¿Más atentados, más crímenes contra el hombre?
Muchos son los atentados y crímenes contra la vida. No solamente contra el aborto y la eutanasia. Porque son millones de niños los que mueren víctimas del hambre o tienen que empuñar las armas o son vendidos como esclavos o están en trabajos forzados o malviven en las calles sin padre ni madre. Y de los mayores, lamentamos la calidad de vida de mujeres prácticamente esclavas del machismo y de culturas. Como marco global, rige la injusticia institucionalizada, y los niños como víctimas especiales. Tampoco debemos olvidar a las víctimas del terrorismo, máxime el que se respalda en su religión. Ahora bien, frente a los atentados y crímenes, también existen quienes luchan por la justicia y por la vida digna
Marco global de atentados
En el siglo pasado, y también en el presente, se dan los ataques masivos contra la vida con la destrucción de vidas humanas en una serie interminable de guerras. No faltan razones para lamentar un bombardeo continuo contra la vida humana de la que son responsables personas e Instituciones internacionales que programan o facilitan guerras. Contemplamos el rostro de un mundo deshumanizado donde aparece lo que debiera avergonzar.
Los hambrientos. Millones de personas que mueren víctimas de la desnutrición; más de mil millones con menos de un dólar; 2. 700 millones con menos de dos dólares; millones de niños condenados a una muerte temprana. Según el Proyecto Hambre, alrededor de 24.000 personas mueren cada día de hambre o de causas relacionadas con el hambre. Y más de 800 millones de personas en el mundo sufren de hambre y desnutrición.
Las naciones ricas en pleno desarrollo, las que gastan en armamento y en otros gastos superfluos lo que necesitan otras naciones pobres para no morir víctimas del hambre. Y la mayoría de personas en muchas naciones (¿un 80 por 100?), que no disponen de lo necesario para una vida digna.
Los marginados de la sociedad: niños y ancianos abandonados, jóvenes drogadictos desasistidos, mujeres discriminadas por el machismo, familias en suburbios en situación infrahumana: pobres entre los pobres frente a la ostentación de otros sectores sociales.
Los emigrantes, dentro o fuera del país de origen. Son los que están sin familia, los que viven discriminados como ciudadanos de tercera categoría.
Los enfermos que sufren la desigualdad afrentosa: unos bien atendidos y otro desasistidos en lo mínimo; los que viven en familias solidarias y sacrificadas para quienes no falta atención y cariño, y familias que abandonan a sus enfermos.
La prostitución y los que de ella se enriquecen. Millones de mujeres en el mundo recurren a la prostitución. Muchas de ellas engañadas por las mafias que las tratan como esclavas y se enriquecen con el comercio sexual.
Las víctimas del terrorismo. Pecado contra la humanidad cualquier acto terrorista que nunca estará justificado. Y pecado contra Dios y contra la humanidad cuando los dirigentes y actores terroristas intentan justificarse en el fundamentalismo religioso.
Y los abortos. Se calcula en el mundo al año, por lo menos, unos 46 millones de interrupciones voluntarias Pero otras estadísticas hablan hasta de cien millones. Y en España, en el 2005, unos 91.000 abortos. Desde que su legalización hace veinte años, se estiman en un millón.
Atentados contra una vida digna en los niños
Junto a los abortos del ser humano, actualmente, y de manera especial en el tercer mundo, se palpa la violación de los derechos más elementales de niños y niñas. Algunos ejemplos:
los trabajos inhumanos que impiden acceder a la educación y que afectan gravemente a la salud del niño. Tales trabajos ponen en peligro el desarrollo físico, mental, espiritual, moral y social de los niños. La causa principal es la pobreza y la marginalidad. También influye la cultura en el medio rural que obliga a los niños a tareas propias de adultos en la agricultura;
la participación en la guerra. Las cifras son escalofriantes: miles de niños que participaban, no hace mucho tiempo, en 33 guerras para transportar bombas, empuñar fusiles y mantener relaciones sexuales con los mandos de su tropa. ¡Algunos hasta con el encargo de asesinar a su misma familia!
matrimonio forzado de niñas. Son varios los millones de matrimonios de menores de 19 años, especialmente en Asia y en África. Asombran los datos: las madres menores de 19 años que traen unos 15 millones de bebés cada año. Con todo el riesgo para la salud de la niña madre que abandona la escuela y tiene que someterse en la vida sexual y doméstica a los adultos;
niños vendidos como esclavos. Unos 200.000 en África son vendidos cada uno por unos 15 dólares o 3.000 pesetas. Niños esclavos que se unen a los abandonados y a los que practican la mendicidad en grandes ciudades;.
con los efectos de la pobreza. A todo lo anterior hay que añadir la desnutrición que en tantas ocasiones lleva a la muerte de millones de niños. Además, están las enfermedades que fácilmente podían ser curadas si contaran con un mínimo de atención pero la pobreza de los padres y del ambiente lo impiden. ¡Gran pecado de omisión para las naciones ricas que no ayudan lo que pueden y deben!
los niños de la calle. Situación inhumana de tantos niños que viven sin familia en la periferia de grandes ciudades. En ocasiones están vinculados a grupos de la delincuencia. La muerte está cotidianamente presente en sus vidas. En ocasiones, mafias que los matan como si fueran ratas molestas. ¿Causas de su situación? Básicamente la extrema pobreza de los progenitores, víctimas a su vez de estructuras sociopolíticas inadecuadas. La situación es el producto de una conjunción de factores sociales y económicos como los derivados de la problemática Norte-Sur;
la pederastria y otras vejaciones. Además de todo lo anterior, están los abusos sexuales por parte de adultos fuera del hogar. También en el mismo hogar por parte de familiares cercanos con el maltrato físico que reciben de muchos progenitores. Y no es menor el daño psicológico que tantos niños reciben por las crisis, separaciones y divorcios de sus padres. Son objeto, más que de cariño, del interés egoísta del padre o de la madre. Los traumas son para toda la vida
La Iglesia denunció muchos de los atentados Juan Pablo II en la Evangelium vitae denunció con firmeza lo que expusiera hace mas de 30 años el Vaticano II (cf. GS 27). “Son amenazas y respuestas injustas todo lo que se opone a la vida como el aborto, la eutanasia, el suicidio voluntario, las mutilaciones, torturas, las condiciones infrahumanas de vida, la esclavitud, la prostitución, las condiciones ignominiosas de trabajo, etc. Todas estas injusticias "deshonran más a quienes los practican que a quienes padecen la injusticia y son totalmente contrarios al honor debidos al Creador" (GS 27) (EV 3).
Respecto al aborto, la Iglesia denuncia el "reconocimiento legal por parte del Estado y la sucesiva ejecución mediante la intervención gratuita de los mismos agentes sanitarios. Estos atentados golpean la vida humana en situaciones de máxima precariedad, cuando está privada de toda capacidad de defensa. Más grave aún es el hecho de que, en gran medida, se produzcan precisamente dentro y por obra de la familia, que constitutivamente está llamada a ser, sin embargo 'santuario de la vida" (EV 11).
Respecto a la pederastria, venga de donde viniere, sea cual fuere su causante, la condena de Benedicto XVI no ha podido ser más clara y contundente, especialmente cuando se trata de sacerdotes o de religiosos.
¿Alguna denuncia más? Sí. Contra la estructura de pecado que, en ocasiones, se identifica con la cultura de la muerte. Se trata de una estructura promovida por diversas corrientes pragmáticas. Lo que hay detrás de todo es una mentalidad pragmática que alimenta la guerra de los poderosos contra los débiles. Para esta mentalidad, cuando la vida es considerada como inútil o como un peso insoportable que hipoteca el bienestar es sentenciada como "un enemigo del que hay que defenderse o a quien eliminar", bien sea en el seno familiar o mundial (EV 12).
Defensores de la vida digna
Es el pensamiento de Juan Pablo II: hay que constatar "una nueva sensibilidad cada vez más contraria a la guerra", "la aversión cada vez más difundida en la opinión pública (contra) la pena de muerte", "una mayor atención a la calidad de vida y a la ecología". "Particularmente significativo es el despertar de una reflexión ética sobre la vida; se favorece la reflexión y el diálogo sobre problemas éticos que afectan a la vida del hombre" (EV 27).
Respecto a la vida naciente hay que felicitar las iniciativas de ayuda y apoyo a las personas más débiles e indefensas. "Estos gestos construyen en lo profundo la 'civilización del amor y de la vida', sin la cual la existencia de las personas y de la sociedad pierde su significado más auténticamente humano" (EV 27). Por otra parte, la medicina "persiste en su empeño por encontrar remedios cada vez más eficaces" para mejorar la vida naciente, aliviar a los enfermos. Asociaciones de médicos socorren a poblaciones probadas por calamidades naturales, epidemias o guerras. Y no se puede ocultar signos de solidaridad entre los pueblos y "de una apreciable sensibilidad humana y moral y de un mayor respeto por la vida" (EV 26).
Marco global de atentados
En el siglo pasado, y también en el presente, se dan los ataques masivos contra la vida con la destrucción de vidas humanas en una serie interminable de guerras. No faltan razones para lamentar un bombardeo continuo contra la vida humana de la que son responsables personas e Instituciones internacionales que programan o facilitan guerras. Contemplamos el rostro de un mundo deshumanizado donde aparece lo que debiera avergonzar.
Los hambrientos. Millones de personas que mueren víctimas de la desnutrición; más de mil millones con menos de un dólar; 2. 700 millones con menos de dos dólares; millones de niños condenados a una muerte temprana. Según el Proyecto Hambre, alrededor de 24.000 personas mueren cada día de hambre o de causas relacionadas con el hambre. Y más de 800 millones de personas en el mundo sufren de hambre y desnutrición.
Las naciones ricas en pleno desarrollo, las que gastan en armamento y en otros gastos superfluos lo que necesitan otras naciones pobres para no morir víctimas del hambre. Y la mayoría de personas en muchas naciones (¿un 80 por 100?), que no disponen de lo necesario para una vida digna.
Los marginados de la sociedad: niños y ancianos abandonados, jóvenes drogadictos desasistidos, mujeres discriminadas por el machismo, familias en suburbios en situación infrahumana: pobres entre los pobres frente a la ostentación de otros sectores sociales.
Los emigrantes, dentro o fuera del país de origen. Son los que están sin familia, los que viven discriminados como ciudadanos de tercera categoría.
Los enfermos que sufren la desigualdad afrentosa: unos bien atendidos y otro desasistidos en lo mínimo; los que viven en familias solidarias y sacrificadas para quienes no falta atención y cariño, y familias que abandonan a sus enfermos.
La prostitución y los que de ella se enriquecen. Millones de mujeres en el mundo recurren a la prostitución. Muchas de ellas engañadas por las mafias que las tratan como esclavas y se enriquecen con el comercio sexual.
Las víctimas del terrorismo. Pecado contra la humanidad cualquier acto terrorista que nunca estará justificado. Y pecado contra Dios y contra la humanidad cuando los dirigentes y actores terroristas intentan justificarse en el fundamentalismo religioso.
Y los abortos. Se calcula en el mundo al año, por lo menos, unos 46 millones de interrupciones voluntarias Pero otras estadísticas hablan hasta de cien millones. Y en España, en el 2005, unos 91.000 abortos. Desde que su legalización hace veinte años, se estiman en un millón.
Atentados contra una vida digna en los niños
Junto a los abortos del ser humano, actualmente, y de manera especial en el tercer mundo, se palpa la violación de los derechos más elementales de niños y niñas. Algunos ejemplos:
los trabajos inhumanos que impiden acceder a la educación y que afectan gravemente a la salud del niño. Tales trabajos ponen en peligro el desarrollo físico, mental, espiritual, moral y social de los niños. La causa principal es la pobreza y la marginalidad. También influye la cultura en el medio rural que obliga a los niños a tareas propias de adultos en la agricultura;
la participación en la guerra. Las cifras son escalofriantes: miles de niños que participaban, no hace mucho tiempo, en 33 guerras para transportar bombas, empuñar fusiles y mantener relaciones sexuales con los mandos de su tropa. ¡Algunos hasta con el encargo de asesinar a su misma familia!
matrimonio forzado de niñas. Son varios los millones de matrimonios de menores de 19 años, especialmente en Asia y en África. Asombran los datos: las madres menores de 19 años que traen unos 15 millones de bebés cada año. Con todo el riesgo para la salud de la niña madre que abandona la escuela y tiene que someterse en la vida sexual y doméstica a los adultos;
niños vendidos como esclavos. Unos 200.000 en África son vendidos cada uno por unos 15 dólares o 3.000 pesetas. Niños esclavos que se unen a los abandonados y a los que practican la mendicidad en grandes ciudades;.
con los efectos de la pobreza. A todo lo anterior hay que añadir la desnutrición que en tantas ocasiones lleva a la muerte de millones de niños. Además, están las enfermedades que fácilmente podían ser curadas si contaran con un mínimo de atención pero la pobreza de los padres y del ambiente lo impiden. ¡Gran pecado de omisión para las naciones ricas que no ayudan lo que pueden y deben!
los niños de la calle. Situación inhumana de tantos niños que viven sin familia en la periferia de grandes ciudades. En ocasiones están vinculados a grupos de la delincuencia. La muerte está cotidianamente presente en sus vidas. En ocasiones, mafias que los matan como si fueran ratas molestas. ¿Causas de su situación? Básicamente la extrema pobreza de los progenitores, víctimas a su vez de estructuras sociopolíticas inadecuadas. La situación es el producto de una conjunción de factores sociales y económicos como los derivados de la problemática Norte-Sur;
la pederastria y otras vejaciones. Además de todo lo anterior, están los abusos sexuales por parte de adultos fuera del hogar. También en el mismo hogar por parte de familiares cercanos con el maltrato físico que reciben de muchos progenitores. Y no es menor el daño psicológico que tantos niños reciben por las crisis, separaciones y divorcios de sus padres. Son objeto, más que de cariño, del interés egoísta del padre o de la madre. Los traumas son para toda la vida
La Iglesia denunció muchos de los atentados Juan Pablo II en la Evangelium vitae denunció con firmeza lo que expusiera hace mas de 30 años el Vaticano II (cf. GS 27). “Son amenazas y respuestas injustas todo lo que se opone a la vida como el aborto, la eutanasia, el suicidio voluntario, las mutilaciones, torturas, las condiciones infrahumanas de vida, la esclavitud, la prostitución, las condiciones ignominiosas de trabajo, etc. Todas estas injusticias "deshonran más a quienes los practican que a quienes padecen la injusticia y son totalmente contrarios al honor debidos al Creador" (GS 27) (EV 3).
Respecto al aborto, la Iglesia denuncia el "reconocimiento legal por parte del Estado y la sucesiva ejecución mediante la intervención gratuita de los mismos agentes sanitarios. Estos atentados golpean la vida humana en situaciones de máxima precariedad, cuando está privada de toda capacidad de defensa. Más grave aún es el hecho de que, en gran medida, se produzcan precisamente dentro y por obra de la familia, que constitutivamente está llamada a ser, sin embargo 'santuario de la vida" (EV 11).
Respecto a la pederastria, venga de donde viniere, sea cual fuere su causante, la condena de Benedicto XVI no ha podido ser más clara y contundente, especialmente cuando se trata de sacerdotes o de religiosos.
¿Alguna denuncia más? Sí. Contra la estructura de pecado que, en ocasiones, se identifica con la cultura de la muerte. Se trata de una estructura promovida por diversas corrientes pragmáticas. Lo que hay detrás de todo es una mentalidad pragmática que alimenta la guerra de los poderosos contra los débiles. Para esta mentalidad, cuando la vida es considerada como inútil o como un peso insoportable que hipoteca el bienestar es sentenciada como "un enemigo del que hay que defenderse o a quien eliminar", bien sea en el seno familiar o mundial (EV 12).
Defensores de la vida digna
Es el pensamiento de Juan Pablo II: hay que constatar "una nueva sensibilidad cada vez más contraria a la guerra", "la aversión cada vez más difundida en la opinión pública (contra) la pena de muerte", "una mayor atención a la calidad de vida y a la ecología". "Particularmente significativo es el despertar de una reflexión ética sobre la vida; se favorece la reflexión y el diálogo sobre problemas éticos que afectan a la vida del hombre" (EV 27).
Respecto a la vida naciente hay que felicitar las iniciativas de ayuda y apoyo a las personas más débiles e indefensas. "Estos gestos construyen en lo profundo la 'civilización del amor y de la vida', sin la cual la existencia de las personas y de la sociedad pierde su significado más auténticamente humano" (EV 27). Por otra parte, la medicina "persiste en su empeño por encontrar remedios cada vez más eficaces" para mejorar la vida naciente, aliviar a los enfermos. Asociaciones de médicos socorren a poblaciones probadas por calamidades naturales, epidemias o guerras. Y no se puede ocultar signos de solidaridad entre los pueblos y "de una apreciable sensibilidad humana y moral y de un mayor respeto por la vida" (EV 26).