Serrat MH7. "SÓLO QUIEN AMA VUELA"

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Un 28 de marzo fallece, en una enfermería carcelaria, Miguel Hernández. En el interior de la derrota biográfica, ¿no se podría hablar de una victoria existencial? En la noche oscura de su celda de prisionero, escribió Juan de la Cruz el más bello poema de amor, un Cancionero de ausencias del Amado. Miguel, en su afonía postrera, acerca a nuestras vidas los más dulces versos de amor, vida y muerte.

Sólo la muerte, no la prision, acallará su voz de piel y sangre. La Década Prodigiosa literaria de aquel pastorcillo por el Nacimiento madrileño (1931-1941), se cerrará definitivamente en una cárcel de Alicante, con los ojos abiertos a la Luz última. Dos meses antes había manuscrito torpemente, para Carlos R. Spiteri,su última carta:

"Vicente me anticipó la noticia de la muerte de tu padre y el mío... Consuélate de todo, y lo importante, que no hay nada importante, es dar una solución hermosa a la vida."

¿Qué hermosa solución estuvo dando Miguel a su vida durante los años de cárcel? En esta misma epístola transcribe unos conocidos versos de Machado: "Todo pasa y todo queda".No encalló el poeta, desarbolado, en las mazmorras de la posguerra; siguió navegando a todo Viento hasta la primavera de 1492 (¡perdón, 1942!), para arribar definitivamente a las playas del Misterio. Como escribió Nietzsche, y repetirá obsesivamente Victor Frankl: "Quien tiene algo por qué vivir, es capaz de soportar cualquier cómo." Vivió para su mujer y su hijo; fiel a su misión de escritor del pueblo, trabajó infatigable por una sociedad más justa y solidaria; se interesó por todo; amó a todos, especialmente a los más necesitados...

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QUISO ASCENDER, TENER LA LIBERTAD POR NIDO


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Acaba de publicar Eutimio Martín, en Aguilar, una emocionada biografía del poeta alicantino. Su título, "El oficio de poeta. Miguel Hernández", pone el dedo en la fecunda llaga que dio último sentido a la vida del joven escritor oriolano ("El pueblo espera a los poetas con la oreja y el alma tendidas al pie de cada siglo"). Pudo en la cárcel traicionar a los suyos, el pueblo sencillo, el pueblo pobre, escribiendo inspirados versos como poeta del nuevo régimen. Pero eligió la libertad de ser auténtico, la dignidad de cantar, si no la victoria, al menos el coraje. De llorar la sangre derramada, el salobre sunami de la derrota.

Se dirige a Josefina ("Antes del odio"):

"No podrán atarme, no. / Este mundo de cadenas / me es pequeño y exterior. / ¿Quién encierra una sonrisa? / ¿Quién amuralla una voz? / A lo lejos tú, más sola / que la muerte, la una y yo. / A lo lejos tú, sintiendo / en tus brazos mi prisión: / en tus brazos donde late / la libertad de los dos. / Libre soy. Siénteme libre. / Sólo por amor."



El alma buena de Miguel, que tan escasas señales de esperanza percibe –como no es infrecuente– en su entorno carcelario, fantasea perdones, sueña amnistías, imagina nuevos tiempos... En la canción de hoy, como en el arcoris de la primera imagen, la ilusión va levantando sus colores desde la tierra, se curva por desaliento y dudas, aletea rabiosamente, y se derrumba, al final, con amargura y desesperanza. ¿Sólo quien ama vuela...?

Leamos ya, completo, el poema "Vuelo", que titula Serrat, con sensibilidad, "Sólo quien ama vuela". Las imágenes más próximas son obra del pintor Joaquín Risueño y el cineasta David Trueba.Sólo quien ama sobrevuela las rejas de la cárcel y, contra toda esperanza, espera milagros...

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SÓLO QUIEN AMA VUELA

SÓLO QUIEN AMA VUELA (bis).

AMAR... PERO ¿QUIÉN AMA?
VOLAR... PERO ¿QUIÉN VUELA?
PERO, ¿QUIÉN AMA?
PERO ¿QUIÉN VUELA?

SÓLO QUIEN AMA VUELA (bis).

Un ser ardiente, claro de deseos, alado,
quiso ascender, tener la libertad por nido.
Quiso olvidar que el hombre se aleja encadenado.
Donde faltaban plumas puso valor y olvido.

Iba tan alto a veces, que le resplandecía
sobre la piel el cielo, bajo la piel el ave.
Ser que te confundiste con una alondra un día,
te desplomaste otros como el granizo grave.

AMAR... PERO ¿QUIÉN AMA?...

Sólo quien ama vuela. Sólo quien ama vuela.
Conquistaré el azul ávido de plumaje,
pero el amor, abajo siempre, se desconsuela
de no encontrar las alas que da cierto coraje.

Los brazos no aletean. Son acaso una cola
que el corazón quisiera lanzar al firmamento.
La sangre se entristece de debatirse sola.
Los ojos vuelven tristes de mal conocimiento.

AMAR... PERO ¿QUIÉN AMA?...

No volarás. No puedes volar, cuerpo que vagas
por estas galerías donde el aire es mi nudo.
Por más que te debatas en ascender, naufragas.
No clamarás. El campo sigue desierto y mudo.

Cada ciudad, dormida, despierta loca, exhala
un silencio de cárcel, de sueño que arde y llueve
como un élitro ronco de no poder ser ala.
El hombre yace. El cielo se eleva. El aire mueve.

AMAR... PERO ¿QUIÉN AMA?...


El movimiento de estos versos es muy parecido al de "Sepultura de la imaginación", también en forma de arco: entusiasmo-dificultades-catástrofe. Un albañil quería levantar un edificio capaz de lo más leve. Reía, trabajaba, cantaba. Pero la piedra cobró su torva densidad y aquel hombre quedó atrapado en su propia obra como en una cárcel.

Y ahora, si os apetece, podríamos oír a Serrat cantando "Sólo quien ama vuela" (pulsar aquí)

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¡QUIÉN TUVIERA TUS ALAS, PÁJARO LOCO!


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Necesita el poeta pastor moverse, respirar la brisa salvaje de sus cerros, oler azahares, beber cielo azul sin muros hasta volverse pájaro: "Me distraigo mucho –escribirá– mirando el cielo y la tierra como se ven detrás de estas rejas, y los dos perales del patio, que pronto harán sombra..."

No puede subir al monte. Pero es poeta: puede imaginar, puede escribir. Y así, afila el lapicero y pincha la estrella de un cuento para su hijo ("El gorrión y el prisionero", muy resumido):

Érase sólo uno de tantos hombres sepultados. Pío-Pa, un alegre gorrioncillo, le descubre atalajado en cadenas.

"Al cabo de un día y una noche me matarán. Sólo una mujer pudiera salvarme, pero su casa está lejos, en la región más soleada de estas tierras. Mañana no viviré... Lo siento por mi hijo. ¡Quién tuviera tus alas, pájaro loco!"

Pío-Pa se posa en su hombro...

"Adiós, gorrión loco... ¿Sabrás llegar? Ella vive en una casa pintada de azul y blanco con una palmera y el mar a la puerta... Si no llegas al alba, moriré."



Por el camino, un cazador le dispara. Pero el gorrioncillo vuela muy alto y muy lejos, camino de la casa azul y blanca. Se cumple el mediodía. Otra vez ha de renovar su aliento en un breve descanso...



El cuento ha quedado roto, sin final. Pío-Pa no llegará a su destino, y los altos ojos de luz en el muro de la prisión se apagarán para siempre...

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“HIJO DE LA LUZ Y DE LA SOMBRA”

Se dedica un artículo a cada una de las trece canciones
con texto de Miguel Hernández y música de Serrat


00. INTRODUCCIÓN GENERAL

01.UNO DE AQUELLOS

02.DEL AY AL AY POR EL AY

03.CANCIÓN DEL ESPOSO SOLDADO

04.LA PALMERA LEVANTINA

05.EL MUNDO DE LOS DEMÁS

06.DALE QUE DALE

07.CERCA DEL AGUA

08.EL HAMBRE

09.TUS CARTAS SON UN VINO

10.SI ME MATAN; BUENO

11.LAS ABARCAS DESIERTAS

12.SÓLO QUIEN AMA VUELA

13.HIJO DE LA LUZ Y DE LA SOMBRA

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