Mt 11, 3-5: Estos versículos nos resumen toda la vida pública de Jesús. Él caminaba por toda la tierra de Palestina, predicaba y curaba. El sentido de su misión no se expresaba solamente en palabras sino también en acciones. Cuando los discípulos de Juan Bautista preguntan a Jesús:
“¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?” Jesús responde: “Id y decid a Juan: Los ciegos ven, los cojos caminan, los leprosos son purificados, los muertos resucitan, la buena noticia es anunciada a los pobres”. Jesús responde a sus interlocutores por las acciones que realiza.
De esta forma queda patente que su autoridad viene de Dios, único salvador.
La tradición hebraica asocia la acción de Dios con su pueblo, con la sanación. De modo que la Palabra de Dios es eficaz y se realiza en la carne. El pueblo hebreo espera del Mesías la Buena Noticia de la salvación en los corazones de los enfermos. De este modo Jesús expresa en acciones que Él es el salvador:
cura y libera el corazón de los enfermos, de los discípulos y también el nuestro. Texto: Hna. María Nuria Gaza.