El Grupo Farrell publica su estudio sobre las derivaciones sociales, políticas y culturales de Medellín "Actualidad de Medellín. Una relectura para el presente y el futuro de los pueblos latinoamericanos"
"Un legado que es más actual que nunca, pues nuestros pueblos se vuelven a encontrar 'en el umbral de una nueva época histórica de nuestro continente, llena de un anhelo de emancipación total, de liberación de toda servidumbre'"
"La propuesta de Francisco del modelo del poliedro respecto al concierto de los pueblos del mundo y sus culturas demanda una atención particular"
"Por su carácter profético Medellín es de provecho para el discernimiento de los discípulos misioneros"
"Por su carácter profético Medellín es de provecho para el discernimiento de los discípulos misioneros"
| Grupo Farrell
Con gran alegría desde el Grupo Farrell ponemos a disposición de los lectores el libro con el cual nos unimos a las conmemoraciones por el 50 aniversario de la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano realizada en Medellín en 1968.
En efecto, pese al paso del tiempo, consideramos que tal acontecimiento y los textos que de allí surgieron constituyen un legado que es más actual que nunca, pues nuestros pueblos se vuelven a encontrar “en el umbral de una nueva época histórica de nuestro continente, llena de un anhelo de emancipación total, de liberación de toda servidumbre, de maduración personal y de integración colectiva” (Documentos nales de Medellín,1 Introducción, 4).
De manera que el asumir dicha pertinencia para el ahora configura, entonces, una de las premisas del libro. Ello a raíz de la compleja realidad que están viviendo Argentina y los demás pueblos (a nivel continental e incluso global), atravesados por tendencias y tensiones políticas, sociales, económicas, ambientales y culturales que demandan el discernimiento individual, comunitario e institucional de los signos de los tiempos, tanto positivos como negativos.
Asimismo, desde nuestra relectura entendemos que los contenidos fundamentales y el método teológico-pastoral de dicha II Conferencia han desembocado no solamente en la V Conferencia de Aparecida (2007) sino, también, en el Pontificado de Francisco, sus gestos, su estilo de gobierno y su Magisterio.
De forma palmaria, a partir de su elección como obispo de Roma (2013), percibimos, por un lado, el avance de un proceso fecundo de renovación en la continuidad y de continuidad en la renovación de la Iglesia. Por eso, como sostenían los obispos latinoamericanos, ella “[a]cata el juicio de la historia sobre [las] luces y sombras, y quiere asumir plenamente la responsabilidad histórica que recae sobre ella en el presente” (Med., Introducción, 2). Consideramos que tal proceso tiene hondas implicancias, particularmente para el pensamiento social cristiano. Por otro lado, la propuesta del modelo del poliedro respecto al concierto de los pueblos del mundo y sus culturas (Evangelii Gaudium 236) demanda una atención particular por parte de la ética social católica.
Así, otra de las premisas del libro que podrán apreciar los lectores es la armazón de la vinculación existente entre el encuentro de Medellín y el actual papa, de manera que como Grupo nos inspiramos en la relectura que él hace de la mencionada II Conferencia. Esa relación es un aspecto destacado expresamente en varios de los artículos que presentamos, los cuales ayudan a iluminar diferentes aspectos de la actualización realizada por Francisco.
Consideramos provechoso señalar aquí las expresiones del papa con respecto a tal acontecimiento, el cual marcó hondamente a la Iglesia Latinoamericana. Ciertamente son pocas las menciones expresas que pueden rastrearse en tal sentido, pero como veremos a continuación, el registro empírico es por demás elocuente y nos parece que hace bien tenerlo presente.
Así, en su visita pastoral a Colombia, en 2017, Francisco dio la clave sobre cómo hacer memoria de ciertos acontecimientos eclesiales: Las realidades indispensables de la vida humana y de la Iglesia no son nunca un monumento sino un patrimonio vivo. Resulta mucho más cómodo transformarlas en recuerdos de los cuales se celebran los ani- versarios: ¡50 años de Medellín, 20 de Ecclesia in America, 10 de Apa- recida! En cambio, es otra cosa: [se trata de] custodiar y hacer uir la riqueza de tal patrimonio [...] (Francisco, 7/09/2017, cursiva nuestra).
En su paso por la ciudad de Medellín en el marco de dicha gira pastoral, recordó, incluso, que la formación de: discípulos misioneros [...] como lo señalamos los obispos reunidos en Aparecida, tiene que ver con la asimilación del método adoptado en la referida II Conferencia, puesto que se trata de [d]iscípulos que sepan ver, juzgar y actuar, como lo proponía aquel documento latinoameri- cano que nació en estas tierras (cf. Medellín, 1968). Discípulos misio- neros que saben ver, sin miopías heredadas; que examinan la realidad desde los ojos y el corazón de Jesús, y desde ahí juzgan. Y que arriesgan, que actúan, que se comprometen (Francisco, 9/09/2017, cursiva nuestra).
Más recientemente, mientras en Roma comenzaban los trabajos del Sínodo para la Amazonía, al hablar de los hechos que influyeron en la III Conferencia de Puebla (1979), el papa destacó el haberse tomado “como punto de partida las intuiciones y opciones proféticas de la Conferencia de Medellín” y, en ese contexto, expresó: “Y sigan tra- bajando por favor en estas cosas, en estos documentos del Episcopado latinoamericano que tienen mucho jugo, mucho meollo [...]. Y que son capaces de llevar adelante riquezas muy grandes de América Latina, sobre todo su piedad popular” (Francisco, 3/10/2019, cursiva nuestra).
De manera que, como podemos apreciar, para Francisco, el acontecimiento y los textos de Medellín no son cosas del pasado condenadas al olvido y a la infecundidad. Por el contrario, el papa nos invita a valorarlos como un patrimonio vivo, el cual merece ser custodiado, interpretado y transmitido, pues –entre otras cosas– por su carácter profético es de provecho para el discernimiento de los discípulos misioneros. Dada su importancia, merece que nos detengamos un momento en este último aspecto. Esto lo amerita la compleja coyuntura que atraviesan los pueblos latinoamericanos, la cual presenta rasgos tanto esperanzadores como dramáticos. Así, según él supo enseñar: [e]n momentos de turbación, en los que la polvareda de las persecuciones, tribulaciones, dudas, etc., es levantada por los acontecimientos culturales e históricos, no es fácil atinar con el camino a seguir [...] Es verdad que hay lucha de ideas, pero [es preferible] ir a la vida, a la situacionalidad que tales ideas provocan. Las ideas se discuten, la situación se discierne (Bergoglio, 1988: 9 y 11, cursiva en el original).
Sin dudas, como Grupo nos sentimos alentados por esa valorización positiva realizada por el papa, y con él consideramos que Medellín todavía sigue fomentando el diálogo constructivo con mujeres y hombres de diversas creencias que se comprometen activamente con el bien común de los pueblos latinoamericanos y de todo el mundo. De ahí que es imperioso retomar la invitación “a las diversas confesiones y comuniones cristianas y no cristianas a colaborar en esta fundamental tarea de nuestro tiempo”, debiendo además “[a]lentar y elogiar las iniciativas y trabajos de todos aquellos que, en los diversos campos de la acción, contribuyen a la creación de un orden nuevo que asegure la paz en el seno de nuestros pueblos” (Med. 2, 20).
Por lo dicho, otra premisa del libro es que Medellín, en tanto acontecimiento y texto, excedió con creces al ámbito estrictamente católico; por ello es que puede seguir interpelando a toda persona de buena voluntad.
De manera que consideramos importante, tanto para la Iglesia – principalmente en América Latina–, como para toda la humanidad, hacer memoria agradecida del patrimonio vivo que es Medellín y, al mismo tiempo, promover la línea de reflexión y acción allí iniciada, a n de llevar a la práctica la agenda inacabada del Concilio Vaticano II, sobre todo, en relación con una “Iglesia pobre para los pobres”, la superación del paradigma tecnocrático y de una globalización según la ideología neoliberal y la promoción del desarrollo y la ecología integrales, como forma de responder activamente al llamado de “Aquel que ratifica, purifica y ahonda los valores logrados por el esfuerzo humano” (Med., Introducción, 4), el Dios siempre mayor.
Si bien desde el Grupo Farrell celebramos las diferentes iniciativas que se llevaron adelante para el 500 aniversario de Medellín, nos pareció conveniente plasmar nuestro diálogo haciendo ejercicio de la palabra pública y escrita con respecto a la evocación de dicho acontecimiento y de sus textos. De esta manera, en 2018, nos propusimos como objetivo elaborar una publicación trabajada en conjunto que permitiese una relectura de la Conferencia de Medellín y una resignificación de sus principios y orientaciones en el contexto actual del continente, principalmente de América Latina, que tiene una “voca- ción original” y aún se encuentra “bajo el signo de la transformación” (Med., Introducción, 4 y 7).
Puesto que nuestra reflexión se inserta en la noción cristiana del tiempo, la relectura se hace dando preponderancia al antes, al ahora, y al después, por sobre la espacialidad del más acá y el más allá. De ahí que dado que el propio título del libro plasma esa temporalidad, otra premisa es que como Grupo queremos contribuir (desde una actitud humilde, responsable, dialogal y comunitaria) a abrir senderos hacia las soluciones para las problemáticas que afectan a Argentina y a la región. Por eso, el contenido del libro mira también al futuro de los pueblos latinoamericanos.
Así, la obra que tenemos el placer de presentar, producto del objetivo expuesto, se compone de nueve capítulos en los cuales se analizan tanto el contexto de Medellín y sus implicancias inmediatas y mediatas, como así también algunos aspectos centrales abordados por esa II Conferencia. Cabe destacar que el trabajo mancomunado que se llevó adelante durante casi dos años se realizó desde las diferentes miradas disciplinares de las autoras y los autores, en un diálogo abierto y enriquecedor, en el cual se tuvieron muy en cuenta los acontecimientos sucedidos desde la realización del encuentro de Medellín hasta los desafíos y las oportunidades de la coyuntura actual y las perspectivas para el futuro.
Antes de proseguir, queremos expresar nuestro agradecimiento a quienes hicieron posible la publicación de este libro: el Subcomité para la Iglesia en América Latina de la Conferencia de los Obispos Católicos de los Estados Unidos (usccb) que aprobó la solicitud de ayuda para nuestro proyecto, y el padre Hugo Alfredo Arana –entonces Administrador Diocesano de San Miguel– que acompañó dicho pedido.
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