Nueva carta de "un ciudadano aún más decepcionado" al presidente en funciones González Faus, a Pedro Sánchez: "Da la sensación de que lo único que busca usted es ir a unas nuevas elecciones"
"España necesita un gobierno que, además de consistente, sea capaz de dialogar hasta la extenuación con aquellos con los que es difícil entenderse"
"Hoy es usted quien está chantajeando a Podemos con el argumento de que si vamos a otras elecciones, la culpa será de ellos. Pues no, señor Sánchez, si vamos a unas nuevas elecciones, la culpa no será solo de Iglesias sino de ustedes dos"
"¿Saben ustedes la cantidad de sufrimiento, de dolor y desesperación que hay entre la gente más sencilla de nuestro país?"
"¿Saben ustedes la cantidad de sufrimiento, de dolor y desesperación que hay entre la gente más sencilla de nuestro país?"
Querido señor Sánchez:
Permítame que otra vez me atreva a presentarle mi decepción por su modo de comportarse durante estos últimos meses de gobierno en funciones. Da la sensación de que lo único que busca Usted es ir a unas nuevas elecciones esperando tener un número mayor de votos. Porque no es correcto que ahora apremie a los de Podemos diciéndoles que quedan pocos días para llegar al plazo final, cuando se ha pasado usted tanto tiempo sin contactar con ellos sabiendo, como debía saber, que unas negociaciones y un diálogo que ya se habían revelado muy difíciles, necesitaban mucho tiempo para poder llegar a acuerdos. Ese modo de proceder puede parecer hipócrita, por interesado.
También me decepciona que, como razón para evitar ese diálogo, dijera que “España necesita un gobierno consistente”. No sé si ha caído en la cuenta de que ese argumento es exactamente el que dan todos los dictadores, el mismo que nos daba aquel “invicto caudillo” para no hacer caso a nadie. En estos momentos y en esta hora mundial de la intolerancia, España necesita un gobierno que, además de consistente, sea capaz de dialogar hasta la extenuación con aquellos con los que es difícil entenderse. Y si eso todavía no es posible hacerlo en este país con las derechas (que en asuntos de intolerancia e incapacidad para el diálogo les sacan a ustedes kilómetros de ventaja), al menos habría que haberlo intentado con aquellos que, como Usted mismo ha reconocido, les son más cercanos.
Y no piense que, al decirle eso, estoy defendiendo a Podemos. Ya escribí en otra ocasión que Pablo Iglesias daba la impresión de querer camuflar su pequeño fracaso electoral consiguiendo carteras y vicepresidencias. No quiero hacer juicios de intenciones; pero al menos habría que recordar aquel adagio de la más vieja política: “la mujer del César no solo ha de ser honesta sino también parecerlo”. Y ciertamente, Iglesias no pareció honesto exigiendo eso, ni aunque lo justificase apelando al “derecho” de quienes le votaron: porque además, con los pocos escaños que tenía, ni siquiera alcanzaba a darles a ustedes una mayoría absoluta. Parecía pues que Pablo Iglesias le estaba chantajeando para enmascarar así su derrota. Y de la izquierda cabía esperar un poco más de ética. Luego tuvo el gesto de retirarse él y hay que agradecerlo. Pero es una concesión tan pequeña que resulta insuficiente.
Y hoy es usted quien está chantajeando a Podemos con el argumento de que si vamos a otras elecciones, la culpa será de ellos. Pues no, señor Sánchez, si vamos a unas nuevas elecciones, la culpa no será solo de Iglesias sino de ustedes dos. Con este fracaso, ambos habrán hecho un pésimo servicio a la causa de la izquierda. Se parecen a esos eclesiásticos infieles que tanto daño han hecho al cristianismo. Y esta es la razón por la que le escribo hoy.
Luego nos promete usted “un gobierno de progreso”. Pero una cualidad fundamental de todo progresista auténtico es la capacidad dialogante. Y usted parece pensar que “el progreso bien entendido empieza por uno mismo”, parodiando aquel refrán de que la caridad bien entendida comienza por ahí…
La izquierda bien entendida
Y hay algo verdad en ese refrán. Pero no es toda la verdad. Eso de que la caridad bien entendida comienza por uno mismo, tiene un complemento dialéctico que dice: “el egoísmo bien entendido comienza por los demás”. Y que ahora podríamos parodiar añadiendo a su concepción de progreso que: “la izquierda bien entendida comienza por los demás”…
En ese contexto me parece que, si hay nuevas elecciones, el único voto de progreso será el voto en blanco. Luego ustedes me tacharán despectivamente de “buenismo”. Pero tengan en cuenta los dos chistes de El Roto en El País: “Se acabó el buenismo; ahora le toca al malismo”. Y el otro que, ante la frase evangélica (“amaos los unos a los otros”), se limita a responder: “ya está otra vez ese pesado con el buenismo”…
Y pasando a lo serio que late debajo de los chistes: ¿saben ustedes la cantidad de sufrimiento, de dolor y desesperación que hay entre la gente más sencilla de nuestro país? Si muchos deseamos que gobierne la izquierda no es porque no les veamos defectos, sino porque son los únicos que quieren afrontar y aliviar ese dolor. Si ustedes lo consiguen, aunque sea a costa de renuncias a esos egos que todos llevamos dentro, merecerán un gran aplauso.
Ánimo pues.