¿Cómo puede ser de descuidado nuestro trabajo a nivel espiritual? Edificar sobre roca

Edificar sobre roca
Edificar sobre roca

Construir la salud propia y de los demás sobre roca nos pide prudencia, nos lleva a olvidar la autosuficiencia, nos conduce al reconocimiento de la propia impotencia frente al estado de pandemia en el que nos hallamos.

El capítulo 7 del evangelio de San Mateo recoge la famosa explicación de Jesús acerca de la conveniencia de “edificar sobre roca” y no sobre “arena”.

Se puede decir que tenemos clara la validez de esta afirmación, cualquier empresa, cualquier obra, debe estar edificada, iniciada sobre un fundamento sólido que le dará el aguante necesario para resistir los embates que sin duda le llegarán más o menos pronto.

Cuando tenemos claras las consecuencias que cualquier descuido nos puede traer, es más fácil realizar esta construcción sobre roca tal como nos dice el evangelio, pero casi todos somos dados en confiar en la resistencia de nuestra obra frente a cualquier empuje negativo.

Los acontecimientos de este año 2020 nos están llevando a reconocer la urgencia y la necesidad de tomar las precauciones necesarias frente a los contagios que pueden llegarnos, y sin embargo, unos por negligencia, otros por autosuficiencia, no acabamos de tomar las medidas recomendadas para evitar males mayores.

Construir la salud propia y de los demás sobre roca nos pide prudencia, nos lleva a olvidar la autosuficiencia, nos conduce al reconocimiento de la propia impotencia frente al estado de pandemia en el que nos hallamos.

Y si nuestra actuación a este nivel de salud es en varios sentidos deficiente, aunque palpable y externamente visible, ¿cómo puede ser de descuidado nuestro trabajo a nivel espiritual? También en este sentido nos creemos fácilmente suficientes, sin atender los consejos o las reflexiones, de otros que pretenden ayudarnos a construir nuestra vida entera sobre fundamentos sólidos y seguros, de roca, sobre la verdadera Roca, que es Cristo el Señor, huyendo de las suaves y hermosas arenas que nos llevarían al fracaso.

Volver arriba