El santo del pan y del trabajo, uno de los más populares en Argentina Mons. Ojea: “Que San Cayetano considere la enorme necesidad que tenemos de salir a flote a través del trabajo para todos”
“El trabajo es una realidad que hace a la dignidad más profunda del ser humano, es imitar a Dios que crea. Dios crea para nosotros el mundo y nos pide que lo cuidemos y que lo hagamos avanzar”
“Este año más que nunca pongamos delante a este intercesor san Cayetano para que cuide en nosotros el trabajo”
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
Este sábado se celebra una de las fiestas más populares en Argentina, San Cayetano, el santo del pan y del trabajo. Una vez más, como ya sucedió en 2020, los fieles, que hacen fila durante días para poder entrar a venerar al santo en el día de su fiesta, se tendrán que conformar con rezarle desde fuera, contemplando una imagen que será colocada en el atrio de la Iglesia del barrio de Liniers, en la capital bonaerense.
La fiesta de este 2021, que también se podrá seguir virtualmente, tiene como lema “San Cayetano, con corazón agradecido, te pedimos paz, salud y trabajo”. Precisamente el trabajo ha sido el punto central del mensaje de Mons. Oscar Ojea con motivo de este día, afirmando que “el trabajo es una realidad que hace a la dignidad más profunda del ser humano, es imitar a Dios que crea. Dios crea para nosotros el mundo y nos pide que lo cuidemos y que lo hagamos avanzar”.
El presidente del episcopado argentino considera que “en el trabajo está la vocación más noble del hombre y su suprema dignidad, colaborar con Dios, pero hoy esta dignidad está herida. Es una dignidad herida porque tenemos enormes problemas de desocupación, de pérdidas de trabajo, de angustias”. Las consecuencias de la pandemia del Covid-19 han afectado gravemente a la economía y al mundo laboral en Argentina, como ha ocurrido en muchos otros países.
En sus palabras, el obispo de San Isidro recuerda situaciones vividas en el trabajo en Cáritas, “cuando los hermanos y hermanos vienen a buscar trabajo”. El obispo habla de “esa sensación de estar desamparados, fuera de todo, en el mundo del afuera, en el mundo de la exclusión, sin pertenencia, sintiéndose poco dignos con respecto a la propia familia, esposo, esposa, mujer, hijos, a los deberes”, una realidad que a nadie se le escapa, todavía menos en estos tiempos tan difíciles que la humanidad vive.
A partir de ahí, Mons. Ojea insiste en que “por eso es sagrado el trabajo, hace a la dignidad humana y a la pertenencia a una comunidad”. Pero también denuncia el trabajo mal remunerado, donde “no se trabaja solo ya con el sudor de la frente sino también con el sudor del corazón”; el trabajo esclavo, “que denigra a la persona humana”. Son muestras de “tenemos herida esta dignidad del trabajo”.
En tiempo de pandemia, con las angustias generadas por ella, consecuencia del hecho de poder perder los trabajos, el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, dice que eso hace que “este año más que nunca pongamos delante a este intercesor san Cayetano para que cuide en nosotros el trabajo”. Mons. Ojea recuerda las palabras del número 162 de Fratelli tutti, donde el Papa Francisco dice que “ayudar a los pobres con dinero tiene que ser siempre una situación provisoria, por supuesto que puede ser urgente. Tenemos que acompañarlos ayudándoles a crear esa dignidad que da el trabajo”.
A partir del texto pontificio insiste en que “tenemos que pedirle a san Cayetano por las fuentes del trabajo y por la capacidad de que el país pueda unirse en torno a esta realidad donde cada uno pueda aportar lo mejor de sí”. El obispo argentino también se refiere a los trabajos informales, que muchos argentinos realizan: “el reciclado, el cartoneo, los vendedores ambulantes, las pequeñas manufacturas, ciertas obras de artesanía”. Mons. Ojea las considera como “búsquedas de trabajo para poder ganarse la vida de cualquier manera, porque estamos en una situación casi desesperante en algunos puntos”.
En ese punto se refirió a lo que el Papa Francisco pide en su carta a los movimientos sociales: “el salario universal, para que sea reconocida la dignidad de estos trabajos, que muchas veces no es reconocida”.
Finalmente, pide a San Cayetano, “el santo del pan y del trabajo, que mire una vez más nuestra Argentina, que considere la enorme necesidad que tenemos de salir a flote a través del trabajo para todos, y que podamos entendernos en este punto empresarios, trabajadores, todo tipo de trabajadores, trabajadores de la economía popular y tantos hermanos y hermanas nuestras que están desocupados”. Para ello pide la bendición de Dios y a san Cayetano, “fortaleza y esperanza para que el Señor nos regale trabajo”.