TRANSFIGURAR: TRANSFOMAR LA VIDA
TRANSFORMAR LA BIOLOGÍA
Los seres humanos hacemos las mismas cosas que los animales, pero las hacemos de diversa manera y con sentidos más profundos. La vida humana – humana- no es un zoológico.
Los humanos comemos, pero nuestra comida es encuentro, fiesta, celebración, aniversario, Eucaristía. Transfiguramos el alimento.
Nuestra sexualidad no es mera genitalidad, sino afecto y amor, en algunas personas: celibato. Transfiguramos la dimensión sexual humana.
Vivir humanamente es transfigurar la existencia.
Vamos por partes.
01. v 1. Seis días después…
San Juan compone su evangelio teniendo como plantilla una nueva creación. En el principio existía la Palabra…
El relato de la Transfiguración “acontece” seis días después. Estamos en el día séptimo. La creación no concluye en la “desfiguración” (muerte), sino en la Transfiguración.
Nuestro futuro, nuestro horizonte no s la destrucción, sino la Transfiguración.
Pablo VI, fallecía el 6 de agosto de 1978, fiesta de la Transfiguración, en Castelgandolfo. La noche del 5 de agosto, como todas las noches, su secretario, Dom Macchi, le leyó alguna página del catecismo para niños de Jean Guitton, amigo personal de Pablo VI. Al terminar de escuchar la lectura de aquella noche, Pablo VI dijo: Ahora llega la noche, la noche transfigurada. (Adesso arriva la notte, la notte transfigurata). Pablo VI amaneció a la luz.
La Transfiguración no fue un hecho histórico, sino un acontecimiento personal en la fe de aquellos primeros creyentes representados por Pedro, Santiago y Juan. La Transfiguración es una vivencia luminosa, un ver la vida desde la perspectiva de Dios.
02. v 2. Jesús se transfiguró.
No era asunto sencillo ver en Jesús la Palabra, la expresión de Dios.
La humanidad de Jesús deja transparentar la cercana lejanía de Dios. Dios se hace presente en la humanidad de Jesús.
Su rostro era luminoso como el sol. Yo soy la luz (Jn 8,12).
En la vida hemos de tener un poco de inteligencia, otro poco de sensatez para ver, para transfigurar las realidades cotidianas.
Tal vez nos ha ocurrido también a nosotros cuando hemos escuchado una música, o hemos visto la bondad de una persona, o la constancia callada en el trabajo, o tal vez hemos pasado mil veces por delante de la Iglesia de nuestro pueblo o hemos leído una poesía o un salmo y no nos han dicho nada. Pero un buen día vemos esas mismas realidades y nos han impactado, hemos caído en cuenta de aspectos y valores de los que no éramos conscientes.
Muchas veces cuando te encuentras con determinadas personas, “no ves nada”, no translucen nada, al menos nada que valga la pena. Otras veces encuentro con una persona sencilla, pobre, humilde, transmite luz, bondad, cercanía...
Posiblemente Dios se encuentra en el mundo sagrado de los ritos, celebraciones, sacramentos, etc. pero que no nos quepa duda que Dios se encuentra en el hambriento, en el refugiado, en el enfermo, etc. Nos es más fácil y menos comprometido ver a Dios en lo sagrado, es la religión. Pero en el cristianismo, Dios esté en Jesús, en la humanidad y en el humanismo.
Se trata de ver a Dios en el pobre, el encarcelado, el sediento, los que pasan en pateras, etc. Transfigurar la humanidad para llegar a Dios. Podemos emplear la palabra transmitir para hablar de transfigurar: transfigurar la vida.
03. v 4. Se está bien aquí ... hagamos tres tiendas.
La primera tienda fue la ley, Moisés.
La segunda tienda fue la profecía, Elías.
La tienda definitiva es Cristo.
El humanismo transfigurado crea una sociedad justa, igualitaria, una “tienda” y no campos de refugiados, donde todos pueda vivir bien: se está bien en la vida, en el Tabor de todos los seres humanos.
04. v 5. La nube les cubría …
La NUBE es la protección que Dios ofrece al pueblo ante el rigor del sol caminando por el desierto en el Éxodo hacia la libertad.
¿Me siento protegido por Dios? ¿Dios me acompaña en la vida?
ROSTROS RESPLANDECIENTES, LUZ, VESTIDOS LUMINOSOS. Desde la luz, desde Dios las cosas y los problemas de la vida y de la muerte se ven de manera distinta. ¿Hay luz en mi vida?
UNA VOZ DEL CIELO: ESCUCHADLE,
Escucha Israel. Es sensato y razonable escuchar, acoger la Palabra y las palabras que se nos dicen en la vida.
¿”Atiendo a razones” en mi vida?
Dios Padre tiene una Palabra, que es su hijo, Jesús. Lo que Dios nos quiere decir no es un catecismo, sino Jesús. Jesús es la expresión de Dios.
Probablemente el relato de la Transfiguración es una composición en la que queda reflejado el proceso y camino de los primeros creyentes a la fe en JesuCristo. Cada creyente lo es, su fe es según el Dios en el que se cree. Si nos hemos creado un Dios de terror, nuestra supuesta fe no será cristiana, sino de terror. La fe del cristiano es en el Hijo amado.
La voz del cielo, la voz que resuena en el cristianismo es de amor: ES MI HIJO AMADO.
Dios no dice que Jesús sea un mago o un prepotente o un milagrero, dice que es su hijo a quien ama.
Dios se complace en su Hijo y en nosotros, que también lo somos. Lo mejor que nos puede pasar es que nos sintamos queridos y acogidos por Dios.
Escuchemos esa voz de cercanía, Palabra que nos ilumina con su amor, no con su prepotencia.
ESTE ES EL HIJO AMADO: ESCUCHADLE.
Los seres humanos hacemos las mismas cosas que los animales, pero las hacemos de diversa manera y con sentidos más profundos. La vida humana – humana- no es un zoológico.
Los humanos comemos, pero nuestra comida es encuentro, fiesta, celebración, aniversario, Eucaristía. Transfiguramos el alimento.
Nuestra sexualidad no es mera genitalidad, sino afecto y amor, en algunas personas: celibato. Transfiguramos la dimensión sexual humana.
Vivir humanamente es transfigurar la existencia.
Vamos por partes.
01. v 1. Seis días después…
San Juan compone su evangelio teniendo como plantilla una nueva creación. En el principio existía la Palabra…
El relato de la Transfiguración “acontece” seis días después. Estamos en el día séptimo. La creación no concluye en la “desfiguración” (muerte), sino en la Transfiguración.
Nuestro futuro, nuestro horizonte no s la destrucción, sino la Transfiguración.
Pablo VI, fallecía el 6 de agosto de 1978, fiesta de la Transfiguración, en Castelgandolfo. La noche del 5 de agosto, como todas las noches, su secretario, Dom Macchi, le leyó alguna página del catecismo para niños de Jean Guitton, amigo personal de Pablo VI. Al terminar de escuchar la lectura de aquella noche, Pablo VI dijo: Ahora llega la noche, la noche transfigurada. (Adesso arriva la notte, la notte transfigurata). Pablo VI amaneció a la luz.
La Transfiguración no fue un hecho histórico, sino un acontecimiento personal en la fe de aquellos primeros creyentes representados por Pedro, Santiago y Juan. La Transfiguración es una vivencia luminosa, un ver la vida desde la perspectiva de Dios.
02. v 2. Jesús se transfiguró.
No era asunto sencillo ver en Jesús la Palabra, la expresión de Dios.
La humanidad de Jesús deja transparentar la cercana lejanía de Dios. Dios se hace presente en la humanidad de Jesús.
Su rostro era luminoso como el sol. Yo soy la luz (Jn 8,12).
En la vida hemos de tener un poco de inteligencia, otro poco de sensatez para ver, para transfigurar las realidades cotidianas.
Tal vez nos ha ocurrido también a nosotros cuando hemos escuchado una música, o hemos visto la bondad de una persona, o la constancia callada en el trabajo, o tal vez hemos pasado mil veces por delante de la Iglesia de nuestro pueblo o hemos leído una poesía o un salmo y no nos han dicho nada. Pero un buen día vemos esas mismas realidades y nos han impactado, hemos caído en cuenta de aspectos y valores de los que no éramos conscientes.
Muchas veces cuando te encuentras con determinadas personas, “no ves nada”, no translucen nada, al menos nada que valga la pena. Otras veces encuentro con una persona sencilla, pobre, humilde, transmite luz, bondad, cercanía...
Posiblemente Dios se encuentra en el mundo sagrado de los ritos, celebraciones, sacramentos, etc. pero que no nos quepa duda que Dios se encuentra en el hambriento, en el refugiado, en el enfermo, etc. Nos es más fácil y menos comprometido ver a Dios en lo sagrado, es la religión. Pero en el cristianismo, Dios esté en Jesús, en la humanidad y en el humanismo.
Se trata de ver a Dios en el pobre, el encarcelado, el sediento, los que pasan en pateras, etc. Transfigurar la humanidad para llegar a Dios. Podemos emplear la palabra transmitir para hablar de transfigurar: transfigurar la vida.
03. v 4. Se está bien aquí ... hagamos tres tiendas.
La primera tienda fue la ley, Moisés.
La segunda tienda fue la profecía, Elías.
La tienda definitiva es Cristo.
El humanismo transfigurado crea una sociedad justa, igualitaria, una “tienda” y no campos de refugiados, donde todos pueda vivir bien: se está bien en la vida, en el Tabor de todos los seres humanos.
04. v 5. La nube les cubría …
La NUBE es la protección que Dios ofrece al pueblo ante el rigor del sol caminando por el desierto en el Éxodo hacia la libertad.
¿Me siento protegido por Dios? ¿Dios me acompaña en la vida?
ROSTROS RESPLANDECIENTES, LUZ, VESTIDOS LUMINOSOS. Desde la luz, desde Dios las cosas y los problemas de la vida y de la muerte se ven de manera distinta. ¿Hay luz en mi vida?
UNA VOZ DEL CIELO: ESCUCHADLE,
Escucha Israel. Es sensato y razonable escuchar, acoger la Palabra y las palabras que se nos dicen en la vida.
¿”Atiendo a razones” en mi vida?
Dios Padre tiene una Palabra, que es su hijo, Jesús. Lo que Dios nos quiere decir no es un catecismo, sino Jesús. Jesús es la expresión de Dios.
Probablemente el relato de la Transfiguración es una composición en la que queda reflejado el proceso y camino de los primeros creyentes a la fe en JesuCristo. Cada creyente lo es, su fe es según el Dios en el que se cree. Si nos hemos creado un Dios de terror, nuestra supuesta fe no será cristiana, sino de terror. La fe del cristiano es en el Hijo amado.
La voz del cielo, la voz que resuena en el cristianismo es de amor: ES MI HIJO AMADO.
Dios no dice que Jesús sea un mago o un prepotente o un milagrero, dice que es su hijo a quien ama.
Dios se complace en su Hijo y en nosotros, que también lo somos. Lo mejor que nos puede pasar es que nos sintamos queridos y acogidos por Dios.
Escuchemos esa voz de cercanía, Palabra que nos ilumina con su amor, no con su prepotencia.
ESTE ES EL HIJO AMADO: ESCUCHADLE.