Se cumplen 500 años del histórico discurso del reformador alemán Lutero y Carlos V: ¿Por qué Worms no supo parar el cisma en la Cristiandad?
La Dieta de Worms fue el primer evento de la historia que, gracias a la impresión de libros y folletos, se ha transformado con éxito en un "evento" político. Esta fue una de las razones por las que la Reforma ya no pudo detenerse después de Worms
Los debates sobre la conciencia siguen vivos, como muestra la polémica por la bendición de parejas homosexuales
(Katholisch.de).- Innumerables espectadores acudieron en masa a las calles de la ciudad de Worms cuando el 16 de abril de 1521 un caballo y una carreta acompañados de jinetes atravesaron la puerta de la ciudad. Después de un arduo viaje de dos semanas desde Wittenberg, el profesor de teología Martín Lutero había alcanzado su objetivo: debido a su provocadora crítica de las condiciones en la iglesia, había recibido una convocatoria a la Dieta de Worms. Debería revocar allí sus tesis. Los eventos de los próximos días fueron el punto de inflexión para la historia de la iglesia, porque Lutero se mantuvo firme, no se retractó y la Reforma siguió su curso.
La reunión con el emperador fue muy diferente de lo que esperaba el reformador, dice el historiador de la iglesia Thomas Kaufmann de la Universidad de Göttingen, considerado uno de los mejores expertos alemanes de Lutero: "Vio la convocatoria a Worms como una oportunidad para una disputa. Pero el joven emperador Carlos V ni siquiera consideró un debate serio".
La iglesia ya había excomulgado a Lutero en la primavera de 1521 debido a sus tesis. Pero también las autoridades seculares tuvieron que acceder a una condena, que iba a suceder en Worms. Al principio, después de la negativa de Lutero a retirarse, parecía que sus oponentes habían logrado todos sus objetivos: la condena de Lutero se confirmó, con el "Edicto de Gusanos", Carlos V reafirmó la prohibición de todos los escritos del reformador y lo declaró proscrito.
Dos preguntas para Lutero
A pesar de algunos defensores entre los poderosos, el reformador solo pudo confiar parcialmente en el salvoconducto garantizado en el viaje a Worms: alrededor de 100 años antes, el teólogo bohemio Jan Hus había viajado a Constanza con una promesa similar al concilio y allí como hereje. quemado en la hoguera.
La noche antes de llegar a Worms, el Caballero Imperial Franz von Sickingen trató de persuadir a Lutero para interrumpir el viaje y esconderse en su castillo de caballeros. Lutero rechazó la oferta: "Si hubiera tantos demonios en Worms como tejas en los techos, me gustaría entrar".
Dos días después, en su primera reunión con el emperador Carlos en el palacio episcopal de Worms, a Lutero solo se le hicieron dos preguntas: si los escritos antipapales acusados de él realmente provenían de él y si se retractaba. El reformador pidió una noche más para pensarlo.
Después de su rechazo a la revocación, el propio Lutero inicialmente expresó dudas sobre si había defendido su posición con suficiente fuerza. Más tarde, eso ya no fue un problema para él. "Cuanto más tiempo pasaba, más grande se sentía", informa el historiador de la iglesia Thomas Kaufmann.
"El emperador hubiera preferido hacer un trabajo rápido", explica Ulrich Oelschläger, presidente del sínodo de la iglesia Hesse-Nassau y representante de Lutero de la ciudad de Worms. El hecho de que Carlos V y Lutero se conocieran se debió a la intrincada constelación política de la época. Entonces el emperador necesitaba el apoyo de los príncipes para su guerra contra los franceses. Por eso tuvo que tomar en consideración al poderoso soberano de Lutero, el elector Federico de Sajonia. "La estructura política de Alemania creó nichos para la Reforma desde el principio", es también la opinión del historiador Kaufmann.
Durante el segundo interrogatorio el 18 de abril de 1521, Lutero le explicó al gobernante en un sofisticado discurso de defensa que se veía confirmado por la Biblia y que no podía negar sus puntos de vista en contra de su propia conciencia. La exclamación a menudo atribuida " Aquí estoy y no puedo hacer otra cosa" no fue literal. Carlos V reaccionó indignado: "Es cierto que un monje está equivocado en su opinión si esto se opone a la de todo el cristianismo, como se ha enseñado durante más de mil años".
Sin embargo, Lutero inicialmente pudo dejar a Worms sin ser molestado, posiblemente también porque Carlos V y sus asesores temían un alboroto entre la población. Cuando se publicó el "Edicto de Worms" en mayo, Lutero ya estaba a salvo en Wartburg, cerca de Eisenach. Y en algunas partes del imperio ya no se podían hacer cumplir las órdenes del emperador. Los partidarios de la Reforma ya se habían vuelto demasiado fuertes.
Paralelismos entre Worms y la actualidad
El discurso de Lutero al emperador se había convertido en una historia heroica con el tiempo, dice el historiador de la iglesia Kaufmann. Para él, la Dieta de Worms es el primer evento de la historia que, gracias a la impresión de libros y folletos, se ha transformado con éxito en un "evento" político. Esta fue una de las razones por las que la Reforma ya no pudo detenerse después de Worms.
Inmediatamente después de su negativa a retirarse, Lutero expresó sus dudas en una carta a Lucas Cranach sobre si había defendido su posición con suficiente fuerza. Más tarde, eso ya no fue un problema para él. "Cuanto más tiempo pasaba, más grande se sentía", informa Kaufmann.
La Iglesia Protestante no quiere celebrar el 500 aniversario de Worms como una celebración heroica, pero ve la atrevida aparición de Lutero como un gran momento para valores como la actitud y el coraje moral. El conocedor de Lutero Oelschläger reconoce los paralelismos entre la aparición en el Reichstag y los debates actuales. Actualmente, los representantes de la iglesia católica se niegan abiertamente a aceptar la prohibición de las celebraciones de bendiciones para parejas homosexuales , citando su conciencia . Las creencias no se pueden ordenar hacia abajo desde arriba: "Eso ya no funciona".
