Una tentativa de justificación teológica del neoliberalismo económico Teología de la Prosperidad. El peligro de un "Evangelio diferente"

'Teología de la prosperidad': tal es el nombre más conocido y descriptivo de una corriente teológica neopentecostal evangélica
El núcleo de esta «teología» es la convicción de que Dios quiere que sus fieles tengan una vida próspera, es decir, que sean económicamente ricos, físicamente sanos e individualmente felices
Este tipo de cristianismo coloca el bienestar del creyente en el centro de la oración y transforma a su Creador en aquel que hace realidad sus pensamientos y deseos
El objetivo de nuestra reflexión es ilustrar y evaluar este fenómeno, que también quiere ser una tentativa de justificación teológica del neoliberalismo económico
Este tipo de cristianismo coloca el bienestar del creyente en el centro de la oración y transforma a su Creador en aquel que hace realidad sus pensamientos y deseos
El objetivo de nuestra reflexión es ilustrar y evaluar este fenómeno, que también quiere ser una tentativa de justificación teológica del neoliberalismo económico
| Antonio Spadaro y Marcelo Figueroa
(La Civiltà Cattolica).- «Teología de la prosperidad»: tal es el nombre más conocido y descriptivo de una corriente teológica neopentecostal evangélica. El núcleo de esta «teología» es la convicción de que Dios quiere que sus fieles tengan una vida próspera, es decir, que sean económicamente ricos, físicamente sanos e individualmente felices. Este tipo de cristianismo coloca el bienestar del creyente en el centro de la oración y transforma a su Creador en aquel que hace realidad sus pensamientos y deseos.
El peligro de esta forma de antropocentrismo religioso, que pone en el centro al hombre y su bienestar, es el de transformar a Dios en un poder a nuestro servicio, a la Iglesia en un supermercado de la fe, y la religión en un fenómeno utilitarista y eminentemente sensacionalista y pragmático.

Como veremos más adelante, esta imagen de prosperidad y bienestar hace referencia al denominado american dream, al «sueño estadounidense». No se identifica con él, sino con una interpretación reductiva suya. En sí, este «sueño» es la visión de una tierra y de una sociedad entendidas como un lugar de oportunidades abiertas. Históricamente fue la motivación que impulsó durante siglos a muchos emigrantes económicos a dejar su propia tierra y a ir a Estados Unidos a conseguir un lugar en el que su trabajo produjese resultados inalcanzables en su «viejo mundo».
La «teología de la prosperidad» parte de esta visión, pero la traduce de manera mecánica en términos religiosos, como si la opulencia y el bienestar fuesen el verdadero signo de la predilección divina a «conquistar» mágicamente con la fe. Esta «teología» fue difundida en todo el mundo durante décadas —gracias a gigantescas campañas mediáticas— por movimientos y ministros evangélicos, en especial los neocarismáticos.
El objetivo de nuestra reflexión es ilustrar y evaluar este fenómeno, que también quiere ser una tentativa de justificación teológica del neoliberalismo económico.
Al final verificaremos cómo el papa Francisco ha intervenido varias veces para indicar los peligros de esta teología que, como se ha dicho, «oscurece el evangelio de Cristo»[1].
La difusión en el mundo
El «evangelio de la prosperidad» (prosperity gospel) ha ido difundiéndose no solo en Estados Unidos, donde nació, sino también en África, en especial en Nigeria, Kenia, Uganda y Sudáfrica. En Kampala hay un gran estadio cubierto, la Miracle Center Cathedral, cuya construcción costó siete millones de dólares. Es la obra del pastor Robert Kayanja, que también desarrolló un vasto movimiento muy presente en los medios de comunicación de masas.

Pero el «evangelio de la prosperidad» ha tenido también un notable impacto en Asia, sobre todo en India y Corea del Sur. En este último país hubo en los años ochenta un fuerte movimiento autóctono, vinculado a esta corriente teológica, promovido por el pastor Paul Yonggi Cho. Este predicó una «teología de la cuarta dimensión», según la cual los creyentes, mediante el desarrollo de visiones y sueños, iban a poder llegar a controlar la realidad y a obtener todo tipo de prosperidad inmanente[2].
Se observa también un arraigo en la República Popular China gracias a las «Iglesias de Wenzhou». Wenzhou es un gran puerto oriental en la provincia de Zhejiang, en cuya zona han ido apareciendo grandes cruces rojas en mucho edificios. Tales cruces suelen indicar la presencia de una «Iglesia de Wenzhou», una comunidad creada por varios empresarios locales y vinculada al movimiento de la «teología de la prosperidad»[3].
En América Latina, la difusión y la propagación de esta teología se dio de manera exponencial desde 1980, aunque también pueden encontrarse raíces de este proceso entre los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado. Este fenómeno religioso se traduce desde el punto de vista mediático en el uso de la televisión por parte de figuras muy carismáticas de algunos pastores, que lanzan un mensaje simple y directo montado en torno a un espectáculo de música y de testimonios y a una lectura fundamentalista y pragmática de la Biblia.
Si consideramos América Central, Guatemala y Costa Rica se han convertido probablemente en los dos bastiones principales de esta corriente religiosa. En Guatemala ha sido determinante la presencia del líder carismático Carlos Enrique Luna Arango, llamado «Cash Luna». Costa Rica es la sede del canal evangélico de televisión satelital TBN-Enlace.
