¿En qué sociedad estamos que permite que con una acusación sin pruebas se pueda destrozar la vida de alguien”? (A. Seoane) ¿Malos hombres?
![Pola Oloixarac](/2025/02/12/libertad_en_todo-_gregorio_delgado/Pola-Oloixarac_2751934825_17562413_660x371.jpg)
"Entendí, ya en 2012, que era muy necesario objetivar al máximo las situaciones, superar un cierto secretismo que impedía un debate sereno y racional, y realizar la justicia en serio"
"En esa lucha reivindicativa de la mujer, no todo es oro lo que reluce. La contradicción también es, en ciertos casos, femenina"
"'Entre 2016 y 2018 fui contactada por varias mujeres para que les ayudara con una tarea muy específica: querían arruinarles la vida a ciertos hombres' (Pola Oloixarac)"
"'La ideología, aunque sea un moño tan elegante y nos haga sentir tan civilizadas, nunca es más fuerte que el deseo, que este es más grande que nada y que al final del día es el verdadero capitán de las cosas que pasan en nuestra vida' (Ibidem)"
"Ya es posible, en consecuencia, librarse, como dice la autora argentina, “de esa aura salvífica y sacrosanta de este feminismo, que fomentó muchísimo miedo” y que tantos obstáculos interpuso para el entendimiento relacional del varón y la mujer"
"Los ejemplos que expone la autora demuestran que hay que 'bajar el feminismo del púlpito, de desacralizarlo' y enfrentarlo 'en clave de la vida cotidiana y real', de desmitificarlo"
"¿No será que el 'Yo sí te creo, debería ser 'yo sí te escucho'? (Ibidem)"
"'Entre 2016 y 2018 fui contactada por varias mujeres para que les ayudara con una tarea muy específica: querían arruinarles la vida a ciertos hombres' (Pola Oloixarac)"
"'La ideología, aunque sea un moño tan elegante y nos haga sentir tan civilizadas, nunca es más fuerte que el deseo, que este es más grande que nada y que al final del día es el verdadero capitán de las cosas que pasan en nuestra vida' (Ibidem)"
"Ya es posible, en consecuencia, librarse, como dice la autora argentina, “de esa aura salvífica y sacrosanta de este feminismo, que fomentó muchísimo miedo” y que tantos obstáculos interpuso para el entendimiento relacional del varón y la mujer"
"Los ejemplos que expone la autora demuestran que hay que 'bajar el feminismo del púlpito, de desacralizarlo' y enfrentarlo 'en clave de la vida cotidiana y real', de desmitificarlo"
"¿No será que el 'Yo sí te creo, debería ser 'yo sí te escucho'? (Ibidem)"
"Ya es posible, en consecuencia, librarse, como dice la autora argentina, “de esa aura salvífica y sacrosanta de este feminismo, que fomentó muchísimo miedo” y que tantos obstáculos interpuso para el entendimiento relacional del varón y la mujer"
"Los ejemplos que expone la autora demuestran que hay que 'bajar el feminismo del púlpito, de desacralizarlo' y enfrentarlo 'en clave de la vida cotidiana y real', de desmitificarlo"
"¿No será que el 'Yo sí te creo, debería ser 'yo sí te escucho'? (Ibidem)"
"¿No será que el 'Yo sí te creo, debería ser 'yo sí te escucho'? (Ibidem)"
En las pasadas navidades, hice mías las reflexiones de Pola Oloixarac (Bad hombre, Random House 2024). Me reconfortó sobre manera el verme secundado en algunos puntos de vista que expresé una docena de años antes (Desde lo femeninamente in/correcto, Bubok 2012). Ya entonces entendí muy necesario objetivar al máximo las situaciones, superar un cierto secretismo que impedía un debate sereno y racional, y realizar la justicia en serio.
La fuerte carga ideológica y sectaria, que se ha venido adueñando de las posiciones más variadas de un cierto feminismo militante y radical, sobre todo a nivel cultural y político, ha certificado que, en esa lucha reivindicativa de la mujer, no todo es oro lo que reluce. La contradicción también es, en ciertos casos, femenina. Ahí tienes, estimado lector, una novela de 220 páginas en la que su autora ha tenido el coraje de abordar el tema por derecho y así romper el muro de la clandestinidad. ¡No te dejará indiferente!
![Bad hombre](https://www.penguinlibros.com/es/4292118-large_default/bad-hombre.webp)
De entrada, me parece oportuno advertir que se debe hacer un notable esfuerzo, superador de las ‘fachadas tan civilizadas’, al menos en apariencia, como se dan cita. La novela se inicia con una confesión aterradora: “Entre 2016 y 2018 fui contactada por varias mujeres para que les ayudara con una tarea muy específica: querían arruinarles la vida a ciertos hombres”. Ellas, prosigue la autora, no se conocían entre sí, pero yo conocía algunos de los hombres en cuestión, y por eso me escribían”. Hablé con todas esas personas, incluso algunas historias las viví de modo personal. Los diferentes supuestos que se presentan son, sin duda, aleccionadores, sobre todo porque han venido silenciándose en el debate público.
Como subraya Andrés Seoane, “cada capítulo de Bad hombre narra sin tapujos toda la paleta de las pasiones humanas -que van desde el amor a la venganza, pasando por el simple y puro deseo o la ambición profesional- que entran en juego en las relaciones que terminan con estas denuncias y cancelaciones”. Pasiones humanas que también concurren en las mujeres, incluso en feministas militantes contra el machismo. “Este ejemplo (el de una militante feminista) demuestra, en opinión de la autora, que la ideología, aunque sea un moño tan elegante y nos haga sentir tan civilizadas, nunca es más fuerte que el deseo, que este es más grande que nada y que al final del día es el verdadero capitán de las cosas que pasan en nuestra vida”.
En este orden de cosas, en la novela se exploran además otras emociones, muy humanas, pero que expresan, sin duda, otras tantas líneas rojas, que no se deberían traspasar impunemente. No todo vale. No todo encuentra justificación. La autora se refiere a “ese despecho, esa situación de pasión total, de querer arruinar o asesinar a quien te ha hecho daño. Incluso teniendo derecho a ciertas cosas, esto se lleva a límites muy extremos”. Pola Oloixarac, desde una ‘visceral objetividad’, ha puesto sobre la mesa realidades que han venido siendo amparadas con un ominoso silencio. Pero que ahora ya han salido a la luz pública y, por tanto, están abiertas al diálogo y a la reflexión. Todos incurrimos, a veces, en contradicciones. También el feminismo. Todos hemos podido ser manipulados y utilizados por el ‘feminismo woke’. Las sospechas iniciales ya son realidad constatada. Ya es posible, en consecuencia, librarse, como dice la autora argentina, “de esa aura salvífica y sacrosanta de este feminismo, que fomentó muchísimo miedo” y que tantos obstáculos interpuso para el entendimiento relacional del varón y la mujer.
Personalmente, no creo que sea cosa de buenos y malos, ni de víctimas y verdugos. Todo es susceptible de ser repensado de otro modo: desde el sentido común, desde la prudencia, desde la pura condición humana con sus pasiones, con sus sentimientos y sus deseos, con sus contradicciones éticas en las que varones y mujeres podemos incurrir. Aceptar esto significa, por el contrario, ‘bajar el feminismo del púlpito, de desacralizarlo’ y enfrentarlo ‘en clave de la vida cotidiana y real’, de desmitificarlo. “¿Vos querés que tus hijos crezcan pensando que en realidad nacieron violadores o que tus hijas crezcan con el miedo de saberse víctimas? Es un delirio” (PolaOloixarac).
No puede silenciarse, en ninguna reflexión sobre el tema, que muchas mujeres son víctimas de situaciones terribles en las que ha de actuar la Justicia. Pero, como suele ocurrir, todo acaba por salir a la luz. Y, entonces, surgen preguntas como éstas: “¿En qué sociedad estamos que permite que con una acusación sin pruebas se pueda destrozar la vida de alguien” (A. Seoane) y “¿Por qué fingir que todo está perfecto cuando no lo está? Hablemos de ello” (Pola Oloixarac). ¿No será que el ‘Yo sí te creo, debería ser ‘yo sí te escucho’? (Ibidem).
![Themis diosa de la justicia estatuilla símbolo de la ley con escamas y espada en sus manos | Foto Premium](https://img.freepik.com/fotos-premium/themis-diosa-justicia-estatuilla-simbolo-ley-escamas-espada-sus-manos_1048944-30496691.jpg?w=360)
Etiquetas