Día del catequista
Elegí este texto del Papa, comenzando este saludo del día del catequista, porque se refiere a la identidad del catequista, a su ser más profundo, hombres y mujeres al servicio de la Iglesia llamados por Dios a transmitir el don que han recibido.
El catequista está llamado a ser, entrañablemente, él mismo, en la verdad y en la hondura de su identidad. En el Catequista resuena el llamado de Dios, que lo convoca a ser eco de Cristo para que muchos hombres y mujeres se encuentren con él.
Ustedes son eco de Cristo porque han vivido un encuentro particular con el Señor.
Que en el Día del catequista ustedes puedan recrear ese primer encuentro, encuentro profundo en el que el Señor los llamó a acompañar en el camino de la fe a tantísimos hermanos nuestros.
Ese día vamos a ir a Luján como Diócesis, el 21 de agosto, y a los pies de la Virgen, en estos sesenta años de la Diócesis vamos a ofrecer toda nuestra tarea pastoral y vamos a pedir por el futuro de la misión de nuestra Diócesis y por la opción preferencial por los pobres.
¿Cuánto les debemos a los catequistas en nuestro camino? ¿Cuánto les debemos en estos sesenta años a aquellos que nos acompañaron en la fe, respondiendo a un llamado y obrando en nosotros la caridad de llevarnos la Palabra de Dios, la Palabra de vida?
Muchas gracias queridos catequistas y que Dios los bendiga a todos en su Día, especialmente en estos sesenta años de la Diócesis, que la Virgen de Luján los tenga bien cerquita de su corazón.