Tenemos un Papa que sueña, porque "el sueño va más allá" Francisco, un Papa que sueña y siente

La hospitalización de un Papa anciano, cuya salud se ha deteriorado, ha suscitado discursos a todos los niveles. Mientras muchos rezan por su recuperación, otros observan con curiosidad o interés político
Puede que el Papa, de 88 años, sea incapaz de caminar, de abrazar a la gente, incluidos los niños que son sus vecinos de pabellón en el hospital, pero nunca deja de soñar
Los sueños de Francisco no son meras abstracciones, sino que se materializan en acciones eclesiales y sociales
Un Papa que no sólo gestiona el presente, sino que busca generar procesos, independientemente de que los vea desarrollarse o incluso los lidere
Los sueños de Francisco no son meras abstracciones, sino que se materializan en acciones eclesiales y sociales
Un Papa que no sólo gestiona el presente, sino que busca generar procesos, independientemente de que los vea desarrollarse o incluso los lidere
| Marcus Tullius
A lo largo de su pontificado, el Papa Francisco ha sido una figura que inspira por la autenticidad con la que vive su vocación. Su reciente hospitalización, desde el 14 de febrero, ha hecho que los ojos de todo el mundo se vuelvan hacia la décima planta del Hospital Gemelli - no todos con la misma preocupación -. Creyentes y no creyentes esperan el boletín del equipo médico y de la Oficina de Prensa de la Santa Sede con las últimas noticias.

Mediatización acelerada de la religión
El último recuerdo de un Papa hospitalizado de larga duración es Juan Pablo II, fallecido el 2 de abril de 2005. A diferencia de aquel contexto, en el que la noticia procedía de L'Osservatore Romano y de los canales oficiales del Vaticano, sobre todo en la comunicación de masas, la hospitalización de Francisco se produce en un momento de mediatización acelerada de la religión. Basta señalar que el boletín diario se publica primero en los perfiles de VaticanNews en las redes sociales y sólo después aparece en el portal en italiano, portugués y sólo después se publica en otros idiomas.
La hospitalización de un Papa anciano, cuya salud se ha deteriorado, ha suscitado discursos a todos los niveles. Mientras muchos rezan por su recuperación, otros observan con curiosidad o interés político. En los pasillos y en los medios de comunicación se comenta el perfil de su sucesor. Quizá estos discursos tengan más resonancia, pero es fundamental valorar las innumerables muestras de afecto y oración que están apareciendo en todo el mundo.
Todo el mundo reza por el Papa
En el libro de los Hechos de los Apóstoles (12,5), encontramos que, en el contexto de la persecución de la Iglesia de Jerusalén por Herodes Agripa I, "Pedro estaba en la cárcel, pero la Iglesia rogaba continuamente a Dios por él". Así, mientras Francisco permanece hospitalizado, la Iglesia reza continuamente por él. En el marco de sus 12 años de pontificado, circulan por las redes sociales innumerables imágenes que recuerdan el 27 de marzo de 2020, cuando subió a la plaza de San Pedro y rezó a solas por la humanidad. Ahora, todo el mundo reza por él.
Puede que el Papa, de 88 años, sea incapaz de caminar, de abrazar a la gente, incluidos los niños que son sus vecinos de pabellón en el hospital, pero nunca deja de soñar. Al fin y al cabo, la bella composición de Milton Nascimento, Márcio Borges y Lô Borges se ha hecho eco durante más de 50 años de que "por llamarse hombres, también se llamaban sueños y los sueños no envejecen".
Francisco es la realización de esto. Tenemos un Papa que sueña, porque "el sueño va más allá" (cf. Evangelii Gaudium, n. 192) y esto se expresa en muchos momentos de su pontificado.

Los sueños de Francisco
En su exhortación apostólica Evangelii Gaudium, ante las preocupaciones concretas del mundo, el Papa propone orientaciones para animar a la Iglesia en su nueva etapa de evangelización (cf. EG n. 16-17). Para "hacer presente el Reino de Dios en el mundo" (ib. n. 176), expresa un sueño de renovación eclesial inaplazable: "Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, de modo que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda la estructura eclesial se conviertan en cauce para la evangelización del mundo de hoy y no para la autoconservación" (EG, n. 27)."
Los sueños de Francisco no son meras abstracciones, sino que se materializan en acciones eclesiales y sociales. En la encíclica Laudato Si', invita a la humanidad a convertirse en instrumento de Dios Padre, revisitando su sueño cuando creó el mundo (cf. LS n. 53), y a despertar de la omnipotencia desenfrenada de dominar el mundo, "que ha llevado a pensar que cuidar la naturaleza es cosa de débiles" (LS n. 116)
El Papa soñador es muy visible en la exhortación apostólica postsinodal Querida Amazonia, cuando describe cuatro sueños interconectados: social (9-27); cultural (28-40), ecológico (41-60) y un sueño eclesial (61-110). En otros documentos, como Fratelli Tutti, propone un "nuevo sueño de fraternidad y amistad social que no se limita a las palabras" (n. 6).
Sus sueños son respuestas concretas a dolores y gritos
Podríamos repasar sus audiencias, discursos del Ángelus y entrevistas y encontraríamos a un Papa que sueña. Sueña no porque sea un iluso. Sus sueños no son sólo ideas lejanas o utopías idealizadas. Son respuestas concretas a dolores y gritos que él siente profundamente, con sus ojos, sus pies, sus manos y su corazón firmemente enraizados en la realidad. Francisco sueña e invita a soñar. Un ejemplo de ello es el libro Soñemos juntos: el camino hacia un futuro mejor, una conversación con el periodista Austen Ivereigh, publicada en 2020 durante la pandemia, en la que reflexiona sobre la crisis como una oportunidad para transformar el mundo en un lugar más seguro, más justo, más sano y más solidario para todos.
Incluso en medio de las limitaciones de la edad y de una salud debilitada, Francisco sigue trabajando; al fin y al cabo, no hay vicepapa ni otro sustituto. Y sigue soñando. Su sueño más reciente aparece claramente en la reciente carta publicada por la Secretaría General del Sínodo el 15 de marzo, con pasos concretos para acompañar la implementación del Sínodo.
El sueño de perpetuar el camino sinodal
En estos tiempos, podríamos correr el riesgo de caer en una inercia pastoral o estructural ante la idea (para los adversarios de Francisco, se trata de un sueño) del posible final de su pontificado. Pero, ¿cómo hacer para que este camino sinodal no se pierda después de su pontificado? ¿Cómo hacer frente a las resistencias internas y equilibrar tradición e innovación sin comprometer la identidad eclesial? Francisco prevé un hermoso horizonte eclesial, fruto de una amplia escucha, que se desplegará en un camino que culminará en una asamblea eclesial en 2028
No sólo una asamblea de obispos u otro tipo de ministros ordenados, sino una asamblea eclesial. De toda la Iglesia, la ecclesia tota. Este sueño -quizá uno de los más audaces de su pontificado- revela a un Papa queno sólo gestiona el presente, sino que busca generar procesos, independientemente de que los vea desarrollarse o incluso los lidere.

Un Papa que siente el dolor de la humanidad
Los textos que se publicaron para la Audiencia o Ángelus durante su periodo de hospitalización muestran que, además de soñador, Francisco sigue sintiendo el dolor de la humanidad. Sigue agradeciendo a quienes rezan por él y se une a los enfermos, a los que está íntimamente unido. "Nuestro físico es débil, pero, aun así, nada puede impedirnos amar, rezar, darnos, ser los unos para los otros, en la fe, signos luminosos de esperanza" (Ángelus, segundo domingo de Cuaresma, 16 de marzo de 2025, el subrayado es nuestro). ¡Siente porque amas!
Una y otra vez, Francisco menciona un estilo distintivo de Dios, inspirado en la cercanía, la compasión y la ternura. Desde el hospital, el Papa experimenta también la atención y la ternura de los cuidados de los profesionales de la salud y afirma que "necesitamos esto, el "milagro de la ternura", que acompaña a los que están en prueba, llevando un poco de luz en la noche del dolor" (Ángelus, primer domingo de Cuaresma, 9 de marzo de 2025, el subrayado es nuestro).
El Papa, preocupado por la guerra y las naciones martirizadas, las nombra en sus textos y, en la medida de lo posible, mantiene la rutina de llamar a la única parroquia católica de Gaza para ver cómo van las cosas, mostrando la cercanía de quienes sienten su dolor.
El valor de la fragilidad
Uno de los textos más bellos de sus más de 30 días en el hospital es la carta que el Pontífice escribió al director del diario italiano Corriere della Sera, Luciano Fontana, y que se hizo pública el 18 de marzo. No puede pasar desapercibida la hermosa frase en la que Francisco reconoce su tiempo de enfermedad para ser más consciente de la realidad. "La fragilidad humana, de hecho, tiene el poder de hacernos más conscientes de lo que dura y de lo que pasa, de lo que nos hace vivir y de lo que nos mata. Quizá por eso tendemos tan a menudo a negar los límites y a evitar a las personas frágiles y heridas: tienen el poder de cuestionar la dirección que hemos elegido, como individuos y como comunidad."
En la misma carta, su constante preocupación por la comunicación entendida no sólo como operación de medios, sino una comunicación que "significa darnos cuenta de que somos humanos, hijos de Dios. Me gusta definir esta fuerza de la comunicación como "cercanía"" (Mensaje para la 54ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales de 2014, la primera de su pontificado). Desde esta perspectiva, la carta invita a "sentir toda la importancia de las palabras. Nunca son solo palabras: son hechos que construyen ambientes humanos".

Un camino misionero encarnado en la comunidad y en la historia
Si volvemos a la página de Emaús en el Evangelio de Lucas (24,13-35), los discípulos que iniciaron el camino con los ojos incapaces de reconocer al Maestro (cf. v. 16) y el rostro triste (cf. v. 18), regresaron a Jerusalén de donde partieron desilusionados, con renovada esperanza en su camino misionero encarnado en la comunidad y en la historia. Parecía el final... una mera ilusión.
El audio difundido durante el rosario del 6 de marzo muestra una voz frágil, pero un Papa decidido. Incluso en el hospital, acompaña a la gente y siente el afecto de su pueblo. Muchos pensaron que era el fin o el principio del fin. De nuevo, uma mera ilusión. Es sólo el principio.
Marcus Tullius tiene una maestría en comunicación y es coordinador de comunicación de Cáritas América Latina y el Caribe. Fue coordinador de Pascom Brasil entre 2018 y 2024 y es miembro del Grupo de Reflexión sobre Comunicación (Grecom) de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB). Presenta el programa Igreja Sinodal en radios de inspiración católica.
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