Cada día es una nueva oportunidad
para experimentar la
pasión por la vida.
Porque si
la indiferencia nos domina
y no vivimos la existencia
con pasión,
no compartiremos
la alegría del otro,
ni disfrutaremos juntos de
la risa y la emoción,
no enjugaremos las
lágrimas amargas,
ni sanaremos a la humanidad de
tanta herida.