La carta del hermano George Sabe, marista en Alepo, enviada a través de RD "Apreciados y tan queridos Reyes Magos, os pregunto: ¿Pasaréis un día por mi país, por Siria?"
Apreciados Reyes Magos, que vienen de Oriente y siguen la luz de una estrella que les conduce a Jesús. Apreciados Reyes que estabais buscando claridad, que buscabais el horizonte donde ha nacido un cierto Rey. Apreciados Reyes Magos, que habéis traído con vosotros regalos para este niño Rey...
¿Dónde estáis hoy? ¿Os ha ocurrido que la estrella que os iluminaba la vida iba a parar en Siria? ¿U otra vez la estrella pasa por encima de Siria y sigue su camino y no se para? Por favor, Reyes Magos, los niños de mi país pierden el horizonte. No saben dónde están. Por favor, Reyes Magos. Nuestros niños juegan a las metralletas. Y juegan al miedo. Al miedo absoluto
"Reyes Magos, no queremos regalos, queremos la paz, queremos la solidaridad, queremos la fraternidad, queremos el respeto del otro, queremos vivir sin miedo"
"Reyes Magos, no queremos regalos, queremos la paz, queremos la solidaridad, queremos la fraternidad, queremos el respeto del otro, queremos vivir sin miedo"
| Hno. George Sabe, marista. Alepo (Siria)
Apreciados Reyes Magos, que vienen de Oriente y siguen la luz de una estrella que les conduce a Jesús. Apreciados Reyes que estabais buscando claridad, que buscabais el horizonte donde ha nacido un cierto Rey. Apreciados Reyes Magos, que habéis traído con vosotros regalos para este niño Rey...
¿Dónde estáis hoy? ¿Os ha ocurrido que la estrella que os iluminaba la vida iba a parar en Siria? ¿U otra vez la estrella pasa por encima de Siria y sigue su camino y no se para? Por favor, Reyes Magos, los niños de mi país pierden el horizonte. No saben dónde están. Por favor, Reyes Magos. Nuestros niños juegan a las metralletas. Y juegan al miedo. Al miedo absoluto.
Apreciados Reyes Magos. Los padres tienen miedo. Los ancianos de mi país tienen miedo. Cada vez que uno de nosotros busca una cierta paz, un camino para salir de las sombras, recibimos una sorpresa que nos hace volver al punto cero. Al miedo sobre futuro. Al qué va a pasar.
Apreciados Reyes Magos, cuando acabasteis la visita, el Niño y su familia también huyeron aterrorizados.
Apreciados Reyes Magos, es fácil perder una sonrisa, una fiesta, un amor muy querido. En mi país, en esta Siria tan martirizada desde hace 12 años, no hay vida, se pierde la esperanza, no sabemos cómo seguir caminando, estamos cansados, estamos sin vida.
Apreciados y tan queridos Reyes Magos, os pregunto: ¿Pasaréis un día por mi país? ¿Queréis ver a los niños sonriendo? ¿Deseáis que estemos porque vais a llegar?
Ojalá, Reyes Magos, ojalá que una estrella se pare en Alepo, en Damasco, en otras ciudades, que se pare en casas donde los niños han perdido a los padres, que se pare en el camino donde hay gente desplazada, ¡y cuántas veces han sido desplazadas!
Reyes Magos, no queremos regalos, queremos la paz, queremos la solidaridad, queremos la fraternidad, queremos el respeto del otro, queremos vivir sin miedo.
Ojalá que un día paséis por mi tierra y no haya bombas, no haya artefactos, no haya desplazamientos. Que haya solo la celebración de un Niño que acaba de nacer y que aporta paz a nuestra tan querida tierra.