Escucha "buena gente": Ama y haz lo que quieras
- escucha Israel: amarás.
Escuchar en la vida es una buena actitud. El ser humano es “Oyente de la Palabra” (K Rahner), de la Palabra de Dios, de la palabra de la conciencia, de lo mucho y bien que se ha dicho en la historia.
Sin embargo hoy hablamos mucho -demasiado- y escuchamos poco.
Decía R. Latourelle:
Vivimos en una especie de amnesia histórica demencial ... en tres decenios hemos destruido una civilización. No sólo hemos roto con el pasado, sino que nos avergonzamos de nuestros orígenes y fundadores[1]
Dt 6, 2-9: Escucha Israel ... Amarás ...
Mc 12, 28-34: Amarás ...
La actitud más importante del comportamiento humano, de la ética y de la moral cristiana es: amarás ...
La moral del Antiguo Testamento -la moral farisaica de los tiempos de Jesús- había degenerado en infinidad de preceptos: exactamente en 613: que es una suma de 248: el número de los huesos humanos y 365, que es el número de días del año...
Toda la persona humana -simbolizada en los 248 huesos- y todo el tiempo de la vida -simbolizada en los 365 días- estaba regulada, legislada por 613 leyes. La moral se había degradado en infinidad de minucias legalistas, quizás como también degeneró la moral católica hasta los tiempos conciliares (Vaticano II): normas y leyes sin fin que estrangulaban la vida del cristiano ... Todo estaba -supuestamente- regulado.
Jesús se remonta al origen, a las mismas fuentes y sitúa la moral en escuchar a Dios, escucha Israel ... La moral no consiste en ser un perfecto fariseo, sino en ser un caminante que intenta seguir a Jesús como el ciego Bartimeo, como los discípulos, como Magdalena, tratan de seguir a Xto ... La moral es el seguimiento del Señor, no el cumplimiento frío y escrupuloso de unas leyes...
- es un seguimiento en el amor:
Amor que -fundamentalmente- es estar o vivir abierto, o vivir en referencia o mirando a Dios y por tanto abierto a la bondad.
- La moral cristiana, el comportamiento cristiano no es el simple cumplimiento de la ley.
El cumplimiento de lo establecido ya lo hicieron el hermano mayor de la parábola del padre de los dos hijos, lo hizo el joven rico, los fariseos cumplían con todas las normas y preceptos habidos y por haber. El fariseo -la actitud farisaica- se vanagloria porque no es como el publicano: el fariseo lo ha cumplido todo. El sacerdote y el levita pasan de largo del amor al herido, porque tenían que cumplir con la religión.
Jesús cura en sábado, toca la muerte, la lepra, todo lo cual estaba prohibido por la ley religiosa. Jesús come con publicanos y pecadores, pone como ejemplo de moralidad al buen samaritano que atiende al herido en la carretera, Jesús defiende a sus discípulos que cogen y comen espigas en sábado; Jesús defiende a los suyos aunque coman con las manos sucias…
La moral de Jesús no está en el mero cumplimiento del Derecho canónico, sino en el Evangelio. Jesús es libre y liberador.
San Pablo lo dirá tajantemente: La letra mata, el Espíritu da vida' (2Co 3, 6).
- Hoy -siempre- nos es necesario el amor para vivir y convivir ... sobre todo en unas sociedades pluralistas como las nuestras: con tanta diversidad de pensamiento en el orden social, sindical, político, religioso tenemos que aprender a vivir en respeto y libertad, o lo que es lo mismo en amor ...
El Señor nos invita a vivir en el amor: en el respeto, en la tolerancia, en el pluralismo, en la ayuda, y muchas veces en el perdón. Sería importante -incluso desde el campo socio.político- abrir una vía al amor.
- la religión verticalista e individualista.
Es frecuente vivir la religión de forma vertical e individual: a mí lo que me importa es estar a bien con Dios, que Dios me perdone, recibir a JesuCristo en la Eucaristía y que “al final” Dios me reciba en el cielo. Los demás no entran en mi vivencia religiosa.
La persona religiosa no necesita del prójimo ni piensa en él. Pasa de largo… Solamente le importa estar a bien con Dios, que él me premiará con el cielo, aunque los demás se condenen.
El cristianismo es horizontal y comunitario: amarás al prójimo. Amarás a Dios pero en tanto en cuanto amas al prójimo.
Si alguno dice que ama a Dios, pero odia a su hermano, es un mentiroso. Porque si no ama a su hermano, a quien puede ver, mucho menos va a amar a Dios, a quien no puede ver. Dios nos dio este mandamiento: el que ama a Dios, ame también a su hermano. (1Jn 4,20-21)
- El amor como cantus firmus del cristiano.
El único gran principio moral cristiano es el amor. Escribía K Rahner que la tarea moral de Iglesia es recordarnos los grandes principios, es decir escuchar ese amor a Dios y al prójimo. Después, cada cristiano, desde esos principios, acogiendo el amor de Dios y en el seno eclesial sacará las concreciones cotidianas para su vida
Una persona que ama a Dios y al prójimo, no está lejos del Reino de los cielos.
Que el amor de Cristo presida nuestras vidas.
Ama y haz lo que quieras
[1] R. Latourelle, Una llamada a la esperanza, Salamanca, Ed sígueme, 1997, 38.