido para “que también los gentiles reciban el Mensaje".
1. En los evangelios Pedro es el pescador que, impactado por lo la invitación de Jesús, va entrando en sintonía profunda con él. Un encuentro que va creciendo poco a poco. En un proceso que tiene sus momentos de oscuridad y de crisis, sobre todo al ver el fracaso del Maestro condenado por las autoridades religiosas y políticas. Es el prototipo del creyente que se va convirtiendo, abriéndose a la presencia desconcertante de Dios en la conducta histórica de Jesús. En Pentecostés Pedro habla en nombre de los primeros discípulos, cuya fe viene a ser normativa para todas las generaciones que se suceden en la historia de la Iglesia. Confiesa el artículo central y novedoso de la fe cristiana: “Jesucristo es el Hijo de Dios vivo”. Y si la Iglesia se mantiene en esa confesión confiesa, nadie ni nada la destruirá.
2. Pablo, alcanzado y convertido por la presencia del Resucitado, abrió la Iglesia al mundo griego y romano, superando los moldes o envases de la religión judía. El evangelio de Jesús es anuncio de salvación para todos los pueblos . San Pablo vivió la fe cristiana, el encuentro con Jesucristo con una intensidad singular: “no soy yo, es Cristo quien vive en mí”. Y destacó la universalidad del Evangelio: “El Señor me asistió para que también los gentiles reciban el Mensaje”
3. Pedro y Pablo son ejemplo de fe cristiana o seguimiento de Jesucristo Al final los dos rubricaron su fidelidad entregando la propia vida como testigos de Jesucristo. Ellos con como dos referencias permanentes para la Iglesia. Es ante todo comunidad de personas que nos vamos haciendo creyentes, aunque como Pedro todavía siguiendo a Jesucristo “de lejos”. Y es comunidad totalmente abierta al mundo, casa donde todos encuentran lugar con su vida a cuestas. Una Iglesia “en salida”. Lo más contrario al evangelio de la fraternidad es el sectarismo, la cerrazón a una cultura determinada y la discriminación de cualquier tipo. Nuestra fe cristiana hoy es la misma que la fe de Pedro y de Pablo: seguir a Jesucristo y en nuestra forma de vivir ofrecer el Evangelio a todos. Se comprende que la Iglesia celebre a Pedro y a Pablo en la única fiesta.
1. En los evangelios Pedro es el pescador que, impactado por lo la invitación de Jesús, va entrando en sintonía profunda con él. Un encuentro que va creciendo poco a poco. En un proceso que tiene sus momentos de oscuridad y de crisis, sobre todo al ver el fracaso del Maestro condenado por las autoridades religiosas y políticas. Es el prototipo del creyente que se va convirtiendo, abriéndose a la presencia desconcertante de Dios en la conducta histórica de Jesús. En Pentecostés Pedro habla en nombre de los primeros discípulos, cuya fe viene a ser normativa para todas las generaciones que se suceden en la historia de la Iglesia. Confiesa el artículo central y novedoso de la fe cristiana: “Jesucristo es el Hijo de Dios vivo”. Y si la Iglesia se mantiene en esa confesión confiesa, nadie ni nada la destruirá.
2. Pablo, alcanzado y convertido por la presencia del Resucitado, abrió la Iglesia al mundo griego y romano, superando los moldes o envases de la religión judía. El evangelio de Jesús es anuncio de salvación para todos los pueblos . San Pablo vivió la fe cristiana, el encuentro con Jesucristo con una intensidad singular: “no soy yo, es Cristo quien vive en mí”. Y destacó la universalidad del Evangelio: “El Señor me asistió para que también los gentiles reciban el Mensaje”
3. Pedro y Pablo son ejemplo de fe cristiana o seguimiento de Jesucristo Al final los dos rubricaron su fidelidad entregando la propia vida como testigos de Jesucristo. Ellos con como dos referencias permanentes para la Iglesia. Es ante todo comunidad de personas que nos vamos haciendo creyentes, aunque como Pedro todavía siguiendo a Jesucristo “de lejos”. Y es comunidad totalmente abierta al mundo, casa donde todos encuentran lugar con su vida a cuestas. Una Iglesia “en salida”. Lo más contrario al evangelio de la fraternidad es el sectarismo, la cerrazón a una cultura determinada y la discriminación de cualquier tipo. Nuestra fe cristiana hoy es la misma que la fe de Pedro y de Pablo: seguir a Jesucristo y en nuestra forma de vivir ofrecer el Evangelio a todos. Se comprende que la Iglesia celebre a Pedro y a Pablo en la única fiesta.