Alguien me recuerda con buen criterio que en el "rifirrafe" de la Iglesia y el Estado, en ambos frentes hay actores desquiciados. Es verdad. Me refiero al Ministro Caldera y a su topicazo de que los socialistas no pueden sustituir las "leyes del Estado por el Catecismo". Venga demagogia. He leído que fue la frase más aplaudida, con la gente de pie, en el Congreso del PSOE. ¡Qué pena! Tan distintos, y al cabo, tan previsibles e iguales en ambos lados. Y es que cuando se tiene razón, ¿para que pensar y dar argumentos sobre las propias ideas? O, quizá, ¿para qué romperse la cabeza si una bromita vale por mil palabras? El que gobierna, sobre todo él, debe preservar su razón en el fondo y en las formas. Pero claro, nos juntamos con el grupo, echamos unas risas, hacemos una gracia, y ¡qué de izquierdas somos!. Vale.