¿Qué papa necesita la Iglesia en este momento? ¿Papas conservadores o progresistas? Humildemente creo que esta terminología es ya obsoleta, arcaica y anacrónica que se utiliza interesadamente para enfrentar a unos y a otros.

El Señor se va a encargar de ofrecer el Papa que la humanidad necesita. Como muestra un botón, si observamos los cinco últimos, tan distintos y, sin embargo, con un legado inigualable:

• Juan XXIII, convocó el concilio vaticano II invitando a la iglesia a agiornarse (cambiar);
• Pablo VI, lo llevó a cabo, no sin sufrimiento e incomprensión;
• Juan Pablo I, solo le dio tiempo a sonreír durante sus treinta y tres días de Pontificado, augurando una primavera eclesial;
• Juan Pablo II, abrió las puertas de su casa y recorrió el mundo entero tratando de concentrar a toda la cristiandad en una única y misma familia;
• Benedicto XVI, trató de centrar a esa gran familia en Cristo. Si recordáis cuando salía al balcón de las bendiciones o se asomaba a la ventana de su apartamento para rezar el ángelus, de fondo figuraba un tapiz del resucitado;
• Francisco, ha tratado de hacernos notar que Cristo, centro de nuestra fe, se vislumbra nítidamente en el rostro de los hombres descartados por la sociedad;
• NN, ¿cómo se llamará (¿Juan XXIV?), de donde venga (¿de Marsella?) o cuál sea su legado? responderá a lo que esta humanidad tan crispada y descreída, necesita hoy.

El análisis de la situación actual es  complejo. A los cardenales les tocará en estos días, dóciles a la voz del Espíritu, vislumbrar quién y cómo debe ejercer el liderazgo espiritual en la Iglesia el Pontífice que sea elegido.

Nuestra contribución universal para hacer más habitable la humanidad es muy humilde, aunque imprescindible, revertir el orden de la creación. Colocar a la persona, imagen de Dios, en el centro e impulsar los valores que le devuelven su propia dignidad. Insertos en medio del mundo como un verdadero <resto> del pueblo de Dios que trata de devolver al mundo la esperanza que no defrauda, Cristo.

Creo humildemente que habría que responder, con altura y profundidad de miras, sólo y a todas las cuestiones que realmente se planteen el hombre y la mujer en cada momento. Muchas son disquisiciones estériles o inútiles.

¿Qué virtudes deberá tener el nuevo Papa? Las que Dios le otorgara cuando lo soñó para guiar la nave de Pedro. Con que sea humano y dúctil a la voluntad de Dios creo que sería más que suficiente.