Sobre las autoras de este blog
Sor Gemma Morató i Sendra es Dominica de la Presentación, Dra. en Humanidades, periodista, teóloga moral y maestra de Educación Especial. Forofa de las nuevas tecnologías y de las que creen que el Señor sigue llamando, creó en el 2004, con Hnas. Ana y Conchi, la web www.mivocacion.com Ahora con la ayuda de varias hermanas de la Congregación (ver foto) mi vocación es un blog, donde la vida, su vida de fe marcará los artículos diarios. Ser Dominica de la Presentación es estar atenta a los signos de los tiempos y a las necesidades del momento.
En la foto de izquierda a derecha:
- Hna. Maria Núria Gaza, Alella (Barcelona), 1933.
Apasionada por Medio Oriente.
- Hna. Ana Isabel Pérez, Granada, 1975.
Vivir para amar.
- Hna. María Josefa Cases, Madrid, 1931.
Atenta a la palabra del Papa.
- Hna. Carmen Solé, Barcelona, 1944.
La semilla crecerá.
- Hna. Gemma Morató, Reus (Tarragona), 1972.
Imaginación, creatividad y Teresita de Lisieux.
- Hna. Conchi García, Almería, 1977.
En busca de la verdad.
Las Hermanas de la Caridad Dominicas de la Presentación de la Santísima Virgen, fundadas por Marie Poussepin en 1696 en Francia, se extienden por Europa, América, Asia y África, en la rica gama de culturas de los 37 países que acogen hoy la Congregación.
Las hermanas, fieles al espíritu de su fundadora, conscientes de los grandes cambios en la sociedad viven al servicio de la caridad, en una diversidad de respuestas tan amplia como las necesidades del mundo. Siguen fieles al carisma de su fundadora: “para utilidad de la parroquia, para instruir a la juventud y servir a los pobres enfermos”.
En escuelas, colegios, universidades como en talleres y centros de promoción y capacitación, las hermanas procuran la formación integral cristiana de niños, jóvenes y adultos, con preferencia por los más pobres; en pequeños dispensarios y centros de salud de la selva o la montaña, lo mismo que en grandes hospitales y clínicas de la ciudad, acogen la vida y la defienden, alivian el dolor, dan esperanza. Los ancianos, los niños sin hogar, los marginados sociales por la lepra, la drogadicción, la disminución psíquica saben de su entrega, de su cuidado por salvaguardar la dignidad humana que se esconde tras apariencias sin valor para el resto de la sociedad.
En las grandes zonas de marginación urbana y rural del tercer mundo, como en suburbios y pueblos de emigrantes del primer mundo, las hermanas defienden los derechos humanos de los más débiles y están a su lado para compartir su suerte y luchar para lograr unas condiciones de vida más dignas. En parroquias y campos de misión, a través de medios de comunicación, en organismos del Estado o de la Iglesia son gestoras y animadoras de programas de evangelización, se hacen mediadoras del mensaje cristiano en las situaciones de trabajo y en la vida ordinaria del hombre y la mujer de nuestro mundo.
Con diversidad de respuestas y en la unidad de un mismo espíritu, la Congregación fundada por Marie Poussepin: HERMANAS DE LA CARIDAD DOMINICAS DE LA PRESENTACIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN, no se aparta de la única finalidad que ella quiso darle: el anuncio de Jesucristo por el servicio de caridad.
Esta fidelidad de más de tres siglos, es prueba fehaciente de la santidad de su fundadora: la Iglesia lo reconoce oficialmente el día 20 de Noviembre de l994, en el acto solemne de su beatificación, presidido por el Papa Juan Pablo II, con el título de “Apóstol social de la caridad”.
www.dominicaspresentacion.com
En la foto de izquierda a derecha:
- Hna. Maria Núria Gaza, Alella (Barcelona), 1933.
Apasionada por Medio Oriente.
- Hna. Ana Isabel Pérez, Granada, 1975.
Vivir para amar.
- Hna. María Josefa Cases, Madrid, 1931.
Atenta a la palabra del Papa.
- Hna. Carmen Solé, Barcelona, 1944.
La semilla crecerá.
- Hna. Gemma Morató, Reus (Tarragona), 1972.
Imaginación, creatividad y Teresita de Lisieux.
- Hna. Conchi García, Almería, 1977.
En busca de la verdad.
Las Hermanas de la Caridad Dominicas de la Presentación de la Santísima Virgen, fundadas por Marie Poussepin en 1696 en Francia, se extienden por Europa, América, Asia y África, en la rica gama de culturas de los 37 países que acogen hoy la Congregación.
Las hermanas, fieles al espíritu de su fundadora, conscientes de los grandes cambios en la sociedad viven al servicio de la caridad, en una diversidad de respuestas tan amplia como las necesidades del mundo. Siguen fieles al carisma de su fundadora: “para utilidad de la parroquia, para instruir a la juventud y servir a los pobres enfermos”.
En escuelas, colegios, universidades como en talleres y centros de promoción y capacitación, las hermanas procuran la formación integral cristiana de niños, jóvenes y adultos, con preferencia por los más pobres; en pequeños dispensarios y centros de salud de la selva o la montaña, lo mismo que en grandes hospitales y clínicas de la ciudad, acogen la vida y la defienden, alivian el dolor, dan esperanza. Los ancianos, los niños sin hogar, los marginados sociales por la lepra, la drogadicción, la disminución psíquica saben de su entrega, de su cuidado por salvaguardar la dignidad humana que se esconde tras apariencias sin valor para el resto de la sociedad.
En las grandes zonas de marginación urbana y rural del tercer mundo, como en suburbios y pueblos de emigrantes del primer mundo, las hermanas defienden los derechos humanos de los más débiles y están a su lado para compartir su suerte y luchar para lograr unas condiciones de vida más dignas. En parroquias y campos de misión, a través de medios de comunicación, en organismos del Estado o de la Iglesia son gestoras y animadoras de programas de evangelización, se hacen mediadoras del mensaje cristiano en las situaciones de trabajo y en la vida ordinaria del hombre y la mujer de nuestro mundo.
Con diversidad de respuestas y en la unidad de un mismo espíritu, la Congregación fundada por Marie Poussepin: HERMANAS DE LA CARIDAD DOMINICAS DE LA PRESENTACIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN, no se aparta de la única finalidad que ella quiso darle: el anuncio de Jesucristo por el servicio de caridad.
Esta fidelidad de más de tres siglos, es prueba fehaciente de la santidad de su fundadora: la Iglesia lo reconoce oficialmente el día 20 de Noviembre de l994, en el acto solemne de su beatificación, presidido por el Papa Juan Pablo II, con el título de “Apóstol social de la caridad”.
www.dominicaspresentacion.com