Los que lo necesiten seguirán comiendo en los Desamparados El Comedor Social de los Desamparados asegura su continuidad
Se logra renovar el convenio con el Ayuntamiento de Vitoria.
Por seguridad las comidas se ofrecen en tapers y bolsas
| Vicente Luis García Corres (Txenti)
La Diócesis, al igual que muchos ciudadanos de Vitoria, se felicita por el acuerdo logrado entre la Obra Social de la Parroquia de Nuestra Señora Madre de los Desamparados y el Ayuntamiento de la ciudad para garantizar la atención alimentaria de personas excluidas de Vitoria. Este acuerdo está a la espera de la rúbrica de la Junta de Gobierno.
El coordinador del Comedor Social, Santos Gil, detalla la información: “Ayer nos comunicaron desde el Área de Políticas Sociales del Ayuntamiento que aceptaban retirar de la estipulación quinta el párrafo último que decía: "Al final del ejercicio 2020, si se produce una desviación al alza, la Obra Social de Desamparados asumirá, dentro de la cuantía máxima, hasta un incremento del 10% de servicios (comidas/cenas)."
Así pues, una vez eliminado este párrafo que podía originar un grave perjuicio a la Obra Social y habiendo conseguido que suban el precio de la comida a 6 euros y el de la cena 5 euros, la Obra Social ha manifestado ya su conformidad a los responsables del Área de Políticas Sociales.
Santos Gil agradece la atención social que ha despertado la situación crítica del Comedor Social: “Gracias por toda vuestra atención en este largo proceso de negociación. Para nosotros nos produce una enorme satisfacción poder continuar con esta importante labor social de ayuda a las personas en situación de vulnerabilidad y de exclusión social, y que además las personas en plantilla, las religiosas y las personas voluntarias están desarrollando con gran entrega y sacrificio, como en estos días, una vez más, están poniendo de manifiesto.”
Las medidas de prevención adoptadas han dado como resultado que nadie del personal haya quedado expuesto al contagio. Así, las comidas y cenas se entregan en tapers. Dos tapers para la comida y otros dos para las cenas, en una bolsa en la que se incluye el pan, agua y la fruta.
Si bien, como ha comentado Santos Gil, se ha reducido algo el número de usuarios, “debido a que una parte de ellos están acogidos en albergues y allí mismo, para garantizar el confinamiento, se les facilita la comida”, el número de servicios ronda los 70 en comidas y otros 70 en cenas.
Este acuerdo tiene también otras ventajas, que los trabajadores en plantilla seguirán con sus empleos.
Non solum sed etiam
Independientemente de que la cordura y la situación actual que hace a los vulnerables más vulnerables todavía, hayan conducido al acuerdo entre el Ayuntamiento y el Comedor Social, el problema no debe darse por zanjado, sino más bien como aviso para ir proyectando a futuro. Es decir, que si este Comedor muchos lo consideramos como una obra social clave que hay que proteger habrá que revisar y actualizar el modo de sostenerlo, tanto desde las ayudas institucionales como desde la gestión interna.
Hoy ya no es tan sencillo contar con una comunidad religiosa que incluya entre sus tareas cubrir este servicio que precisa mano de obra para hacerlo posible. El voluntariado no garantiza tampoco el servicio diario, por el simple hecho de que es voluntario y condicionado a la realidad y prioridades de cada uno. POr eso habrá que seguir buscando fórmulas que garanticen el servicio, que mantengan los puestos de trabajo que en su día hubo que asumir, y quizá recuperar en un tiempo una mano de obra formada y que compense el servicio prestado. Se ha dado un paso importante para seguir adelante, pero habrá que dar un paso más firme que garantice una permanencia del servicio social mientras este sea necesario. Doctores tiene la Santa Madre y doctores también tienen las instituciones.