Ayudar... Soñar el futuro
Me llamó la atención su modo de explicar cómo ve dibujado su futuro, él quiere ser un buen profesional para que con cuanto haya podido aprender pueda ayudar a quienes lo necesiten, porque me decía hay gente que solo piensa en poder hacer grandes cosas, y él en cambio desea ayudar en las cosas simples de cada día, o hay quien espera que le den las gracias por sus actos bonitos y se enfada si nadie los reconoce, pero él quiere ser solo “una buena persona”.
| Gemma Morató / Hna. Carme Solé
Hace unos días encontré un muchachito conocido por la calle y sin preguntarle nada me estuvo contando un montón de cosas de “su vida”, y de sus deseos de llegar a ser una persona “mayor” para poder ayudar a los demás.
Me llamó la atención su modo de explicar cómo ve dibujado su futuro, él quiere ser un buen profesional para que con cuanto haya podido aprender pueda ayudar a quienes lo necesiten, porque me decía hay gente que solo piensa en poder hacer grandes cosas, y él en cambio desea ayudar en las cosas simples de cada día, o hay quien espera que le den las gracias por sus actos bonitos y se enfada si nadie los reconoce, pero él quiere ser solo “una buena persona”.
Y tiene un buen bagaje de planes más o menos dibujados, para ayudar a los demás, le preocupa sobre todo que cada persona que conoce pueda ser feliz, que pueda tener cuanto necesita para pasarlo bien, como él que goza con sus amigos y con su familia, con las cosas que tiene, con todo lo que puede hacer cada día, y que según afirma, mira de estar contento con lo que ya tiene sin desear otras cosas.
Me quede pensando si la vida no debería ser así, como más fácil para todos, si al llegar el fin del día cada uno mirásemos de recordar a todos los que hemos deseado ayudar y diéramos gracias a Dios por ellos, seguro que todo alcanzaría otro sabor.
Solo le falta a este muchacho y a tantos otros, tener los ojos bien abiertos para reconocer todo aquello que los demás le dan, y dar gracias por ello.