Las regiones de frontera son lugares donde los riesgos con relación a la trata de personas aumentan exponencialmente. En la Triple Frontera entre Brasil, Colombia y Perú no es diferente, dada la facilidad que existe para ultrapasar las fronteras. En ese contexto, el mundo virtual se ha convertido en un peligro añadido, especialmente las redes sociales, espacio en el que los traficantes llevan a cabo la captación de las víctimas, engañadas con falsas promesas.

Una lucha transfronteriza de la Iglesia católica

Para enfrentar esa realidad, existe en la región la Red de Enfrentamiento a la Trata de Personas en la Triple Frontera Amazónica (Brasil, Perú y Colombia), que recientemente realizó en Puerto Nariño (Colombia) su 9º encuentro. Formada por representantes de la Vida Religiosa y del Laicado, es parte del proyecto "Iglesia Sinodal con Rostro Magüta".

Este 9º Encuentro contó con la asesoría de Isabel Miguélez, integrante de la Red Kawsay, una red de Vida Consagrada dedicada a la erradicación de la trata de personas, teniendo como tema "Trata de Personas y Redes Sociales", lo que puede ayudar ante el avance de la tecnología y el uso masivo de plataformas digitales, que han ampliado los riesgos y facilitado la captación de víctimas, particularmente en regiones vulnerables como esta Triple Frontera.

Tres días de trabajo en los participantes se dedicaron a profundizar en el impacto que las redes sociales están teniendo en la explotación de personas. El resultado del encuentro ha sido conocer herramientas prácticas para la prevención, identificación y combate de estos delitos.

Las redes sociales y la trata de personas

No podemos ignorar, como hizo ver la religiosa, que las redes sociales se han convertido en un nuevo campo de batalla para las redes de trata. En esa perspectiva, los participantes discutieron el rol de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) como medios de captación y explotación, estudiando factores de riesgo y conductas de riesgo en niñas, niños y aadolescentes, destacando la importancia de reconocer patrones de grooming, sexting y otras formas de abuso en entornos digitales.

Los 60 participantes del encuentro, entre ellos 22 representantes de comunidades indígenas de la región, analizaron investigaciones internacionales que brindan un panorama más amplio sobre el tráfico de personas, permitiendo diseñar mejores planes de prevención en la región de esta Triple Frontera. Igualmente, se abordaron estrategias de incidencia pública y política, con el objetivo de comprender que la cooperación entre actores locales e internacionales representa un fortalecimiento para la protección de los más vulnerables frente a este flagelo.

Promover un rol activo en las comunidades locales

El encuentro fue un espacio de intercambio de experiencias y compromisos para poder avanzar en el combate de la trata de personas. Se trata de promover un rol activo entre las comunidades locales en la defensa de los derechos humanos en la región amazónica, y así prevenir la trata y proteger a las víctimas.

La Red Kawsay tiene un papel destacado en ese sentido, fomentando la articulación entre la Vida Religiosa, la sociedad civil y los líderes de las comunidades indígenas. Se quiere enfatizar la dignidad de la persona humana y la necesidad de acabar con las redes de trata de personas que operan en diversos países. Una dinámica en la que se quiere seguir insistiendo, mejorando el manejo de la tecnología y extendiendo estos aprendizajes a las comunidades locales.