"De Benedicto a Francisco. El Cónclave del cambio" (Planeta) Paloma Gómez Borrero: "Los grandes perdedores del Cónclave son algunos cardenales de la Curia"

(Jesús Bastante).- Paloma Gómez Borrero es la autora de "De Benedicto a Francisco. El cónclave del cambio", de la editorial Planeta. Vaticanista desde hace varias décadas, ha visto cinco pontificados, y una renuncia.  "Creo que a Benedicto XVI le hemos empezado a conocer con su renuncia", dice la escritora, que opina que "los grandes perdedores del cónclave son algunos cardenales de la Curia".

Finalmente, asegura que la elección de un Papa jesuita ha sido "un verdadero shock, creo que también para los propios jesuitas", y confiesa que, en su opinión, "que el Papa sea jesuita me parece una garantía misionera".


¿El libro se centra, más que en Francisco, en el recorrido hasta él? ¿Es Benedicto XVI el gran olvidado de estos días?


La verdad es que a Benedicto XVI le he querido hacer un pequeño homenaje en este libro, porque realmente no se llega a Francisco si no es a través de Benedicto XVI. Y creo que le hemos empezado a conocer con la renuncia. Antes no había logrado conectar tanto. Claro que, le tocó venir después de un Juan Pablo II (un gigante d ela comunicación, un huracán en todos los sentidos). Solamente le fuimos conociendo un poco más a través de sus escritos. El libro, por tanto, habla de Francisco, pero sobre todo cuenta por qué llega Francisco. Más que nada son recuerdos de otros cónclaves, de otros papas, y luego lo poquito que he conocido del Papa Francisco, porque está todo muy reciente.


¿Por qué crees que renunció Benedicto XVI?


Yo creo que su salud estaba muy deteriorada. Se encontraba muy mayor, lo era, y además la Iglesia estaba pasando un período muy duro, muy difícil. Él mismo explicó en sus últimos discursos que la Iglesia necesitaba un vigor físico que él no podía dar. Ha tenido el valor y el coraje de decir "yo no puedo con esto". Y eso no significa que no quiera ser Papa, sino que la Iglesia necesita una fuerza que a él le falta. Ahora, en estos ocho años ha hecho grandes cosas. Solamente las denuncias de la Curia y esa forma de afrontar la pederastia sin que le temblara la mano, castigando a los propios obispos por haber encubierto, llamando "crimen atroz" a ese pecado, estando con las víctimas... Yo creo que el suyo ha sido un papado que, a medida que pasen los años, iremos apreciando cada vez más.


Una de las cosas que dejó dichas Benedicto en sus últimos discursos es también una de las primeras que ha dicho Francisco: que el verdadero poder está en el servicio. ¿Los cambios que parece que puede hacer Francisco no serían posibles sin la renuncia de Benedicto?


Efectivamente. Si vemos realmente lo que está diciendo el Papa Francisco, es lo que ha dicho Benedicto a lo largo de estos años: el servicio en la Iglesia, el Dios-amor y el Dios-misericordia, su primera encíclica... Lo que pasa es que el Papa Francisco es muy cercano y muy simpático, tiene un aspecto a lo Juan XXIII físicamente... Pero realmente lo que nos está diciendo es lo que ya hemos escuchado.


¿Se necesitaba, para cambiar las cosas que quizá Benedicto quiso y no pudo, alguien que no estuviera "contaminado" por el ambiente curial?


El cardenal Bergoglio a Roma ha venido muy poco. Él estaba en su diócesis de Buenos Aires, siempre muy cercano a esas barriadas pobres, y enfrentándose al Gobierno. No es un hombre que haya sido complaciente con el comando, por así decirlo. Es un hombre de pulso.


¿Cree que las cosas ad intra van a cambiar? ¿Puede dar el Vaticano otra impresión?


La Curia ha visto con este Papa que el servicio es lo más importante.


¿Son los miembros de la Curia los grandes perdedores del cónclave?


Sí, algunos cardenales de la Curia son los grandes perdedores. Desde luego. O quizá eran las piedras de choque imprescindibles para que llegara el cambio, porque hay muchas veces que cuando hay un shock es cuando uno reacciona. Un río tranquilo no trae nunca los grandes peces.


¿Sigue siendo la Iglesia, tras dos milenios, una institución capaz de sorprender? ¿La elección de Francisco ha vuelto a ilusionar, en el que se creía que era el momento más bajo de la Iglesia?


Cuántas veces se ha dicho, a lo largo de los siglos, que la Iglesia iba a desaparecer. Sin embargo, remonta de una manera impresionante, espectacular. Estábamos en un momento en que la Iglesia no tenía protagonismo, era muy criticada... y ahora hay gente que no creía en la Iglesia, que no era religiosa ni le importaba nada de eso, y que está siguiendo lo que está pasando con el gobierno de la Iglesia, con el Papa Francisco. La gente empieza a saber ahora quién era Bertone, quién era Sodano. Gente que no tenía ni idea y a la que no le interesaba nada.


¿Cree que la gente corriente veía a la Curia como un ejército de sombras, todos enfrentados contra todos?


Sí, como un avispero. De todas formas también pienso que esa Curia tan enfrentada no lo está tanto como contamos a veces los periodistas, porque dentro hay gente validísima. Lo que pasa es que hay un sector que ha hecho nacer el Vatileaks, porque el Vatileaks no nace por generación espontánea.


¿Qué va a pasar con ese informe?


Ese informe solamente lo ha leído el Papa Benedicto, y seguramente lo haya leído ya el Papa Francisco. Pero no es un secreto, aunque no lo lea nadie, porque los tres que lo han hecho lo saben. Por lo que sé, el Papa se lo encargó primero al cardenal Herranz, y fue el propio cardenal Herranz el que no quiso cargar solo con toda esa responsabilidad. El Papa Benedicto le autorizó a interrogar a los cardenales, y él pidió dos colaboradores. Por eso son tres cardenales los que han hecho el informe. Pero los cardenales se han dado cuenta de lo que estaba pasando en ese sector de la Curia, han podido hablar, etc. Con lo cual, yo creo que Benedicto le ha dejado el camino muy claro al Papa Francisco. Y por lo que yo sé del cardenal Bergoglio, creo que no le va a temblar la mano a la hora de actuar.


¿Es un Papa con carácter?


Aparentemente es muy suave, muy simpático, sonriente... Pero, cuando se tiene que poner serio (lo ha demostrado en Argentina) sabe hacerlo. Desde luego que dice las cosas claras.


¿Qué simbolizan los hechos inéditos de que sea un Papa americano y además un Papa jesuita?


Lo de jesuita verdaderamente ha sido un shock, creo que también para los propios jesuitas, porque ellos no suelen querer cargos de cardenal ni nada, siempre por obediencia al Papa. Yo tengo un gran cariño por la Compañía de Jesús, y creo mucho en ellos. Parece que les echan de un país pero vuelven al tiempo, y vuelven con fuerza, siempre salen a flote. Son extraordinarios. Y su labor es América no se puede olvidar. Que el Papa sea jesuita a mí me parece una garantía misionera.


Y que sea un Papa jesuita que adopta el nombre de los franciscanos, ¿puede significar que vaya a haber un cambio de cara a la visibilidad de ciertas congregaciones, que hasta ahora estaban más eclipsadas por otros movimientos?


Yo estoy convencida de que este Papa quiere dar a las congregaciones de religiosos la fuerza que realmente tienen. También a los institutos seculares, que parece que estaban dejados de lado, como si no fueran tan importantes. La Iglesia está hecha de hombres que han sido franciscanos, dominicos, jesuitas... Y hay que darles el protagonismo que tienen, con todo el respeto a los movimientos.


¿Repartir un poco el protagonismo?


Sí. Las grandes empresas de la Iglesia a lo largo de los siglos han llevado hábito.


Una de las grandes piedras de toque de cara al pontificado de Francisco será el nombramiento del nuevo secretario de Estado. ¿La apuesta por Bertello es única, o hay otras?


Se barajan otros nombres, por ejemplo, el del nuncio en París. Pero tengo la impresión de que Bertello puede ser (si acepta, porque tampoco es joven), porque conoce la Curia, conoce muy bien América Latina, ha sido nuncio en México y en Italia (además de ser italiano, con lo cual, conoce perfectamente Italia), habla muchos idiomas, es de la escuela diplomática... Es un hombre muy de familia. Yo he estado con él en su casa, en un pueblecito cerca de Turín, donde me invitó a cenar y me enseñó todas las fotos familiares. Es una persona muy cercana, muy a lo Francisco. Por eso creo que podrían hacer un tándem estupendo.


Estamos asistiendo a un mes de muchísimas anécdotas, gestos y esperanzas hacia el pontificado de Francisco. ¿Con qué de todo lo vivido hasta el momento te quedas?


Por un lado, el escalofrío que me recorrió cuando aquel helicóptero blanco se llevó a Benedicto XVI, sobrevolando la cúpula de San Pedro hacia Castel Gandolfo, pasando por dos lugares de la ciudad que también me impresionaron (de los que el alcalde de Roma quiso que el Papa se despidiera): el Coliseo y las catacumbas. Dejaba el camino abierto para una fumata más blanca y más larga que nunca, interminable, como la ilusión de que quien viniera hiciera un gran cambio. Por un lado era un adiós, y por otro un bienvenido. Esos fueron los dos momentos que más me impresionaron.

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- Creo que a Benedicto XVI le hemos empezado a conocer con su renuncia
- Los grandes perdedores del cónclave son algunos cardenales de la Curia
- La elección de un Papa jesuita ha sido un verdadero shock, creo que también para los propios jesuitas
- Que el Papa sea jesuita me parece una garantía misionera
- Las grandes empresas de la Iglesia a lo largo de los siglos han llevado hábito
- Bertello es muy cercano, como Francisco. Creo que podrían hacer un tándem estupendo

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