El cura que me negó la comunión en la mano en el Vaticano
En el momento de la comunión de la solemne misa de clausura del Jubileo de la misericordia, me acerqué a comulgar a uno de los curas que la repartía en el 'sagrado' (la parte alta de la plaza, justo enfrente del altar) de la plaza De San Pedro. Me puse en la fila como los demás fieles y, al llegar ante el sacerdote, estiré las manos, con la izquierda colocada sobre la derecha, como mandan los cánones litúrgicos. Y de pronto vi que el cura hacía caso omiso a mis manos suplicantes e intentaba meterme la hostia en la boca casi a la fuerza.
De entrada, me quedé sorprendido y casi sin poder reaccionar. Cuando me repuse y, mientras el cura seguía con sus maniobras, le dije:
-Padre, quiero comulgar en la mano
-No se puede, oí que me contestaba en perfecto español.
-Tengo derecho a comulgar en la mano.
-No, no puede. El papa lo prohibió en 2008
-Por favor, deme la comunión...
Ante mi insistencia y su negativa, el cura dio tres pasos hacia el costado y me dejó allí, solo, compuesto, con mis manos suplicantes extendidas y sin el cuerpo de Cristo.
Allí mismo, alguien me dijo que creía que era un cura valenciano de los Kikos, pero no lo puedo asegurar.
Lo denuncio públicamente por lo humillado que me sentí, pero sobre todo para que, si es posible monseñor Marini o a quien le corresponda hacer la elección de los curas que reparten la comunión, les dejen claro que, con el debido respeto, se puede comulgar de las dos maneras. Indistintamente, según el buen saber y querer del comulgante.
No es la primera vez que nos llegan a RD quejas de este tipo sobre sacerdotes que se niegan a dar la comunión en la mano. Tanto de curas de España como de Roma. Yo mismo fui testigo de la misma humillación a otras personas, siguiendo las celebraciones Vaticano en directo, como solemos hacer habitualmente.
El domingo lo viví en carne propia. Y he de confesar que me sentí perplejo y dolido. Me duele todavía más que estas cosas sigan pasando en el pontificado del Papa de la misericordia y precisamente el día de la clausura del año de la misericordia.
Curas a la contra. Curas resistentes. Curas que se creen funcionarios de lo sagrado, para decidir las normas a su albur. Curas formateados según las pautas del 'antiguo régimen' y a los que les cuesta mucho cambiar de chip. O simplemente, se niegan a hacerlo. No quieren oler a oveja ni servir al pueblo.
El cura que me negó la comunión en la mano todavía no se ha enterado. Y ya llevamos tres años y pico con ella. Y lo que le queda, porque es irreversible. El obispo del que dependa este cura tiene tarea. ¿Quién será?
José Manuel Vidal