Sako presidió la ceremonia, avalada por el arzobispo de Bruselas, por el rito caldeo Un hombre casado y con tres hijas, ordenado sacerdote en Bélgica
Sako invitó a todos a preocuparse por los demás "sin pensar a cambiarlos", y encomendó a David Nas a "someterse con dulzura a la autoridad" del arzobisp de Bruselas, sin "tener miedo de tomar decisiones claras". Tras su consagración, Nas se dirigió a primera fila para besar y abrazar a su mujer y sus pequeños
Sako: "Esta ordenación es un signo de esperanza para toda la Iglesia ante la crisis que atraviesa, y la necesidad de dar a todos los bautizados el lugar que les corresponde"
La Iglesia católica de Bruselas marcó un hito histórico este sábado, al ordenar sacerdote al diácono David Nas, un hombre casado y con tres hijos, perteneciente a la comunidad caldea de rito oriental. La ceremonia estuvo presidida por el cardenal Sako, patriarca caldeo, y concelebrada por el arzobispo de Malinas-Bruselas, Luc Terlinden, y el obispo de Koekelberg, Hudsyn, junto al obispo auxiliar de Bagdad, mar Basel, y el metropolitando de Amad (Turquía), Mar Sabri Sanar.
Los fieles católicos caldeos, fieles a Roma, tienen permitido el celibato opcional, pero una ceremonia como esta nunca se había celebrado en Bélgica. Durante más de dos horas y media, en una celebración con cantos en arameo, monseñor Sako impuso a David Nas, ante la mirad de su familia, el orden sacerdotal, animándole a hacer de su vida "un testimonio de humildad".
"Esta ordenación -reveló Sako, tal y como relata el sitio web de la diócesis de Bruselas- es un signo de esperanza para toda la Iglesia ante la crisis que atraviesa, y la necesidad de dar a todos los bautizados el lugar que les corresponde".
Así, el patriarca caldeo, junto a Terlinden, animaron al nuevo sacerdote a "seguir las huellas de Cristo, pero también a despresnderse de cualquier privilegio material o social que algunos pudieran asociar al sacerdocio".
Adelantándose a las posibles críticas, Sako invitó a todos a preocuparse por los demás "sin pensar a cambiarlos", y encomendó a David Nas a "someterse con dulzura a la autoridad" del arzobisp de Bruselas, sin "tener miedo de tomar decisiones claras". Tras su consagración, Nas se dirigió a primera fila para besar y abrazar a su mujer y sus pequeños.
Esta fue la ceremonia
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