Serrat MH4. "LAS ABARCAS DESIERTAS"

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En vísperas de Reyes de 1937 (2 de enero) publica Miguel Hernández en la revista "Ayuda" del Socorro Rojo el interesante poema "Las abarcas desiertas". Donde recuerda, con ternura y rabia, su dolorida niñez de pastorcito cabrero. El objetivo del poema era recabar ayuda para donativos y juguetes en beneficio de la infancia necesitada. Interesante la nota aclaratoria ofrecida en primera página:

"Los niños de la España libre y en armas tendrán este año, merced a la generosidad de millones de personas, lo que la casta que nos dominaba había hecho privilegio exclusivo de sus hijos: juguetes y libros con que estimular su espíritu y crear sus castillos imaginativos de una sociedad mejor."

¿Se trata de una canción de cuna para no dormir, de una nana tristísima, de un fracasado villancico..., o, un poco, de todo ello? En el duro relato de la vida de Miguel se sentirán aludidos muchos niños y niñas que, en tiempos de hambre y miedo, echan de menos la relajada paz de sus primeros años.

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YO QUERÍA QUE EL MUNDO ENTERO FUERA UNA JUGUETERÍA...


A medio año del inicio del enfrentamiento fratricida, escribe Hernández, para la zona republicana, un sentimental romance a favor de los niños que no tendrían, por su pobreza, regalo de Reyes. Su lenguaje de ahora ni es barroco, al estilo de "Perito en lunas", ni surrealista, a lo Neruda: utiliza una expresión sencilla, clara, directa, de gran calidad literaria. En los presentes versos, contruye magistralmente once cuartetas de rima consonante cruzada. Escribe Agustín Sánchez Vidal:

“No hay en la literatura española un poeta que, siendo de origen auténticamente popular, fuera capaz de hacer una poesía perfectamente comparable a los poetas más cultos, pero no hecha para unas minorías sino hechas para todo el mundo.”


Inicia Miguel su relato evocando su infancia de cabrero y sus repetidas decepciones la madrugada de cada 6 de enero (en imagen un belén viviente de época). Las abarcas (o albarcas) que confía al relente de la noche, son un calzado toscamente adaptado al pie, destinado a proteger especialmente su planta. Se confeccionan de cuero fuerte y a veces de cubiertas desechadas de rueda de automóvil.

LAS ABARCAS DESIERTAS

Por el cinco de enero,
cada enero ponía
mi calzado cabrero
a la ventana fría.

Y encontraban los días,
que derriban las puertas,
mis abarcas vacías,
mis abarcas desiertas.


Describe con dolor la dureza de su oficio de cabrero: sin zapatos ni trajes, en soledad y pobreza, expuesto a los caprichos del tiempo... Soñaba por Reyes con juguetes, que sólo les llegaban a los niños ricos...
Nunca tuve zapatos,
ni trajes, ni palabras:
siempre tuve regatos,
siempre penas y cabras.

Me vistió la pobreza,
me lamió el cuerpo el río,
y del pie a la cabeza


pasto fui del rocío.


Por el cinco de enero,
para el seis, yo quería
que fuera el mundo entero
una juguetería.

Y al andar la alborada
removiendo las huertas,
mis abarcas sin nada,
mis abarcas desiertas.

Ningún rey coronado
tuvo pie, tuvo gana
para ver el calzado
de mi pobre ventana.



Ignora Serrat una estrofa, en la que se lee: "Rabié de llanto, hasta / cubrir de sal mi piel, / por un mundo de pasta / y unos hombres de miel." Y enfatiza de nuevo, al final, su gran decepción cada 6 de enero.

Toda gente de trono,
toda gente de botas
se rió con encono
de mis abarcas rotas.

Por el cinco de enero,
de la majada mía
mi calzado cabrero
a la escarcha salía.

Y hacia el seis, mis miradas
hallaban en sus puertas
mis abarcas heladas,
mis abarcas desiertas.


Nunca introduce Serrat frases o palabras ajenas al autor que canta. Pero se permite alguna vez repetir versos del poeta y ordenarlos con libertad. Así ocurre en el bello final de este relato, donde canta con emoción, prolongando los dos últimos versos:
Mis abarcas vacías...
mis abarcas sin nada...
mis abarcas heladas...
mis abarcas desiertas...

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MÁS OBSERVACIONES



La niñez de Miguel Hernández fue muy breve. Pronto tuvo que acompañar a Vicente, su hermano mayor, en el cuidado de las cabras y en las salidas al pasto. No tuvo infancia Miguel. Por eso deseaba tan ardientemente su gran corazón "que fuera el mundo entero / una juguetería". En el penal de Ocaña, a pocos meses del final, formando equipo con buenos amigos de prisión, no sólo escribe los últimos versos de su vida como el poema "Con dos años, dos flores..." para celebrar el segundo aniversario del nacimiento de Manuel Miguel, sino que confecciona juguetes para el niño. Claro ejemplo es el carro de la imagen, confeccionado en el taller de Ocaña. Así lo explica José Luis Ferris en su biografía de Hernández:


"Su mayor ocupación es ahora la fabricación de juguetes para Manolillo. Con la ayuda de otros presos –"no tenía esa habilidad manual Miguel; él los pintaba, pero no los hacía"–, el poeta mandaba con frecuencia objetos de madera para su hijo: "Los juguetes van para Orihuela, para que lleguen antes. Son un carro y un caballo muy bonitos..."



La música de "Las abarcas desiertas"es sencilla, como el texto, sobria, expresiva. Sólo siete concertistas arropan, en el tema de hoy, al cantautor barcelonés. Habrá que disfrutar, de manera especial, los cuatro versos finales que, como apuntaba anteriormente, dramatizan la decepción de amanecer sin regalos el 6 de enero, por ser pobre.

Sería erróneo pensar que se disgustaría Miguel si se enterase de esta experiencia musical: sus versos son populares, rítmicos, y no resulta difícil contruir melodías para cantarlos; algunos temas ya se musicaron en vida de Hernández. Como la miel atrapa a las moscas, las canciones de Serrat vienen seduciendo a posibles lectores de la obra lírica del pastor-poeta. Sus textos son frescos, como recién escritos. Oportuno relanzamiento de Joan Manuel en el centenario del nacimiento de Miguel Hernández, casi cuarenta años después del anterior LP.

Y como estoy seguro de que os gustaría escuchar algo del disco, podríais pulsar aquí. Y si os interesa conocer algo de la gira que está realizando Serrat por nuestro país con un espectáculo que incluye imágenes de vídeo filmadas por dieciocho importantes directores, pinchad también aquí.

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“HIJO DE LA LUZ Y DE LA SOMBRA”

Se dedica un artículo a cada una de las trece canciones
con texto de Miguel Hernández y música de Serrat


00. INTRODUCCIÓN GENERAL

01.UNO DE AQUELLOS

02.DEL AY AL AY POR EL AY

03.CANCIÓN DEL ESPOSO SOLDADO

04.LA PALMERA LEVANTINA

05.EL MUNDO DE LOS DEMÁS

06.DALE QUE DALE

07.CERCA DEL AGUA

08.EL HAMBRE

09.TUS CARTAS SON UN VINO

10.SI ME MATAN; BUENO

11.LAS ABARCAS DESIERTAS

12.SÓLO QUIEN AMA VUELA

13.HIJO DE LA LUZ Y DE LA SOMBRA

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