EL TIEMPO TERMINA EN LA ETERNIDAD












01. FELIZ AÑO NUEVO.
En primer lugar feliz tiempo, feliz año nuevo, feliz vida.
Existen dos modos de entender el tiempo (no calendarios, que calendarios hay muchos).
1. ETERNO RETORNO
Una forma de entender el tiempo es la del eterno retorno: todo se repite en la vida: las estaciones del año, los ciclos de la mujer, las etapas de la vida humana, etc. Es una concepción del tiempo como el caballo en la noria: gira y gira. No hay nada que esperar, solamente repetir lo que vivimos el año pasado, siglos anteriores, etc. No hay salida, ni esperanza. Es la visión de la filosofía griega y la Nietzsche).

2. EL TIEMPO ES UNA FLECHA QUE VIENE DEL PASADO Y VA AL FUTURO.
La concepción judía (bíblica) del tiempo es la que viene del pasado y como una -flecha- se dirige hacia el futuro. Venimos del Génesis (creación) y caminamos hacia el futuro absoluto (Apocalipsis). Es una vivencia del tiempo esperanzado, siempre caminando hacia el novum, hacia la plenitud.

Hoy en día, desde el nihilismo (nada, vacío) de Nietzsche, que muere en 1900 y lo “tocamos con los dedos”, estamos en una lectura del tiempo de eterno retorno. Lo más que esperamos son las vacaciones del año que viene, los carnavales y “sanfemines”. Pero no hay nada que esperar en sentido transcendente.
Claro que hay que tener cuidado con estas cosas porque la “nada” “nihiliza” la vida y el tiempo. ¿Para qué vivir si no hay nada que esperar?

02. ENTRE CRONÓMETROS Y VIVENCIAS.
Esta media noche las cadenas de televisión y radio nos han retransmitido con tanta precisión como estupidez las doce campanadas y, matemáticamente nos ha dicho que ya estamos en el año 2019 y que seamos muy felices con mucha prosperidad y demás…
Una cosa es el reloj, el cronómetro, las campanadas, el calendario y otra muy distinta el tiempo vivido.
El tiempo cronometrado, el tiempo de reloj, es algo distinto al tiempo vivido. Cuando uno está enfermo el tiempo es “eterno” y no pasa nunca. Cuando estamos sumidos en un problema, en un conflicto, el tiempo es infinitamente más largo a cuando estamos en una situación amable, más o menos feliz.
Muy tempranamente en la iglesia al tiempo vivido serenamente como salvación le comenzaron a denominar kairós: tiempo salvifico.

03. EL TIEMPO.
No es una cuestión fácil de dilucidar qué es el tiempo. Si no me preguntas, sé lo que es; en cuanto me peguntas, no sé lo que es, decía san Agustín
Podíamos pensar que el tiempo es una cristalización, una densidad del transcurrir humano. El tiempo en realidad somos nosotros mismos, nuestra alma es el “memoria es el aula del tiempo”. En nuestra memoria, ¿en nuestra alma?

 En nuestra memoria está presente nuestro pasado: nuestra infancia, nuestros padres, nuestra educación recibida, nuestros años jóvenes de crecimiento, de estudios, de abrirnos a la vida. En el tiempo cronológico han pasado muchas cosas. En el tiempo vivido están muy presentes hoy en día. En cierto sentido, hy somos lo que fuimos.
 Nuestro futuro, aunque cronológicamente no ha llegado, sin embargo en cierta manera, condiciona nuestra vida, nuestro presente. En cierto sentido y hasta cierto punto somos hoy, vivimos hoy como queremos vivir.
 De manera que lo que parece tener más consistencia, el presente, se nos va como el agua entre las manos. El presente es fugaz, tempus fugit.

04. ¿CONDENADOS A SER MARIONETAS DEL TIEMPO?
Antonio Machado tiene algún poema en el que describe el tiempo como aquellos viajes en tren en los que veíamos los postes del teléfono o de lo que fuere que pasaban a toda velocidad, los veíamos delante y al instante los dejábamos atrás.
¿Eso es todo lo que nos cabe esperar? ¿Estamos condenados a vivir el tiempo entre lo que todavía no es y lo que ya no es?

05. EL CONSUELO DEL TEMPO ES EL MÉRITO.
Hay expresiones un tanto significativas de cómo vivimos el tiempo: “pasatiempos”, “matar el tiempo”. Hay otras expresiones todavía más negativas: comamos y bebamos que estos es lo que hay, lo que nos vamos a llevar. Esperemos que pasemos por la vida haciendo algo más que comer y beber.
En otras etapas de la vida queremos amarrar el tiempo y no podemos.
El tiempo permanece cuando se vive con intensidad, cuando se llena de mérito. Los minutos y los años pasan, lo vivido y realizado, queda.

06. EL MÉRITO NO ES LO MISMO QUE EL ÉXITO.
En la vida muchas personas tienen mucho mérito y probablemente poco éxito. El éxito no es el indicador de lo vivido y realizado en la vida. La mayor parte de la humanidad trabaja silenciosamente en donde Dios y la vida le han puesto: en la familia, en el trabajo, en la vida monacal. Muchos de nosotros no tendremos éxito, ni brillo social, ni poder, pero hemos llenado nuestro tiempo: hemos llenado los días de nuestra vida, que dice la Biblia.

07. VIVIR ES RECORDAR Y PROYECTAR.
Vivir es recordar y proyectar. Somos pasado y futuro. Vivimos porque recordamos nuestro pasado, nuestros padres, familia, pueblo, cultura, idioma, fiestas, etc. Cuando no recordamos nuestra vida personal se comienza a desdibujar, (pensemos en enfermedades de la mente).
Vivimos en esa amalgama que es nuestro recuerdo y nuestro proyecto


08. EX MEMORIA, SPES: LA ESPERANZA NACE DE NUESTRA MEMORIA, DE NUESTRO RECUERDO.
Esto es algo que los hijos de la ilustración no aceptamos de buen grado, porque pensamos que la salida a la vida está en la ciencia, cuando en realidad está en el pasado vivido por Cristo.
Para el pensamiento moderno, -hijos de la Ilustración-, lo pasado es malo, lo viejo mejor dejarlo. Lo bueno es el último modelo, la última tecnología. No es así, ni mucho menos. Menospeciar el pensamiento clásico, el arte, la filosofía del pasado es una estupidez inmensa.
La eterna juventud no existe a pesar de que el capitalismo se empeñe en hacernos eternos jóvenes y nos gusta dejarnos engañar.
La salida al problema de la vida -y de la muerte- está en la resurrección, no en el hospital.
La salida al tiempo está en la eternidad.

09. COMO MARÍA.
En estos días, y en el transcurrir de nuestra vida, tengamos la actitud de María, que
meditaba todas estas cosas, guardándolas en su corazón.
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