Cuestiones personales me han impedido seguir la información de este día. Ignoraba el asesinato de Isaías Carrasco a manos del terrorismo etarra. Mi más radical condena moral y política de ETA, y mi solidaridad más sincera con la familia de Isaías. Ninguna de mis palabras podrá consolarlos, lo sé, pero les debemos esta palabra. Nosotros, la sociedad vasca, sabemos que ETA y quienes les respaldan no tienen ningún futuro. Nos hacen sufrir por el asesinato de un ciudadano de bien, pero su efecto político en nuestro ánimo es nulo. Más aún, nos fortalece en la convicción moral y política de que ellos son puro y simple terrorismo sin futuro. Nos hacen sufrir por el asesinato de un ciudadano de bien, pero todos juntos como estamos, sabemos que no tienen futuro. Isaías Carrasco, ¡qué Dios te bendiga y consuele a los tuyos!