Sanz y Berzosa, ausentes

Se les esperaba en Roma, pero no aparecieron. En la creación cardenalicia de Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, estuvo el todo eclesiástico español. Fieles y curas de Ourense (como mi antiguo profesor Don Alfonso) de Oviedo, Valencia y Madrid, así como la mayoría de los prelados españoles y todos los cardenales menos los 'impedidos'. Con dos notabilisimas ausencias: Jesús Sanz y Raúl Berzosa.Dos ausencias que cantaron tanto el pasado fin de semana en Roma, que se convirtieron en la comidilla de corrillos y conversaciones laicales y clericales.

Cantó la ausencia de monseñor Berzosa, que fue auxiliar del ahora cardenal Osoro en Oviedo y que, desde que es obispo titular de Ciudad Rodrigo, parece sumido en un bucle del que es incapaz de salir. Pudo aspirar a todo y se quedó en una diócesis que es como un arciprestazgo y que, por lo tanto, está destinada a desaparecer. Simplemente porque es inviable económica y pastoralmente. De hecho, Berzosa hasta tiene tiempo para ejercer de profesor en la Pontificia de Salamanca.

Más llamativa es aún la ausencia de Jesus Sanz, actual arzobispo de Oviedo, la diócesis que rigió Osoro durante siete años. En Roma, estuvieron los titulares de las otras dos diócesis en las que estuvo el neocardenal: El obispo de Ourense y el cardenal de Valencia.

Es difícil encontrar explicación plausible al feo de Sanz a Osoro. Parece que la excusa que puso es que había estado hacia poco en Roma. En Asturias le llaman el obispo de los aeropuertos y también tiene tiempo para dirigir una cátedra de teología en Madrid. Pero esta vez prefirió quedarse en casa. Para asombro de propios y extraños. Y eso que al franciscano pasado por Cl le encantan las florecillas. Pero quizás no tanto las de la primavera De Francisco.

José Manuel Vidal
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