Patriarca Kirill: “Fue un símbolo para las tradiciones de Europa” Isabel II, la reina anglicana que escuchaba a los cardenales católicos
“'La última Reina cristiana', como la consideraban en el Vaticano, mantuvo siempre un profundo respeto por el mundo católico"
"A ese respeto contribuyeron también las amistades católicas que frecuentó, entre ellas, las de varios purpurados católicos como Basil Hume, a quien llegaría a llamarle 'mi cardenal'"
"Importante pasó también fue el que, gracias a ella, se dio en 2015, cuando entró en vigor la Ley de Sucesión a la Corona de 2013, que se levantó la prohibición de que los miembros de la familia real casados con católicos estuvieran en la línea de sucesión"
"Importante pasó también fue el que, gracias a ella, se dio en 2015, cuando entró en vigor la Ley de Sucesión a la Corona de 2013, que se levantó la prohibición de que los miembros de la familia real casados con católicos estuvieran en la línea de sucesión"
| J. Lorenzo
Cabeza de la Iglesia anglicana, que juró defender, sin embargo, la Reina Isabel se atrevió a dar pasos para reducir las distancias que separaban el anglicanismo del catolicismo. Además de ser la primera monarca británica en recibir a un Papa de Roma en el Reino Unido (Juan Pablo II en 1982), y de haberse encontrado personalmente con cinco de ellos desde su acceso al trono, en 1952, “la última Reina cristiana”, como la consideraban en el Vaticano, mantuvo siempre un profundo respeto por el mundo católico.
De hecho, según publica The Tablet en un interesante artículo, a ese respeto contribuyeron también las amistades católicas que frecuentó, entre ellas, las de varios purpurados católicos como Basil Hume, a quien llegaría a llamarle "mi cardenal". Incluso, en los últimos días de vida del arzobispo de Wetsminster, la Reina le condecoró con la Orden del Mérito, el más alto honor personal de un soberano.
Similar aprecio mostró por el sucesor, el cardenal Cormac Murphy-O'Connor, a quien invitó a predicar en Sandringham, uno de los palacios de la Reina en la campiña. De hecho, cuenta The Tablet, “muchos clérigos temían las visitas a Sandringham porque sabían que el duque de Edimburgo les echaría en cara sus sermones, pero Murphy-O'Connor toleraba alegremente las denuncias del príncipe Felipe sobre la enseñanza católica del control de la natalidad, que ensayaba con frecuencia en desayunos, comidas y cenas”.
Tacto para no enfadar a los protestantes
En todo caso, “la Reina tuvo mucho más tacto, y se cuidó de no ser vista como demasiado abierta al catolicismo romano, muy consciente de que podría alienar a los protestantes más leales. Aunque entró en una iglesia católica -asistió a las vísperas en la catedral de Westminster- nunca asistió a una misa católica en el Reino Unido”.
A este respecto, y en un mensaje de condolencias por el fallecimiento de la Reina, enviado por el Primado de Irlanda, el arzobispo de Armagh, Eamon Martin, recordó su encuentro con la reina en Enniskillen, Co. Fermanagh, en 2012, antes de ser ordenado obispo, describiendo su decisión de visitar una iglesia católica, la de San Miguel, como "valiente e histórica".
"Se mostró amable y de buen humor y se tomó el tiempo necesario para que todo el mundo se sintiera a gusto. Siempre he admirado la tranquila dignidad y la naturaleza calmada de la Reina Isabel, a pesar de haber vivido tiempos muy difíciles, con mucha agitación política, económica, social y familiar. Por eso, la gente de a pie, de todos los orígenes y credos, podía relacionarse con ella y le tenía tanto afecto. Estoy agradecido por el compromiso de la reina Isabel de promover un mejor entendimiento y relaciones entre la Iglesia anglicana y la Iglesia católica", señaló en su comunicado.
Importante pasó también fue el que, gracias a ella, se dio en 2015, cuando entró en vigor la Ley de Sucesión a la Corona de 2013, que se levantó la prohibición de que los miembros de la familia real casados con católicos estuvieran en la línea de sucesión. Lo que sí es se mantiene la prohibición de que el monarca sea católico romano.
Kirill: “Un símbolo para las tradiciones de Europa”
El Patriarca Kirill, jefe de la Iglesia Ortodoxa Rusa, también mostró sus pesar por el fallecimiento de la monarca. En un mensaje difundido el viernes, señaló que “la Reina Isabel II era un símbolo de las tradiciones históricas para toda Europa” y "un ejemplo de la más alta cultura".
También desde la Iglesia Ortodoxa Copta, encabezada por el Papa Tawadros II, se envió el pésame, asegurando que “llora a la Reina Isabel de Gran Bretaña que dejó nuestro mundo mortal después de sentarse en el trono de Gran Bretaña como reina durante más de 70 años, dejando un gran legado de noble trabajo humanitario y enorme apoyo a los derechos humanos y la libertad religiosa”.
"Recordamos especialmente su relación con nuestra Iglesia copta y su apoyo a su existencia en Gran Bretaña para servir a los hijos de la Iglesia que viven allí y este apoyo se manifestó al condecorar al obispo Angaelos de los coptos ortodoxos en el Reino Unido con la Orden del Imperio Británico (OBE)", dijo la iglesia egipcia, en referencia a cuando el obispo Angaelos recibió esa distinción por sus servicios a la libertad religiosa internacional en 2015.
En este reguero continuo de condolencias se encuentra también la del cardenal británico Arthur Roche, Prefecto del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, quien en un mensaje recorre la figura de la soberana y expresa los sentimientos de condolencia de todos los que trabajan en la Santa Sede y que proceden de Gran Bretaña, Irlanda del Norte y los países de la Commonwealth. Su declaración subraya que la difunta Reina se dedicó "sin descanso al servicio de su pueblo, pero también lo confió a la protección de Dios".
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