UNIDAD NO ES UNIFORMIDAD / ECUMENISMO
UNIDAD NO ES UNIFORMIDAD
Que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
(Jn 17,21)
01. Hoy, 25 de enero: conversión de San Pablo, terminamos el Octavario de Oración por la unidad de los cristianos.
Tensiones y conflictos ha habido en la Iglesia desde el comienzo, es más, desde los mismos tiempos de Jesús, cuando ya algunos discípulos querían los primeros puestos.
La cuestión judaizante creó dos tendencias en la Iglesia naciente: los más aferrados al AT y los más abiertos al mundo greco-romano, (Pablo).
De ahí la nostalgia que muestra Juan: Que todos sean uno.
02. LA PRIMERA GRAN FRAGMENTACIÓN SE DIO ENTRE ORIENTE Y OCCIDENTE, ROMA Y CONSTANTINOPLA (1054), de donde surgirá lo que conocemos como Ortodoxia: las Iglesias de Grecia y del Este de Europa.
Eran dos mundos culturales diversos: el mundo griego y el mundo latino.
Los orientales:
Tenían (y tienen) concepciones diferentes de la Iglesia: iglesias nacionales / unida por el Espíritu en Constantinopla.
El primado lo conciben como una pentarquía, entre los cuales Roma sería un primum inter pares.
Viven más de la liturgia que de la teología.
03. REFORMA – CONTRARREFORMA (SIGLO XVI).
Los principios de la Reforma (Lutero, 1483-1546) serán la base y configurarán la infinidad de Iglesias que irán naciendo en lo que conocemos como Protestantismo.
La angustia de Lutero ante el pecado, la ley, la condenación, y,por contraposición la lectura de San Pablo, le llevarán a afirmar y así sentirse liberado en la justificación por la fe: SOLA FIDES, SOLA GRATIA, SOLA SCRIPTURA.
Dime cómo lees la carta a los Romanos y te diré quécristiano eres, (K. Barth)
La conflictividad matrimonial de Enrique VIII 1491-1547 dará lugar a la Iglesia anglicana.
04 ECUMENISMO.
Ecumenismo: ecumene significa en griego la parte habitada de la tierra, es decir: la universalidad de la tierra.
Como tal, el espíritu ecuménico nació a mediados del siglo XIX y fue idea del Pastor anglicano norteamericano, Paul J. Watson (1863-1940). Este espíritu se concretaría en un movimiento ecuménico en la misma época, a mediados del siglo XIX, en Inglaterra.
05. HACIA EL FUTURO.
El movimiento ecuménico busca honestamente la unidad de las tradiciones cristianas. La unidad será una vuelta al redil de Cristo del que nos hemos marchado todos.
Ahora bien, la unidad se producirá teniendo en cuenta y respetando las diversas tradiciones y proveniencias cristianas. El ortodoxo será cristiano en y desde su tradición oriental. El reformado será cristiano desde su visión luterano-protestante. Nosotros lo seremos desde nuestra traditio católica.
Escribe H Küng en su libro: La Iglesia:
La Iglesia de Cristo, según el Nuevo Testamento, no es una Iglesia de unitarismo centralista e igualitarismo –y menos totalitario-. No conoce la uniformidad, sin alegría ni libertad, de una organización única o de tipo único de unidad. No entra en la esencia de la Iglesia ni el culto uniforme, ni la disciplina uniforme, ni la teología uniforme. Apoyándose en Efe 4,4-6 se podría más bien afirmar lo contrario.
Pluralidad en el culto: un solo Dios, un solo Bautismo, una sola Eucaristía, pero pueblos distintos, comunidades distintas, lenguas distintas, ritos y formas de piedad distintas, cantos y ornamentos distintos, distintas oraciones y, en este sentido, iglesias distintas. Pluralidad también en la teología: Un solo Dios, un solo Señor, una sola fe y una sola esperanza, pero distintas teologías, distintos sistemas, distintos estilos de pensar, aparatos conceptuales y terminologías, distintas escuelas, tradición y tendencias en la investigación, distintas universidades y distintos teólogos y, en este sentido, una vez más, distintas iglesias. Pluralidad finalmente también en el orden eclesiástico: un solo Dios, un solo Señor, un solo Espíritu, un solo cuerpo, pero diversas ordenaciones de vida, diversas estructuras de derecho, diversas naciones y tradiciones, diversos usos y costumbres y sistemas de administración y así finalmente, también en este sentido, distintas iglesias.
Todo creyente ha de ser aceptado tal cual es, con sus dones y sus funciones, sus debilidades y sus trabas. La unidad de la comunidad es una unidad evangélica no legalista. La comunidad carismática da a cada uno el lugar que necesita para vivir libremente con y para los otros.