Acusan a Francisco de aplicar venganza en vez de justicia y de ser un juez prevaricador con los sodálites La galaxia mediática neocón arremete contra el Papa para defender al Sodalicio
El último episodio del ataque, orquestado desde diferentes medios, procede del portal rigorista norteamericano ‘First Things’ y de la pluma de Francis X. Maier, uno de los personajes de la vieja guardia neocón americana
Alejandro Bermúdez, sodálite del núcleo duro, director de Aci Prensa y colaborador de EWTN, a la que Francisco llamó "la obra del diablo", es cercano a CitizenGo, HazteOir y uno de los catalizadores de la ultraderecha en España a través de Vox
L"e piden al Papa connivencia con los ‘pecadillos’ de algunos, sin entender que Francisco les ha identificado no sólo como pecadores (que también), sino como corruptos. Y, ante la corrupción, Francisco es implacable"
"Engañar y manipular al pueblo de Dios, utilizando unos altavoces mediáticos pretendidamente ‘católicos’, es pecado, pero sobre todo, es corrupción"
L"e piden al Papa connivencia con los ‘pecadillos’ de algunos, sin entender que Francisco les ha identificado no sólo como pecadores (que también), sino como corruptos. Y, ante la corrupción, Francisco es implacable"
"Engañar y manipular al pueblo de Dios, utilizando unos altavoces mediáticos pretendidamente ‘católicos’, es pecado, pero sobre todo, es corrupción"
Algunos son directamente sodálites; otros, son amigos del Sodalicio o amigos de sus amigos. Y toda la galaxia conservadora mediática tiene en común una profunda animadversión hacia Francisco, al que no sólo tachan de todo (véase el reportaje publicado en RD), sino que, además, le cuestionan y le quieren marcar la pauta y la agenda.
El último episodio del ataque, orquestado desde diferentes medios, procede del portal rigorista norteamericano ‘First Things’ y de la pluma de Francis X. Maier, uno de los personajes de la vieja guardia neocón americana. Antes de colaborar con ‘First Things’, fue el asesor principal del muy conservador arzobispo emérito de Filadelfia, Charles Chaput, asi como redactor jefe del semanario conservador ‘National Catholic Register’ (no confundir con el progresista ‘National Catholic Reporter’).
Maier forma parte de un conglomerado de aliados ideológicos y políticos, al que también pertenecen David Scott, el director de comunicación del arzobispo de Los Ángeles y miembro del Opus Dei, José Gómez, asi como monseñor Samuel Joseph Aquila, arzobispo de Denver desde 2012, la archidiócesis donde tiene la sede el Sodalicio en USA, y, sobre todo, Alejandro Bermúdez (Lima, 1960).
Este sodálite del núcleo duro, director de Aci Prensa y colaborador de EWTN, a la que Francisco llamó "la obra del diablo", es cercano a CitizenGo, HazteOir y uno de los catalizadores de la ultraderecha en España a través de Vox, y acaba de tildar, por ejemplo, a Sor Lucía Caram de "monja hereje" y "mujer maligna y horrorosa".
En su artículo, el citado Francis Maier acusa a la que llama ‘izquierda eclesial’, a la misión especial Scicluna-Bertomeu (encargada de la investigación al Sodalicio) y, al final, al propio Papa Francisco de “vengativo” y, por lo tanto, de juez prevaricador.
Pues bien, parece obvio para un creyente que atacar la justicia independiente eclesial (en concreto, decirle al Papa que es un vengativo, como hace Maier) es una indecencia, porque, en la Iglesia, no todo vale para defender a los amigos de cordada.
Además, este comportamiento tiene visos de delito canónico (nuevo can 1372), pues se presiona al juez (el Santo Padre), para que decida en un determinado sentido, es decir optando por la absolución del Sodalicio, incluso antes de la sentencia, diciéndole que la condena, si ocurriese, no sería justicia, sino una venganza.
Y es que la galaxia neocón está que muerde con la reciente condena del fundador de la SVC, Luis Fernando Figari, pero le da por amortizado y quiere preservar por encima de todo su obra (pulmón económico de los rigoristas), pretendiendo que un árbol malo pueda dar frutos buenos.
Por eso, le piden al Papa connivencia con los ‘pecadillos’ de algunos, sin entender que Francisco les ha identificado no sólo como pecadores (que también), sino como corruptos. Y, ante la corrupción, Francisco es implacable, cuando las pruebas son evidentes.
Olvidan Maier y sus adláteres que el Papa proclamaba lo siguiente el 8-12-2019: “Un pecador es quien cae, se arrepiente, confiesa su pecado y se levanta de nuevo, con la ayuda de la misericordia de Dios, mientras que un corrupto lleva la connivencia hipócrita con el mal".
Y esto es lo que no acaban de asumir los acólitos de la galaxia conservadora: que, sin esta distinción fundamental entre pecado y corrupción, el ‘caso Sodalicio’ no se entiende. Y, por eso, el caso Sodalicio es un reto para este pontificado en su lucha decidida contra la corrupción eclesiástica.
Consiguientemente, engañar y manipular al pueblo de Dios, utilizando unos altavoces mediáticos pretendidamente ‘católicos’, es pecado, pero sobre todo, es corrupción. Y quien pretenda hacer comulgar a Francisco con esta concesión al espíritu del mal, está muy equivocado.
El santo pueblo De Dios, como le llama el Papa, merece ser tratado sin infantilismos y de forma adulta. Y no como hacen estos voceros de la política neocón más rancia, con mensajes simplones y maniqueos, que solo buscan la confrontación ideológica.
Por ejemplo, sostener, como sostienen, que los pecados del Sodalicio serían menos pecado, por ser el de un movimiento conservador, que se partió la cara, como dice Maier, en su lucha contra “la teología de la liberación, condimentada con pensamiento marxista y cuestionada por el entonces cardenal prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Joseph Ratzinger”.
Y, de ahí, que estos neocón afirmen abiertamente que “el haber contrarrestado la tendencia izquierdista de gran parte de la Iglesia latinoamericana” en los año 80 concede al Sodalicio el privilegio de ser tratado con toda la indulgencia del mundo, a pesar de su corrupción o, como dice Francisco, su connivencia hipócrita con el mal. ¿Y las innumerables víctimas? ¿Y la Iglesia, víctima, asimismo, de sus fechorías, pecados y delitos?
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