Bienaventuranzas del Misterio

Felices quienes silencian todas las voces que les impiden abismarse en la intimidad del Misterio.
Felices quienes han descubierto en su corazón el brocal para entrar en su propio misterio y, de esta manera, saciar su sed de eternidad.
Felices quienes se quedan extasiados ante una noche estrellada, pues en la diáfana oscuridad del universo brilla el Misterio.
Felices quienes descubren en la relación con los demás el misterio que habita en el otro y lo respetan profundamente.
Felices quienes contemplan en el fondo de otros ojos el origen misterioso y la realidad de la vida.
Felices quienes sólo pueden callar primero, y denunciar y luchar después, contra el misterio del dolor, de la enfermedad, del odio, de la guerra, del hambre, de la marginación.
Felices quienes ahondan y se dejan llenar por el asombroso misterio de la vida.
Felices quienes encuentran en la epifanía del Misterio, la Fuente de la vida, la Claridad de cada nuevo día, la máxima Apertura al hondón personal, a la Transparencia de cada persona.
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