Acotaciones a Dom Hilari Raguer : ( 2/2) ®

Ruego a mis lectores me disculpen haberme ausentado de este blog durante un mes. Confío entiendan que esta afición se supedita a las obligaciones familiares y profesionales. Aquí estoy de nuevo.

La actualidad aconseja hablar de otros asuntos, de los que alguno tocaré de paso, pero no quiero demorar más comentar inexactitudes vertidas por Dom Raguer en su blog el 28 de septiembre pasado, "¿Misas adúlteras?", en réplica a mi post de 25 de septiembre: "La misa banderiza en el Bilbao de Aguirre e Irujo". Déjenme anteponer un

Acerca de las ideologías y la Historia.- La afición historiadora es muy humana. Por eso es bueno recordar ciertos deberes en un intérprete católico, como lo parecemos, de una parte, delirando lo digo desde mi deseo de interinidad, este escribidor, y de otra y con mayor carga un monje benedictino al que se supone consagrado a Dios y a la Iglesia Católica. Por ello ambos condicionados a ser leales a quien es y se llama a mismo 'la Verdad' acercándonos lo más posible a la de los hechos y, con mayor rigor, a enjuiciar sus efectos.

(Foto, Dom Prosper Gueranger restaurador orden benedictina en Francia)

Porque si el cristianismo es la verdad completa no vale ya otro estudio que no dé prioridad al orden sobrenatural. Pues creo, con Dom Gueranger, que al ignorar la trascendencia de los protagonistas poco se puede ahondar en sus actos.

Quiero decir que desde la venida de Jesucristo es inapropiado contemplar el mundo y el tiempo, por nosotros los creyentes, desde otro punto de mira que no sea Él (Jn 6, 45; Is 54, 13). Los que a esto llamen ideología o filosofía exageran el protagonismo de los hombres en "el gran teatro del mundo".

Quitado Cristo quedamos indefensos ante la seducción de la arbitrariedad y, por tanto, en creciente servilismo a la mentira. Entonces no tardará en imponerse la pasión y nuestros ojos sólo querrán ver lo sectario, con lo que recurriremos al autoengaño para elaborar una historia a nuestro gusto. La esquizofrenia entre la Verdad y nuestro deseo inducirá a que 'lo que nos gusta' tenga que ser lo que sucedió. Aunque todo evidencie que no sucedió.

Así, para el caso que nos ocupa la guerra no existió, mejor aún, no existió la derrota; lógicamente la guerra civil no fue una cruzada pues que a los que son del bando perdedor tal realidad no les deja en buen lugar. Aún con mayor razón Franco ha de ser un militar incompetente, como afirma el título de un libro... Y aquí llegamos a que no es tanto su tumba lo que molesta en el Valle de los Caídos cuanto la Cruz gigante de Cuelgamuros, monumento el más hermoso merecido por un millón de muertos.

(Foto, la cruz a 8 kms.)

El diagrama del plan sería bien simple: Primero, fuera la tumba de Franco que “ofende” a los republicanos allí enterrados. Luego, bórrese la denominación de Basílica, puesto que en consecuencia a "no haber sido cruzada" entre los restos allí guardados ya no los habrá de mártires. Después, fuera los monjes benedictinos, pues que perderían su justificación. Finalmente, fuera la Cruz, que es el objetivo oculto. La jerarquía eclesial algo diría contra este plan pero ante la más débil acusación de "fascistas" no tardaría en abstenerse.

Con el derribo de la cruz "insolente", "insultante", "arrogante" ya estará cumplida la reedición del fusilamiento del Corazón de Jesús en el Cerro de los Ángeles, de Madrid. Ambos casos llevarían la misma firma del que tiene rabo y al que erigen nuevos monumentos los que se tienen por civilizados agnósticos.

Del miedo a la verdad a la afición a la mentira.

Para saber del escrúpulo histórico de quiénes en todo lado mueven estas discusiones sin apoyo en la Verdad no será ocioso traer, como preámbulo, la anécdota que sigue.

(Foto, vista parcial del cementerio de Paracuellos)

Me refiero a los asesinatos de Paracuellos, Madrid. El horror de esta realidad fue ocultado al pueblo español y sólo la paciencia del Cónsul de Noruega, en Madrid, Mr. Félix Schlayer, consiguió descubrirlo.

Enterado del caso, el Delegado de la Cruz Roja Internacional viajó a Madrid para estudiar el Informe Schlayer y llevarlo de inmediato a Ginebra a la Sociedad de Naciones. El Gobierno de la República se dio cuenta de que tal informe arruinaría la propaganda roja y a toda prisa encontró la más expeditiva solución: esperar el despegue del avión Topez de la Embajada de Francia y derribarlo. Problema resuelto. (cfr.: Matanzas en el Madrid republicano, Áltera, 2006, Madrid)

Comentaré ahora una por una las imprecisiones que mi honorable crítico desgrana, de entre ellas alguna como agua del Pisuerga.

Las misas en el Bilbao de Aguirre e Irujo.-Están suficientemente acreditadas. Las mencionó Pemán en su crónica de la toma de Bilbao, informe que honra con su firma para ABC, de Sevilla. Asimismo, para mí lo están por el testimonio de la hermana de un sacerdote vasco refugiado en Santander. A lo que se añade que en tiempos de Pío XI esas misas de cara a los fieles, en mesa y no altar, asambleístas y no litúrgicas (1), eran ensayadas a espaldas de la autoridad apostólica. De lo que deduzco que a nadie extrañará que sus celebraciones sean hoy desconocidas, al menos en el registro oficial de sus correspondientes obispados.

(Fotos, obispos de Vitoria y Pamplona)

Monseñor Mateo Múgica.- Es verdaderamente raro que el Padre Raguer no sepa que al Obispo de Vitoria no le expulsó nadie de su diócesis y menos el general Franco, que hasta el 1º de octubre no fue Jefe del Gobierno. Más raro ignorar que su Pastoral Conjunta con el Obispo de Pamplona Mons. Marcelino Olaechea, hecha pública el 6 de agosto de 1936, fue el primer manifiesto de Cruzada para el Alzamiento. Anticipemos al lector un fragmento:

«(...) uno de los bandos de hijos nuestros, amantísimos de la Iglesia y seguidores de sus doctrinas, ha hecho causa común con enemigos declarados, encarnizados de la Iglesia; han sumado sus fuerzas a la de ellos; han fundido su acción con la de ellos, y acometen fieramente, con todo género de armas mortíferas, a los enemigos de ellos, que son sus propios hermanos. Así se realiza en nuestro país...»


De esta Pastoral de los obispos de Navarra y Vitoria lo que más dolió al Gobierno del PNV y a los curas nacionalistas fue la firma del de Vitoria. El señor Aguirre -que era miembro del PNV (Partido Nacionalista Vasco) y de la Acción Católica Nacional (española) de Propagandistas, además de masón y pro marxista -no aceptó la carta como firmada por Mons. Múgica. A lo cual el obispo respondió ratificándola en un comunicado a todo el País Vasco radiado en los primeros días de septiembre.

Exacerbada hasta el síncope, en aquel entonces, la idea de que se era vasco sólo si se pertenecía al club marxista separatista, y católico si a la confesión abertzal, es decir, nacionalista, los curas vascos predicaban un catolicismo privado, una Iglesia espuria que hoy podríamos asemejar con la Patriótica China, comunista.

Naturalmente, la Pastoral suscitó contra el Obispo una violenta campaña de insultos y amenazas desde la Euskadi separatista. Lo que indujo al Generalísimo, ya en Burgos, a proponerle al pastor su marcha a Roma, que el Vaticano aprobó de inmediato.

Parece superficialidad no detenerse en consideraciones como estas: A) Suponer que un general, católico practicante, del bando alzado en defensa de España y de la Iglesia iba a expulsar de su diócesis a un obispo, sabiendo que eso conlleva la excomunión. B) Y hacerlo, precisamente, en la figura de Mons. Múgica que en hechos y palabras desde el primer día se manifestó al lado de los nacionales. C) Ignorar que el obispo envió al Jefe de Estado, Franco, una carta de felicitación, adhesión y deseos de victoria en la lucha armada. D) Interpretar que el Obispo Múgica 'no quiso firmar' la posterior Carta Colectiva del Episcopado es esquivar que su firma no era ya tan nacesaria pues que había sido la primera; eran más cierto el resto de obispos quienes se solidarizaban con él. Sea dicho aparte de que, además, se encontraba en el extranjero. E) Que en 1947 regresó a la España de Franco para retirarse a Zarauz, hasta su muerte a los 96 años.

De su Carta del 6 de agosto de 1936 los dos obispos hubieran querido, como es entendible, llegara al pueblo a través de las parroquias. Pero como era muy arriesgado, se escogió leerla en emisión radiada. En el Archivo Gomá, de Toledo, se puede juzgar el grado de dificultad leyendo los razonamientos que Mons. Múgica expuso al Primado en carta que le envió desde Belascoain. Leamos este párrafo:

«Suponiendo ahora por un momento (lo que hoy es imposible) que llegara ese documento a los párrocos: ¿cree Su Eminencia que yo debo o puedo ordenarles que lo lean a los fieles, sabiendo con toda seguridad, que en todos esos pueblos de Guipúzcoa y de Vizcaya, donde dominan los rojos, asesinarían inmediatamente a los sacerdotes y cometerían mil otros desmanes bárbaros y sacrílegos tan pronto como supieran que se leyó el documento en las iglesias? ¿Cree también que los párrocos tendrían el santo coraje de obedecerme en eso, estando persuadidos de que iban derechos a la muerte?»


(Foto, propaganda burlesca de odio a "la Iglesia fascista")

La Barcelona tolerante.- El Padre Raguer aprovecha del privilegio muy en precario que disfrutaba la capilla Vasca de Barcelona, para sugerir situación similar en el resto de Cataluña. Fórmula nuy corriente de intoxicación. Del real respeto que aquella Cataluña, y la España roja, reservaban a los derechos de la Iglesia da oportuno relieve el documento publicado por “Solidaridad Obrera”, de Barcelona, el 25 de mayo de 1937. He aquí lo esencial de su texto:

«Nos ha sorprendido un proyecto tan chusco como el que ha anunciado el ministro de Justicia, señor Irujo, pretendiendo restablecer la libertad de cultos.»
« ¿Qué quiere decir libertad de cultos? ¿Que se puede volver a decir misa? Por lo que respecta a Barcelona y Madrid, no sabemos donde se podrá hacer esta clase de pantomimas. No hay ni un templo en pie ni un altar donde colocar un cáliz. ¿Acaso esa libertad consiste en que un cura vaya por las casas de sus parroquias a hacer confesiones y suministrar hostias? Tampoco creemos que haya muchos curas por este lado, fuera de los protegidos por Euskadi, capaces de esa misión. ¿Será esa libertad el que puedan salir procesiones por las calles? Si es así, no les arrendamos la ganancia y el invitarles a ellos, señor Irujo, no es quererles bien. ¡Libertad de cultos! ¿No habíamos quedado que la Iglesia había sido en la rebelión de julio un beligerante más? Todos lo habíamos entendido así, y en las mismas propagandas oficiales del Gobierno, en que el señor Irujo era un ministro sin cartera, se ha dicho esto como justificación a la desaparición de los templos... y de los curas. El proyecto del señor Irujo no puede pasar de proyecto ni puede producir otra cosa que risa.»


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Continuará.

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1.- Hace bien la autoridad eclesiástica al evitar la palabra liturgia cuando se refiere a las misas nuevas, de Pablo VI, o de rito ordinario, pues que el Diccionario de la RAE ofrece la acepción siguiente: “Orden y forma que ha aprobado la Iglesia para celebrar los oficios divinos, especialmente el santo sacrificio de la misa.”

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