Tras el ahogamiento de un centenar de personas que viajaban rumbo a Europa en un bote El cardenal Rai denuncia las "pateras de la muerte" de los inmigrantes que huyen del Líbano

Hasta no hace tanto, El Líbano era un ejemplo de convivencia de culturas y religiones, un caso atípico en el avispero de Oriente Medio. Sin embargo, en los últimos años, sucesivas crisis de gobierno, los intereses desestabilizadores de grandes potencias que han puesto sus ojos sobre el país de los cedros, los efectos de la crisis económica, que ha disparado los niveles de pobreza o la avalancha de refugiados sirios y palestinos, que ha despertado los recelos y agravios comparativos, ha creado una situación explosiva.

Esa es una de las razones por las que también ahora los propios libaneses deciden embarcarse en pateras para escapar del país en busca de un futuro mejor. Es lo que intentaban entre 120 y 170 personas en una embarcación que se hizo a la mar el pasado 20 de septiembre cerca del puesto de Trípoli, pero que se hundió apenas 30 millas después causando la muerte a un centenar de ellas.

"Las tragedias se han convertido en el pan de cada día de los libaneses. Estamos consternados por el ahogamiento de tantas personas en el mar, a bordo de embarcaciones no aptas para la travesía marítima de larga distancia", dijo el cardenal libanés Béchara Raï, patriarca maronita, que denunció la existencia de estas “pateras de la muerte”.

Rai lamentó la "inmigración a cualquier precio", señalando que "la búsqueda de la vida a veces lleva a la muerte" y subrayando que "lo más peligroso es que esta tragedia no es la primera, así que ¿dónde están las medidas de seguridad disuasorias tomadas por el Estado para evitar que las pateras de la muerte se hagan a la mar?".

"El Estado es responsable de esta tragedia por su incapacidad para sacar al país de su crisis económica, financiera y social", afirmó el cardenal Rai, quien se ha convertido en un crítico implacable del Gobierno.

Según informa UCA News, “en 2019, la clase media representaba el 57% de la población. Desde finales de 2019, la moneda libanesa ha disminuido más del 90%, y ahora casi el 80% de la gente vive en la pobreza, con una inflación de tres dígitos. Más de un millón de refugiados sirios y unos 500.000 refugiados palestinos siguen viviendo en Líbano”.

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