Crisis humanitaria en la frontera de Brasil y Perú La violencia y la falta de acuerdos agravan las ya de por sí malas condiciones de los migrantes
De los 14 migrantes que quedaron en territorio nacional y recibiendo atención médica en el puesto de salud de Iñapari, dos dieron positivo en las pruebas de COVID
| Txenti García / César Gonzalez / Beatriz García
Informan desde Radio Madre de Dios y la CAAAP
Nuestros compañeros desplazados a la frontera entre Perú y Brasil siguen informando del discurrir del conflicto y la crisis humanitaria que padecen los migrantes que intentan cruzar el país andino.
Tras el intento de una entrada en Perú por la fuerza, las fuerzas de seguridad, Policía Nacional del Perú y Ejército, tuvo que emplearse con violencia, aun a sabiendas de la presencia de niños y mujeres embarazadas se hizo uso de bombas lacrimógenas.
Gran parte del grupo que logró acceder en un primer momento a suelo peruano fue albergado durante las primeras horas en un estadio de fútbol de Iñapari, mientras se esperaban indicaciones desde el Gobierno central, no se quedaron por mucho tiempo, por la tarde varios vehículos los trasladaron de regreso a Brasil, según señaló señaló el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas del Perú mediante sus redes sociales. No obstante, 14 migrantes se quedaron en territorio nacional y recibieron atención médica en el puesto de salud de Iñapari, producto del enfrentamiento con las autoridades policiales y militares. Entre ellos, se encontraban tres mujeres embarazadas y un menor de edad.
La Dirección regional de Salud informó a través de sus redes sociales que los diagnósticos de los pacientes analizados fueron contusión, deshidratación, cólico abdominal, resfrío común, dolor de cabeza y malestar general, entre otros. Al mismo tiempo, indicaron que se les practicó una prueba rápida de COVID-19, y que dos personas dieron positivo. Luego de recibir tratamiento de soporte, los pacientes fueron dados de alta en condiciones estables, señalaron.
Como recoge la información difundida por la CAAAP, para el Padre Paco, sacerdote que vive en Brasil desde hace 50 años, la desesperación, luego de dos días enfrentando las duras condiciones climáticas, con lluvias intensas cada noche, en el Puente de Integración, los habría llevado a avanzar a la fuerza. “Los nervios han llegado a un punto en el que han empujado a la policía y han entrado”, sostuvo. El sacerdote pidió también que las autoridades peruanas y brasileras realicen “negociaciones rápidas”, pues la situación humanitaria en la frontera es crítica. Con el apoyo de la población de Assis, la alcaldía y la Iglesia se ha logrado ofrecer alimentos a los migrantes, sin embargo, esto no podrá sostenerse por mucho tiempo. “Una ciudad pequeña como Assis, durante muchos días alimentar a tanta gente, no se puede. Es urgente más apoyo e incentivar para que resuelvan, porque no solo son ellos, sino de acá un día o dos vienen otras 150 personas. Son gente que busca un mejor lugar donde quedarse o regresar a su país”, mencionó el Padre Paco.
Si las autoridades no llegan a acuerdos inmediatos la situación se agravará, ahora con el grupo originario dividido, con la llegada de nuevos migrantes, con las condiciones que la pequeña localidad brasileña de Assis no podrá soportar para seguir ayudando a los que llegan